12.06.2020
A mediados de enero de 2020, la secuenciación genómica permitió la rápida identificación del microrganismo SARS-CoV-2 causante de la enfermedad COVID-191. A partir de ahí, el desarrollo de métodos diagnósticos basados en la detección de ARN a través de la técnica de Reacción en Cadena de la Polimerasa (abreviatura conocida como PCR en inglés) fue la prioridad con el objetivo de detectar de forma temprana la infección.
Hasta ahora, la prueba más utilizada, confiable y con la que tenemos más experiencia para detectar este nuevo coronavirus es la RT-PCR2. Los test serológicos tardaron un poco más de tiempo en llegar; sin embargo, en estas últimas semanas estamos viendo un incremento en su disponibilidad para ser utilizados. Ahora, el dilema que se plantea es: ¿Cómo utilizarlos e interpretarlos de forma correcta?
Primero, debemos entender que nuestro sistema inmunitario produce anticuerpos a medida que aprende a combatir una infección. Estos son de distintos tipos, principalmente anticuerpos IgM, que se desarrollan tempranamente en una infección, y anticuerpos IgG, que generalmente aparecen de forma más tardía, en la fase de recuperación de la infección y que en su mayoría dotan de protección, de forma variable, frente al microrganismo por un período de tiempo.
Diferencias entre pruebas
Las pruebas inmunológicas para detectar anticuerpos contra SARS-CoV-2 se pueden realizar principalmente a través de dos técnicas diferentes:
- ELISA: prueba por inmunoabsorción ligado a enzimas.
- Pruebas inmunocromatográficas, también denominadas pruebas de flujo lateral, que se conocen como “pruebas rápidas”, ya que el resultado se obtiene en aproximadamente entre 10-30 minutos.
Ambas pruebas utilizan principalmente una muestra sanguínea y pueden detectar tanto IgM, IgG como anticuerpos totales (IgM + IgG), pero su diferencia radica en que las pruebas de ELISA dan resultados más precisos, pueden ser semi-cuantitativos o cuantitativos (permite la cuantificación de anticuerpos) y pueden realizarse de forma automatizada simultáneamente en muchas muestras. Por el contrario, las pruebas inmunocromatográficas dan resultados muy variables tanto en sensibilidad como especificidad y son cualitativas (solo dan los resultados como positivo o negativo).
Aplicación e interpretación de las pruebas inmunológicas
En el caso del SARS-CoV-2, es necesario demostrar que las personas que han desarrollado anticuerpos contra este virus están protegidas. Todavía desconocemos si estos anticuerpos proporcionan protección y cuánto tiempo durará esta inmunidad. Conocer estos datos es fundamental para poder tomar las decisiones sobre el uso de estos test diagnósticos en la actual fase de desescalada, regreso al trabajo, o hasta el tan controvertido “pasaporte inmunológico” entre otros usos.
Pero sí hay situaciones actuales en las que potencialmente los test serológicos pueden ayudarnos. Por ejemplo, su uso en la población puede ser aplicado para averiguar cuántas personas han sido infectadas en una región, país o dentro del grupo de los profesionales sanitarios, y de esta manera poder realizar estrategias futuras, los llamados “estudios de seroprevalencia en una población”.
También los test serológicos son útiles en la evaluación de la respuesta inmune frente a las vacunas que se están desarrollando, para la selección de donantes de plasma o, para confirmar infección en pacientes que se presentan con más de 7 días de síntomas y/o cuando el resultado de una PCR resulta negativa en un paciente con alta sospecha clínca.
En resumen, encontrar anticuerpos frente al SARS-CoV-2 demuestra que esa persona ha tenido contacto con el virus, pero no prueba que esté protegida contra él en el futuro. En estos momentos, debemos utilizar los test serológicos con precaución, siempre acompañados de un contexto clínico o epidemiológico hasta tener nueva evidencia, que esperemos llegará pronto.
Actualmente la comunidad científica y la industria del Diagnóstico in Vitro están trabajando para mejorar las pruebas serológicas, para que sean cada vez más sensibles y específicas, evitando así la detección de casos falsos positivos. En este contexto, son necesarios estudios científicos para conocer más sobre lo que realmente significa tener anticuerpos, tanto para el paciente como para la comunidad, y de esta manera usar los test serológicos de forma estratégica para el diagnóstico de COVID-19.
Bibliografía
- Wu F, Zhao S, Yu B, Chen YM, Wang W, Song ZG et al. A new coronavirus associated with human respiratory disease in China. Nature 2020; 579: 265-9.
- WHO. Laboratory testing for coronavirus disease 2019 (COVID-19) in suspected human cases: interim guidance, 2 March 2020. https://apps.who.int/iris/handle/10665/331329?locale-attribute=es&. Acceso 12 junio 2020.
- Murray et al. MEDICAL MICROBIOLOGY BOOK, 8th Edition, CHAPTER 10: Immune Responses to Infectious Agents.
- OECD Policy Responses to Coronavirus (COVID-19). Testing for COVID-19: A way to lift confinement restrictions. Link: http://www.oecd.org/coronavirus/policy-responses/testing-for-covid-19-a-way-to-lift-confinement-restrictions-89756248/#section-d1e347 Acceso 12 junio 2020.
- Recomendaciones de SEIMC sobre el uso de las pruebas de detección de anticuerpos. 27 de abril del 2020.https://seimc.org/contenidos/documentoscientificos/recomendaciones/seimc-rc-2020-Recomendaciones_uso_de_las_pruebas_de_deteccion_de_anticuerpos.pdf. Acceso 12 junio 2020.