La medicina de laboratorio contribuye al cribado de las enfermedades, a su prevención, diagnóstico, monitorización y pronóstico. El peso del laboratorio clínico en el proceso asistencial está aumentando de forma exponencial ya que permite tomar decisiones clínicas cruciales que cambian el curso de la enfermedad y optimizar tratamientos. El College of American Pathologists (CAP) estima que más del 80% de las decisiones médicas, tanto para el diagnóstico como para establecer tratamientos o pronósticos, se realizan en base a los resultados del laboratorio clínico.
Una de las frases frecuentes que se escucha en la consulta del médico es: “quiero hacerme una analítica“. En una consulta médica, raramente se encuentra un paciente al que no se le haya solicitado una. En algunos casos, no hay alternativa para las pruebas de laboratorio. Por ejemplo, un colesterol elevado solamente puede detectarse mediante una analítica y mucho antes de que aparezcan los síntomas, permitiendo la prevención de enfermedades vasculares, como el infarto agudo de miocardio.
Los médicos confían en los resultados que el laboratorio clínico produce para ayudarles a diagnosticar muchas situaciones y para seguir la eficacia del tratamiento. De la misma manera que su médico confía en los resultados generados por el laboratorio clínico, usted también debería confiar plenamente en ellos.
Existen muchísimas medidas de control en el laboratorio clínico para asegurar que se produzcan resultados fiables. Unas se han establecido por ley, otras han sido establecidas por las propias asociaciones de profesionales de la medicina de laboratorio; además los mismos laboratorios clínicos han desarrollado sistemas para mantener unos estándares de calidad muy altos.
Excepto por la relación que mantiene con la persona que le realiza la extracción, es raro que usted pueda conocer el proceso que sigue su muestra dentro del laboratorio, ni hacerse una idea de la cantidad de personas implicadas en dicho proceso, antes de que finalmente se genere un informe de laboratorio. En el siguiente vídeo se muestra una breve descripción del proceso de análisis de una muestra de sangre, desde que el médico lo solicita hasta que lo interpreta clínicamente. Es un proceso complejo que debe ser gestionado por personal cualificado para que el resultado final, el informe del laboratorio, sea fiable y aporte información clínica relevante.
Para la mayoría de los pacientes, unos análisis empiezan y terminan con el pinchazo para obtener la sangre, pasar una escobilla por la garganta para obtener un frotis, o recoger un poco de orina en un pequeño recipiente estéril. Pero, de hecho, las pruebas analíticas aún no han empezado.
La sangre, el frotis de garganta o la orina constituyen solamente las muestras necesarias para realizar el análisis. Las pruebas en sí se realizan en otra parte, en un laboratorio con instrumentación y personal cualificado y entrenado que procesa, analiza e informa lo que contiene esta muestra.
En este apartado se puede conocer el circuito que siguen dos diferentes tipos de muestras, una de sangre y otra de un frotis de garganta, para formarse un concepto de lo que usted habitualmente no ve, qué le pasa a su muestra, y lo cuidadosamente que se la sigue y trata a lo largo de todo el proceso desde el momento en que la pierde de vista.
Proceso de las muestras en el laboratorio clínico
En el centro de extracciones, se verificará la correcta identificación del paciente y de acuerdo con la petición de análisis de su médico, se procederá a obtener la muestra necesaria para realizar las pruebas solicitadas.
Muestra de sangre
Dependiendo del centro donde se obtenga su sangre, un facultativo/a, un enfermero/a, o un técnico/a de laboratorio u otro profesional cualificado realizará la punción para obtener su sangre siguiendo procedimientos estandarizados. El profesional de laboratorio introduce una aguja en la vena de la parte externa del brazo cerca del codo, por ser esta una zona donde la molestia y el dolor son menores.
Frotis faríngeo (recogida de muestra de la garganta)
La obtención de un frotis faríngeo es un proceso muy simple que no requiere ninguna preparación previa del paciente. Sencillamente, se le pide al paciente que abra la boca y se toma una muestra de la garganta mediante un escobillón (dispositivo que lleva incorporado un algodón en el extremo).
Identificación de la muestra
Después del llenado de los tubos necesarios, estos son etiquetados para su correcta identificación. En muchos laboratorios clínicos, la etiqueta ya llevará el nombre del paciente, el número de identificación, los códigos del tipo de muestra, y en el caso de algunos laboratorios clínicos, otros números que ayuden a identificar la muestra o la fecha.
Entrada de la petición con los datos y pruebas del paciente
Posteriormente a la obtención e identificación de la muestra, esta se transporta al laboratorio para ser dada de alta en el Sistema de Información del Laboratorio (SIL). Dependiendo de las pruebas necesarias, la muestra puede ser trasladada a una sección u otra del laboratorio clínico, o incluso a otro laboratorio especializado en el tipo de análisis en cuestión.
Cuando finalmente la muestra ha llegado a los distintos laboratorios o puntos de análisis, será colocada en una gradilla que permitirá tenerla localizada en todo momento. La etiqueta del tubo contiene toda la información necesaria, para asegurar que la muestra se procesa para las pruebas adecuadas, y en los instrumentos correspondientes. Los resultados analíticos que se vayan generando se validarán por un profesional de la medicina de laboratorio e irán añadiéndose al episodio correspondiente con dicha extracción, así como a su historia clínica. En este episodio además se recogen sus datos personales, así como los del médico peticionario, de manera que una vez completado el proceso el informe de laboratorio puedan mandarse directamente a su médico.
Procesamiento de la muestra
Dependiendo de las pruebas solicitadas, su muestra puede ser preparada de una forma u otra antes del análisis. La mayoría de las pruebas de laboratorio se realizan en plasma o en suero (tanto uno como otro corresponden a la porción líquida de la sangre, libre de células). La separación de las células de la sangre se consigue centrifugando la muestra adecuadamente durante unos 10 minutos. Después de su centrifugación, el plasma o el suero aparecen como un sobrenadante de color amarillo claro en la parte superior del tubo, mientras que las células se quedan en la parte inferior.
Si el tubo con el que se ha procedido a recoger la sangre lleva algún tipo de sustancia anticoagulante, entonces después de centrifugar la sangre se obtendrá el plasma. Si el tubo no lleva ningún tipo de anticoagulante, se deberá dejar coagular la sangre en el tubo, y el sobrenadante que quede después del centrifugado será el suero.
Si la prueba precisara una muestra de sangre total (por ejemplo: el hemograma) la muestra no debe centrifugarse y puede ser analizada directamente sin ningún pretratamiento.
Otros ejemplos de muestras para realizar pruebas de laboratorio son la orina (micción y 24 horas), semen, líquido amniótico, líquido pleural, entre otros.
Realización del análisis
En la mayoría de los casos, el análisis de las muestras se realizará en un sistema automatizado. Actualmente la tecnología está muy avanzada, disponiendo de analizadores capaces de soportar una gran carga de trabajo (analizar muchas muestras por hora).
Obtención de los resultados
Con los analizadores de última generación, los equipos mandan los resultados al Sistema de Información del Laboratorio (SIL) que se encarga de reunir todos los resultados de las distintas pruebas en un informe de laboratorio. En este caso, el informe puede mandarse automáticamente al médico peticionario. En otros casos, pueden mandarse por correo electrónico o bien imprimirse para realizar la entrega al paciente. En el caso de obtener resultados que revistan mucha gravedad, se contacta telefónicamente con el médico peticionario para dar el aviso y que pueda tomar una decisión clínica lo antes posible.
El tiempo transcurrido entre la obtención de la muestra y la llegada de los resultados al médico peticionario puede variar ampliamente, desde unos minutos hasta varias semanas. La urgencia, las distancias geográficas, el calendario del procesado de muestras, la complejidad del análisis y otros factores explican la posible demora en la obtención de los resultados.
La inteligencia artificial (IA) está transformando la manera en que se realizan las pruebas de laboratorio y el diagnóstico de enfermedades, llevando la medicina a una nueva era de precisión y eficiencia. A medida que los sistemas de salud enfrentan una creciente demanda de servicios y pruebas cada vez más complejos, la IA se presenta como una herramienta para mejorar la detección de enfermedades, disminuir los tiempos diagnósticos y optimizar el tratamiento.
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