Para detectar la presencia de una infección causada por la bacteria Clostridium difficile productora de una toxina.
Clostridium difficile y toxina del C. difficile
Cuando una persona tiene una diarrea leve, moderada o severa durante varios días, con dolor abdominal, pérdida de apetito y fiebre después de seguir un tratamiento con antibióticos.
Una muestra fresca de heces que no esté contaminada con orina o agua.
Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.
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¿Cómo se utiliza?
Las pruebas para detectar Clostridium difficile y su toxina se utilizan para diagnosticar la diarrea y otros trastornos y complicaciones causados por C. difficile productor de toxina. Entre los trastornos ocasionados a consecuencia de la infección por esta bacteria se incluyen la colitis pseudomembranosa. En la colitis pseudomembranosa, la presencia de fibrina junto con el acúmulo de células blancas de la sangre (leucocitos) y la muerte tisular que existe forman una pseudomembrana a lo largo del intestino inflamado; también es la responsable del megacolon tóxico o de la perforación intestinal asociada. La prueba también se puede solicitar para detectar recurrencias de la enfermedad.
Existen varias pruebas para detectar la infección y para determinar si la cepa presente produce toxina o no. Algunas pruebas son muy sensibles pero tardan bastantes días en proporcionar un resultado; otras pruebas menos sensibles y específicas pueden porporcionar resultados más rápidamente (horas). La Society for Healthcare Epidemiology of America (SHEA) y la Infectious Diseases Society of America (IDSA) recomiendan un estudio analítico en dos etapas:
- Prueba de cribado inicial de la glutamato deshidrogenasa (GDH) - detecta un antígeno producido en cantidades importantes por C. difficile, se trate de cepas productoras de toxina o no. Se considera que la prueba es muy sensible a pesar de no ser específica de C. difficile productor de toxina. La prueba indica si en la muestra analizada existe C. difficile pero no indica si la bacteria produce toxinas.
- Como seguimiento a un resultado positivo con la prueba de cribado anterior, se puede emplear cualquiera de las siguientes pruebas, ya sea para confirmar la infección ya sea para detectar la presencia de toxinas:
- Prueba de citotoxicidad celular - se realiza un cultivo tisular para detectar la toxina de C. difficile. Esta prueba evalúa los efectos de la citotoxina (citotoxicidad) en células humanas que se hacen crecer en un cultivo. Es un método sensible para detectar la toxina, pero pasan entre 24 y 48 horas hasta que se obtiene el resultado.
- Cultivo de heces toxicogénico, en el que se hace crecer la bacteria en un cultivo, detectándose la presencia de toxinas. Es la prueba más sensible y es considerada como el patrón áureo. Sin embargo, se tarda de 2 a 3 días en obtenerse un resultado. El cultivo no puede distinguir entre colonización por C. difficile y sobrecrecimiento/infección por la bacteria.
- PCR (reacción en cadena de la polimerasa) - prueba molecular sensible y rápida que permite detectar la presencia de toxina de C. difficile. Se trata de una prueba cara . Algunos laboratorios realizan un cribado con la prueba de la GDH y posteriormente solo confirman los resultados positivos con la prueba molecular. No obstante, esta prueba no se realiza en todos los laboratorios.
Otras pruebas que pueden emplearse, a veces en combinación con las anteriores incluyen las determinaciones por inmunoensayos enzimáticos (EIA) de la toxina B, o de las toxinas A y B del C. difficile. Han sido de las pruebas que más se han utilizado y se obtienen los resultados antes de 4 horas. Son pruebas rápidas pero no suficientemente sensibles como para detectar algunas infecciones; un 30% de los casos no llega a detectarse. Por esta razón, algunas organizaciones profesionales no las recomiendan.
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¿Cuándo se solicita?
Las pruebas para determinación de C. difficile y su toxina suelen solicitarse cuando un individuo hospitalizado tiene, durante más de tres días, diarreas frecuentes, dolor abdominal, fiebre y/o náuseas durante o después del tratamiento con antibióticos o después de cirugía gastrointestinal. Pueden solicitarse también cuando una persona desarrolla estos síntomas a las 6-8 semanas después de tomar antibióticos, varios días después de la quimioterapia o cuando el individuo ya tiene un trastorno gastrointestinal crónico y su médico sospecha que está exacerbándose por una infección por Clostridium difficile. También pueden solicitarse las pruebas para C. difficile y su toxina para ayudar a diagnosticar la causa de una diarrea cuando no ha sido posible encontrar otra causa (infecciosa o no).
Si una persona tratada con antibióticos para la diarrea o colitis recae y los síntomas reaparecen, pueden solicitarse las pruebas de determinación de Clostridium difficile y su toxina para confirmar la presencia de dicha toxina. No se aconseja el uso de la prueba para monitorizar la eficacia del tratamiento ni en personas asintomáticas. El hecho de que los síntomas remitan (desaparición de la diarrea y emisión de heces consistentes) es indicativo de que la infección se ha resuelto. No es aconsejable repetir la prueba cuando ya se ha obtenido un resutado positivo ya que no proporciona ninguna información clínica útil. Las pruebas moleculares pueden seguir siendo positivas durante semanas, a pesar de que la infección se haya resuelto y el individuo esté asintomático.
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¿Qué significa el resultado?
Si los resultados de las pruebas de Clostridium difficile y su toxina son positivos, es probable que la diarrea y los signos y síntomas que presenta el individuo se deban a la producción de toxina por Clostridium difficile.
Un resultado positivo a la prueba para C. difficile o para el antígeno de C. difficile junto con un resultado negativo para la toxina indica que existe este tipo de bacterias en el tracto digestivo pero que no producen toxina (o no a un nivel suficiente como para ser detectable).
Un resultado negativo puede indicar que la diarrea y los síntomas acompañantes son debidos a otra causa distinta a C. difficile. Debido a que la toxina se degrada a temperatura ambiente en unas 2 horas, un resultado negativo puede indicar que la muestra no ha sido transportada, almacenada o procesada inmediatamente. Ante la duda de que la muestra de heces no se haya recogido, transportado ni analizado en las condiciones adecuadas, debe repetirse el estudio.
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¿Hay algo más que debería saber?
Si el resultado de la prueba es positivo, el médico discontinuará los antibióticos que en aquel momento esté tomando el individuo y prescribirá un tratamiento antibiótico oral adecuado, como metronidazol o vancomicina, para eliminar la bacteria C. difficile. Últimamente se han realizado numerosos estudios de investigación en los que se defiende la eficacia, en estos casos de infecciones por C. difficile, de un tratamiento consistente en un "trasplante de heces".
Para diagnosticar una colitis por C. difficile puede realizarse un estudio endoscópico. El especialista (gastroenterólogo) podrá así examinar el colon y biopsiar cualquier lesión pseudomembranosa característica que exista.
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¿Qué más puede causar diarrea?
Una diarrea puede deberse a una infección bacteriana patógena (normalmente causada por Salmonella, Shigella, Campylobacter o Escherichia coli), a una infección vírica, a parásitos, a intolerancia a ciertos alimentos, a ciertas medicaciones, a trastornos digestivos crónicos como el síndrome del colon irritable o a trastornos de malabsorción (como la enfermedad celíaca). La diarrea también puede deberse o exacerbarse debido al estrés psicológico.
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¿Por qué la muestra de heces debe ser fresca?
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¿Por qué no se debe tomar ningún antidiarreico si se tiene diarrea por Clostridium difficile?
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¿Es posible reinfectarse una vez se ha sufrido una infección por Clostridium difficile?
Sí, pero a corto plazo suele ser porque hay una recurrencia del sobrecrecimiento y de la producción de toxina más que una reinfección. Esto sucede porque todavía no se ha restablecido totalmente la flora intestinal. Una persona que ha sufrido diarreas por Clostridium difficile tiene un mayor riesgo de volverlas a padecer en futuros tratamientos con antibióticos.
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¿Existen antibióticos que se asocien con mayor probabilidad a diarreas?
La mayoría de antibióticos puede provocar diarreas porque los antibióticos alteran la composición normal de la flora intestinal. Los antibióticos de amplio espectro, que eliminan muchos tipos de bacterias diferentes, son los que pueden alterar con mayor probabilidad la flora intestinal y permitir que Clostridium difficile pueda crecer y producir su toxina.