Las pruebas forenses no son necesariamente lo que vemos en la televisión. En el popular programa CSI, el personal de un laboratorio forense de Las Vegas resuelve múltiples crímenes dentro del formato de la serie de una hora de duración, presentando las pruebas forenses como irrefutables y rápidas. Pero a diferencia del deslumbrante escenario de laboratorio hecho para televisión, los análisis de los laboratorios forenses de la vida real son mucho más lentos.
Por ejemplo, cuando la estrella del pop Michael Jackson murió en 2009, los resultados de las pruebas de toxicología forense de su tejido cerebral tardaron casi un mes. Esto no es inusual. Las pruebas pueden tardar semanas o incluso meses en completarse debido a los requisitos técnicos de las diferentes pruebas forenses, la disponibilidad o integridad limitada de algunas muestras, la complejidad de las pruebas de drogas de abuso y terapéuticas y otros agentes químicos tóxicos, y la extensa recopilación de datos en los registros necesarios para los procedimientos legales, hacen que estas pruebas sean más lentas. A veces, las pruebas no están al alcance de todos los laboratorios y se deben enviar las muestras a laboratorios más especializados.
Las pruebas forenses son una recopilación de datos para su análisis y para su uso en procedimientos legales, según las leyes de las diferentes jurisdicciones. "El aspecto legal de las pruebas forenses las diferencia de las pruebas clínicas", explica Steven Wong, director del laboratorio de toxicología forense del condado de Milwaukee en Wisconsin. Este aspecto legal requiere una forma de manipulación de las muestras que siguen una “cadena de custodia” de acuerdo con la ley y un especial uso de métodos específicos, también ajustados a la ley.
La cadena de custodia requiere documentación de cada persona que ha manipulado la muestra y su trazabilidad durante todo el proceso. Si el procedimiento de la cadena de custodia se realiza correctamente, el resultado del laboratorio forense se convierte en una prueba que puede ser admitida en el tribunal con la seguridad de que la recogida y procesado posterior de la muestra ha sido correcto y no compromete el resultado de la prueba.
El personal de laboratorio que manipula y procesa tales muestras generalmente recibe formación especial tanto científica como legal. Los técnicos de laboratorios forenses a menudo tienen formación clínica, y los patólogos forenses han realizado unos estudios y prácticas específicas. Los patólogos forenses realizan exámenes post mortem en tejidos corporales, sangre u otros fluidos corporales recolectados durante una autopsia o en la escena del crimen e interpretan los hallazgos para determinar la causa, la forma y el momento de la muerte, y en algunos casos, para establecer la identidad del difunto.
El patólogo forense puede trabajar realizando los exámenes médicos post-mortem o realizando las pruebas forenses. Un médico forense es un funcionario asignado a una jurisdicción determinada y puede ser cualquier tipo de médico, en cambio en los casos de interés legal debe ser un patólogo forense el que realice el examen como responsable de la investigación de muertes sospechosas o prematuras.
Los laboratorios forenses españoles pertenecen al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF), adscrito al Ministerio de Justicia. El INTCF es miembro de la Red Europea de Laboratorios Forenses (ENFSI) y, como tal, tiene el compromiso de estar acreditado bajo la norma ISO/IEC 17025: Requisitos generales para la competencia de los laboratorios de ensayo y calibración, a fin de cumplir con las mejores prácticas y asegurar la calidad. Esta acreditación facilita la aceptación de resultados de análisis entre los países y facilita la cooperación, así como la armonización de procedimientos.
El INTCF dispone de sedes en Madrid, Barcelona, Sevilla y Tenerife, con personal multidisciplinar y con equipamiento de última generación en cada una de ellas. Esto permite auxiliar a la Administración de Justicia y centralizar todo tipo de muestra objeto de análisis forense, pudiendo realizar estudios toxicológicos postmortem, en sujetos vivos y en estupefacientes incautados con el fin de determinar su significación toxicológica forense; estudios histopatológicos en muerte súbita y en muertes por anafilaxia, intoxicaciones, sumersión, incendios, traumatismos, entre otras causas; estudios medioambientales, de incendios forestales y sobre la fauna; estudios biológicos para identificación genética de paternidad y/o maternidad, restos cadavéricos e indicios biológicos de interés criminal; estudios bioquímicos; estudios microbiológicos; estudios de intoxicación por setas; estudios entomológicos; estudios criminalísticos de indicios, residuos de disparo, signos de violencia, documentoscopia y grafística, así como antropológicos y odontológicos.
Aunque la televisión ha puesto en el punto de mira la profesión del laboratorio forense, a menudo no refleja la realidad de lo que sucede. La recolección de muestras, su preparación para las pruebas, la realización de las pruebas y la evaluación de todos los resultados lleva tiempo y dinero en completarse. Si bien la tecnología ha avanzado mucho en la ciencia forense durante la última década, aún persisten ciertas limitaciones.