Tos, estornudos... ¿Gripe o resfriado?

28/01/2018      

Estamos en pleno apogeo de la gripe estacional que llegó temprano esta temporada y alcanzó el nivel de epidemia ya en la última semana de 2017 en algunas comunidades autónomas del territorio español. Las consecuencias de la llegada de la gripe son bien conocidas: bajas laborales, urgencias colapsadas y, en las personas de mayor riesgo, complicaciones graves y fallecimientos.

Según el último informe del Sistema de Vigilancia de la Gripe en España y relativo a la tercera semana de enero de 2018, su intensidad se mantiene muy alta. En esa semana se produjo incluso un ascenso en la onda epidémica con una tasa de incidencia de 290 casos por cada 100.000 habitantes. Desde el inicio de la temporada se han notificado 2.175 casos graves hospitalizados y 278 defunciones; algo más de la mitad son varones en ambos casos (53% y 55%, respectivamente).

Durante la temporada invernal, tres de cada cuatro españoles sufre al menos un episodio de gripe o resfriado. Muchas personas los confunden, sobre todo cuando ya ha saltado la alarma epidemiológica de la gripe. Cierto es que algunos síntomas son comunes (tos, estornudos, dolor de garganta  y cabeza, congestión, mucosidad en las vías respiratorias superiores,…). Sin embargo, son enfermedades distintas, causadas por virus diferentes y con distintas repercusiones, por lo que conviene distinguirlas.

Diferencias entre gripe y resfriado

  1. Virus diferentes:
    Los catarros comunes pueden estar causados por muchos virus, siendo los rinovirus y los coronavirus los más frecuentes.
    La gripe estacional, en cambio, la produce una familia de virus llamados orthomyxovirus, concretamente los tipos A, B y C del virus de la influenza.
  2. Síntomas:
    El cuadro sintomático es muy similar, sobre todo en lo que se refiere a los relacionados con la irritación de vías respiratorias altas (tos, estornudos, dolor de garganta, congestión, mucosidad…), dolor de cabeza y dolores musculares inespecíficos. Pero en general, la sintomatología del resfriado es mucho menos severa y no suele ser invalidante, permitiendo al paciente seguir con su vida cotidiana.
    La gripe, por el contrario, es mucho más postrante e invalidante. Los síntomas suelen ser más severos y de mayor duración y frecuentemente obligan al paciente a guardar cama.
  3. Tratamiento:
    Tanto la gripe como el catarro son causados por virus, por lo que los antibióticos no funcionan y no son aconsejables salvo excepciones dictaminadas por el médico. Las principales recomendaciones para recuperarse son en ambos casos el descanso y la hidratación. Idealmente, lo mejor sería quedarse en casa a descansar y beber mucha cantidad de líquidos. El resto del tratamiento habitual es sintomático, para hacer más llevadero el proceso hasta la recuperación: descongestivos, analgésicos, antitérmicos, antihistamínicos, etc.
    En algunos casos la gripe puede requerir el tratamiento con antivirales para prevenir complicaciones mayores en personas de riesgo.
  4. Prevención:
    No hay vacunas para el resfriado común, por lo que la única medida preventiva es extremar las precauciones para evitar el contagio: lavarse la manos regularmente con jabón, desinfectar superficies de uso común (teléfono, manillas de las puertas,…), etc.
    En el caso de la gripe, la recomendación es vacunarse, sobre todo para las personas de alto riesgo de complicaciones (ancianos, embarazadas, personas con enfermedades de base, sanitarios, etc.). Cierto es que su efectividad no es muy alta (sobre un 50%), pero evita muchos casos de gripe.

En definitiva, aprender a distinguir cuando se sufre una gripe o de un simple resfriado es importante y ayuda a no colapsar los servicios de urgencias médicas. Sobre el papel, puede parecer complicado por sus muchas similitudes, pero cuando se ha tenido gripe una vez en la vida, no se suele tener problemas para identificarla.