24/01/2016
Científicos de todo el mundo están preocupados por el aumento en el número de infecciones causadas por cepas de bacterias llamadas “superbacterias”, bacterias resistentes a casi todos los antibióticos y que han causado la muerte en casi la mitad de los afectados. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), quién en un reciente informe publicado el mes de Diciembre del 2015 las clasificó como una “urgente amenaza para la salud pública”, pertenecen a una familia de bacterias llamadas CRE (enterobacterias resistentes a carbapenems).
En su forma natural, las enterobacterias forman parte de la flora normal del sistema digestivo. Sin embargo, a medida que crecen y se dividen, algunas de ellas adquieren un alto nivel de resistencia a varios antibióticos, incluyendo los carbapenems, convirtiéndose en CRE. A menudo, los carbapenems se conocen como “antibióticos de último recurso” para tratar infecciones bacterianas, por lo que la presencia de resistencias a ellos es preocupante. Si las CRE se extienden a zonas del cuerpo como la sangre o la vejiga, pueden causar infecciones que pueden resultar muy difíciles o imposibles de tratar.
Generalmente, los individuos sanos no contraen infecciones por CRE. La posibilidad de presentar infecciones por CRE es mayor en individuos hospitalizados que presentan enfermedades graves. Se trata de personas con un sistema inmunológico generalmente débil y que requieren el uso de dispositivos médicos donde estas bacterias pueden reproducirse, como catéteres y ventiladores. Por lo general, estas infecciones se transmiten de persona a persona a través del contacto con heces infectadas, o de heridas. Mantener las manos limpias es fundamental para prevenir el contagio de estas bacterias.
Estas “superbacterias” son en realidad más peligrosas que otras especies bacterianas resistentes a múltiples fármacos. Contienen un “plásmido” (molécula de ADN extracromosómico circular que se replica y transmite independientemente del ADN cromosómico) que puede transferir la resistencia a múltiples antibióticos a otras bacterias que se encuentran de forma natural en el cuerpo. Estos plásmidos permiten que las bacterias produzcan un enzima responsable de que la mayoría de los antibióticos no tengan efecto. Puesto que estos plásmidos pueden transmitirse, la resistencia a los antibióticos puede propagarse fácil y rápidamente entre las bacterias.
Para identificar la presencia de CRE, se recogen muestras de los lugares donde se sospecha la infección y se realiza su cultivo (por ejemplo, hemocultivo o cultivo de orina). Si existe crecimiento en los cultivos, a continuación se realizan antibiogramas con el fin de determinar la capacidad de los antibióticos para inhibir o eliminar las bacterias responsables de la infección.
La identificación de CRE representa un reto, puesto que no se trata de en un simple examen de laboratorio que indica las bacterias resistentes a esta clase de antibióticos. Sin embargo, ello está cambiando gracias a la nueva definición que han dado los CDC. Hasta hace un tiempo, la definición de CRE se basaba en el patrón de susceptibilidad a carbapenems asociado a la resistencia a otros antibióticos (conocidos como cefalosporinas de amplio espectro). Sin embargo, según la nueva definición, incluso si las bacterias son susceptibles a las cefalosporinas de amplio espectro, pueden clasificarse como CRE. Esta nueva definición ha causado que se detecten e identifiquen más casos de CRE, y por consiguiente, se puede iniciar el tratamiento adecuado antes.
Es muy importante coordinar todos los esfuerzos para frenar la propagación de estas infecciones mortales. Los CDC proporcionan directrices para ayudar a prevenir la propagación de CRE. Toda la población en general también tiene un papel en ello; puede:
- Informar al médico si ha estado hospitalizado recientemente en otro centro o país
- Tomar antibióticos sólo bajo prescripción médica
- Pedir que todos los médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud se laven las manos con agua y jabón o con una solución a base de alcohol antes y después de tocar su cuerpo
- Mantener limpias las manos, especialmente antes de preparar una comida, o de comer alimentos; antes de tocarse los ojos, la nariz o la boca; antes y después de cambiar vendajes y vendas de heridas o manipular dispositivos médicos; después de ir al baño y después de sonarse la nariz, toser o estornudar
Bibliografía
Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Antimicrobial Resistance. U.S. National Action Plan