26.10.2014
En los países industrializados, cerca del 20% de la población trabaja en turnos de noche. Ello conlleva, generalmente, una privación del sueño y un desajuste de los ritmos circadianos. Hasta la actualidad, diferentes estudios científicos atribuían la falta de horas de sueño, de los trabajadores en turnos de noche, al riesgo aumentado de diabetes y enfermedad cardiovascular.
Según un estudio publicado recientemente en Diabetes, el riesgo aumentado de diabetes y problemas cardiovasculares que se observa en las personas que trabajan en turnos de noche no se debe al reducido número de horas que duermen, sino al desacoplamiento de los biorritmos hormonales, principalmente del cortisol y la melatonina.
El cortisol tiene un pico máximo entre las 7-8 de la mañana (cuando nos despertamos), y un pico mínimo entre las 11-12 de la noche (cuando nos acostamos). Además, con la oscuridad se segrega la melatonina (con un pico máximo entre las 1-3 de la madrugada), hormona que induce al sueño profundo. A su vez, estos biorritmos condicionan otros biorritmos hormonales, como por ejemplo el de la testosterona en los hombres.
El trabajo publicado compara dos grupos de individuos. A igual número de horas dormidas (entre 5 y 6 horas), un grupo es adaptado al ritmo circadiario, y el otro no. El riesgo de diabetes y de problemas cardiovasculares se reduce a la mitad en el grupo que, durmiendo igual número de horas, han adaptado sus biorritmos.
Por lo tanto, este estudio concluye que, el mayor riesgo de diabetes y enfermedad cardiovascular se relaciona con la falta de adaptación a los ritmos circadianos, y no con el número de horas dormidas.
Enlaces:
Leproult R et al (2014). Circadian misalignment augments markers of insulin resistance and inflammation, independently of sleep loss. Diabetes 63, 1860-1890. http://diabetes.diabetesjournals.org/content/63/6/1860.full.pdf+html