31.07.2017
Con la aparición de las pruebas de laboratorio realizadas por el propio paciente se está detectando un aumento de las consultas al médico. En este sentido, algunos estados de EEUU han desarrollado medidas para frenar las visitas al médico derivadas de las pruebas realizadas por los propios pacientes sin prescripción facultativa.
El hecho radica en que la Administración aprueba métodos de análisis que pueden venderse directamente al consumidor y, una vez autorizados, la industria comercializa y pone a disposición del público. El problema radica en que esta aprobación es meramente técnica y no tiene en cuenta otros aspectos relevantes, que sí aplican los médicos en el momento de solicitar un análisis a la persona que están evaluando. Asimismo, la propia persona, por el lógico desconocimiento, no tiene en cuenta una serie de factores que pueden originar resultados anómalos en un momento dado, y es entonces cuando el individuo acude a la consulta del médico.
En estos momentos, entre otras medidas de reducción de costes, se está potenciando el seguimiento de las recomendaciones de las guías de práctica clínica elaboradas por consenso entre las Sociedades Científicas, que permiten realizar las exploraciones complementarias más eficaces en términos de coste-beneficio. Por este motivo, la autorización de este tipo de análisis parece poco indicada, vistas las consecuencias tanto para el individuo, en términos de preocupación y ansiedad, como para el sistema de salud.
Afortunadamente, en España sigue siendo necesaria una prescripción facultativa para la realización de análisis, pero no sería raro que en un futuro aparecieran estas determinaciones para autoconsumo con los peligros que ello comporta.
Enlaces:
Direct-to-consumer Medical testing in the era of Value-based Care. JAMA june 27, 2017vol 317;24: 2485. K L Rockwell