Diabetes

4/2/2017

¿En qué consiste?

El término diabetes se refiere a un conjunto de enfermedades ligadas a la incapacidad de un individuo para producir una cantidad suficiente de insulina o para responder adecuadamente a la insulina. Esta situación ocasiona la presencia de concentraciones elevadas de glucosa en sangre (hiperglucemia) y puede acarrear toda una serie de problemas de salud tanto agudos como crónicos, algunos de ellos graves.

Las personas con diabetes son incapaces de procesar adecuadamente la glucosa, que constituye la principal fuente de energía del organismo. Después de una comida, los hidratos de carbono se degradan a glucosa y a otros azúcares simples. Esto provoca un aumento de la concentración sanguínea de glucosa que hace que el páncreas libere insulina a la sangre. La insulina es una hormona producida por las células beta del páncreas. Se encarga de regular el transporte de glucosa hacia la mayoría de células del organismo y, juntamente con el glucagón, otra hormona pancreática, mantiene la concentración de glucosa en la sangre dentro de unos intervalos.

Si no hay suficiente insulina, esta no es eficiente o si las células del organismo son resistentes a sus efectos (resistencia a la insulina), se transporta menos cantidad de glucosa desde la sangre hacia el interior de las células a pesar que los valores de glucosa en sangre son altos. Esto puede causar problemas tanto agudos como crónicos dependiendo de la gravedad de la deficiencia de insulina y/o de la resistencia a la misma. Para evitar posibles problemas de salud y complicaciones de la enfermedad, las personas diabéticas se tienen que controlar diariamente y de por vida los niveles de glucosa en sangre. La finalidad del tratamiento de la diabetes, que puede incluir modificaciones de la dieta, ejercicio físico y/o medicamentos como la insulina, no es otra que la de asegurar que los niveles de glucosa en sangre se encuentren dentro de unos intervalos ni demasiado altos ni demasiado bajos.

  • Un aumento importante de los valores de glucosa en sangre de forma aguda (hiperglucemia aguda) puede representar una urgencia médica. El organismo intenta eliminar el exceso de glucosa en sangre aumentando su excreción por la orina. Este proceso puede causar una deshidratación y desajustar el equilibrio electrolítico del organismo ya que se pierde mucho sodio y potasio en la orina. La glucosa no puede acceder a las células obedeciendo al déficit grave de insulina y por ello el organismo intenta proporcionar otras fuentes de energía metabolizando ácidos grasos. Este proceso, mucho menos efectivo, conduce a una acumulación de cetonas y desajusta el equilibrio ácido-base, generando un estado conocido como cetoacidosis. Si no se detecta, la concentración elevada de glucosa en la sangre puede conducir a una deshidratación grave, pérdida de conciencia e incluso la muerte.
  • Una disminución marcada de los valores de glucosa en sangre (hipoglucemia), a menudo a consecuencia de un exceso de insulina, también puede tener consecuencias muy graves. El individuo siente hambre, sudoración, aumento del ritmo cardíaco que además puede ser irregular, y puede presentar confusión, visión borrosa, mareo, desmayos y convulsiones. Si la concentración de glucosa en sangre es muy baja, el desenlace puede ser fatal.

Es posible que la persona no detecte que su concentración de glucosa va aumentando progresivamente y ésta se mantiene elevada de manera crónica. El organismo intenta controlar la cantidad de glucosa aumentando la producción de insulina y excretando glucosa por la orina. Los signos y síntomas suelen aparecer cuando el organismo ya no es capaz de compensar la alta concentración de glucosa en la sangre.

La hiperglucemia crónica a largo plazo puede causar lesiones de vasos sanguíneos, de nervios y de cualquier órgano y puede así conducir a otros trastornos como: insuficiencia renal, pérdida de visión, accidente cerebrovascular (ACV), enfermedad cardiovascular y problemas de circulación en las extremidades inferiores. El daño producido por la hiperglucemia es acumulativo y puede empezar antes de que el individuo sepa que padece diabetes. Cuanto más temprano es el diagnóstico, mayores son las oportunidades de minimizar las complicaciones.

La tabla siguiente muestra algunas características de los distintos tipos de diabetes.

Acerca de la diabetes

Signos y síntomas

Los signos y síntomas de la diabetes siempre se relacionan con concentraciones elevadas (hiperglucemia) o bajas (hipoglucemia) de glucosa en sangre y con complicaciones asociadas a la propia enfermedad. Los diabéticos tipo 1 suelen diagnosticarse porque presentan síntomas agudos y graves que requieren hospitalización. En prediabetes, diabetes tipo 2 temprana y diabetes gestacional no suele haber signos ni síntomas.

Signos y síntomas asociados a diabetes tipo 1 y tipo 2 con hiperglucemia:

  • Aumento de la sed.
  • Aumento de la frecuencia urinaria.
  • Aumento del apetito (en la diabetes tipo 1 también se observa una disminución de peso).
  • Fatiga.
  • Náuseas, vómitos, dolor abdominal (especialmente en niños).
  • Visión borrosa.
  • Cicatrización lenta de las heridas.
  • Entumecimiento, hormigueo y dolor en los pies (neuropatía).
  • Disfunción eréctil en hombres.
  • Ausencia de menstruación en mujeres.
  • Respiración rápida (si la hiperglucemia es aguda).
  • Disminución de la conciencia, coma (si la hiperglucemia es aguda).

Síntomas de hipoglucemia inminente:

En personas diabéticas, una hipoglucemia suele deberse a la inyección accidental de demasiada insulina, a no haber comido suficiente o haber esperado demasiado para comer, a un ejercicio extenuante o a las fluctuaciones en la concentración de glucosa. La hipoglucemia debe solucionarse en cuanto se detecta puesto que puede llevar rápidamente a la pérdida de conciencia. Entre los signos y síntomas de hipoglucemia se incluyen:

  • Ataque de hambre repentino.
  • Dolor de cabeza.
  • Ansiedad, confusión.
  • Sudoración.
  • Temblor, debilidad.  
  • Visión doble.
  • Convulsiones.
  • Coma.

Complicaciones

Las complicaciones de la diabetes pueden estar relacionadas con alteraciones de la concentración del perfil lipídico, con lesiones de los vasos sanguíneos (vasculares y microvasculares), con lesiones en órganos vitales, como por ejemplo riñón (nefropatía diabética) u ojo (retinopatía diabética), o con lesiones en los nervios (neuropatía diabética).

Es muy importante que las personas diabéticas tomen conciencia de la enfermedad que padecen y de sus posibles complicaciones y que reciban una adecuada formación y educación sanitaria dirigida a alcanzar un control riguroso de su enfermedad. Se recomienda que se sometan a varios controles anuales que incluyan la monitorización de los valores de albúmina en orina y de hemoglobina glicada (HbA1c) en sangre. Por otra parte deben reconocer ciertos tipos de posibles complicaciones para poder acudir a recibir atención médica sin demora, como por ejemplo:

  • Infecciones de heridas, especialmente en los pies: suelen cicatrizar lentamente y en caso de no actuar, pueden complicarse y suponer una amputación.
  • Retinopatía diabética: puede conducir a un desprendimiento de la retina y a ceguera.
  • Infección del tracto urinario (ITU): puede ser frecuente y ser resistente a antibióticos. Si no se aplica el tratamiento adecuado puede favorecerse el daño renal.

Pruebas relacionadas

La finalidad de las pruebas relacionadas con la diabetes es la de detectar la hiperglucemia, detectar y diagnosticar estados de prediabetes y de diabetes, monitorizar y controlar los valores de glucosa a lo largo del tiempo, y detectar y monitorizar las posibles complicaciones.

Las pruebas pueden emplearse:

  • Cuando una persona presenta signos y síntomas sugestivos de diabetes.
  • Cuando una persona presenta algún trastorno o factor de riesgo asociado a diabetes.
  • Cuando una persona acude a un servicio de urgencias en una situación aguda.
  • Regularmente, para monitorizar una diabetes y controlar los niveles de glucosa en sangre.

El cribado de la diabetes del embarazo (diabetes gestacional) difiere del que se realiza en el resto de la población. Si desea más información puede referirse al apartado dedicado a la diabetes gestacional en este mismo artículo.

Según la American Diabetes Association (ADA) pueden emplearse diferentes pruebas para el cribado y el diagnóstico de diabetes o de estados prediabéticos, cada una de ellas con sus ventajas e inconvenientes. Si el resultado inicial del cribado es anormal, debe repetirse la prueba. Para que se confirme el diagnóstico de la enfermedad, este segundo resultado también tiene que ser anómalo. Entre las pruebas se incluyen:

  • Glucosa en ayunas: esta prueba mide la concentración de glucosa en sangre después de un ayuno de 8 a 12 horas.
  • Hemoglobina glicada (HbA1c) o hemoglobina A1c o glicohemoglobina: esta prueba evalúa el promedio de la cantidad de glucosa que ha existido en la sangre durante los 2-3 últimos meses. No es necesario mantener un ayuno de 8 horas. No debería de utilizarse esta prueba para establecer el diagnóstico de diabetes en embarazadas, en personas que recientemente han sangrado o han recibido una transfusión, en personas con enfermedad renal crónica o con enfermedad hepática, en personas con anemia (por ejemplo: por déficit de hierro o por déficit de vitamina B12) o en personas con variantes de la hemoglobina. Además, con finalidades de cribado o de diagnóstico, es importante emplear tan solo métodos estandarizados ya que los métodos adaptados a dispositivos portátiles o POCT que pueden existir en consultas médicas u otros puntos de atención sanitaria muestran demasiada variabilidad analítica (estos dispositivos sí pueden emplearse en la monitorización del tratamiento).
  • Prueba de tolerancia oral a la glucosa a las 2 horas de haber tomado un preparado con 75 gramos de glucosa: se toma una primera muestra antes de beberse el preparado y se toma la segunda muestra a las dos horas del consumo del preparado.
  • A veces se extrae una muestra de sangre sin que la persona haya mantenido ayuno alguno. En estos casos, un resultado de 200 mg/dL (11,1 mmol/L) o superior es indicativo de diabetes. Ante un resultado alterado, suelen solicitarse pruebas adicionales.

Pruebas exclusivamente de cribado

  • A veces, en exámenes rutinarios, se analizan muestras de orina aleatoria en las que se mide glucosa, proteínas y cetonas (además de realizar un urianálisis completo). Si alguna de estas tres pruebas da un resultado positivo, es necesario averiguar la causa que motiva esta alteración.

Pruebas para la monitorización

  • Glucosa: las personas diabéticas deben monitorizarse ellas mismas sus niveles de glucosa en sangre, a menudo varias veces al día, para conocer en qué medida sus niveles de glucosa se apartan de lo normal, y en base a ello y siguiendo las instrucciones del médico, adecuar las modificaciones pertinentes de su medicación. Normalmente, se dispone una gota de sangre (obtenida por punción de la piel con una lanceta) sobre un soporte o una tira para glucosa, y se introduce dicho soporte en un glucómetro (dispositivo que permite medir los niveles de glucosa en sangre). A veces en casos de diabetes de tipo 2 y en casos de diabetes gestacional también se recurre a este tipo de monitorización.
  • HbA1c y estimación de la glucosa promedio (eAG): se trata respectivamente, de una prueba y de un cálculo solicitados varias veces al año para monitorizar a personas con diabetes o a personas prediabéticas. La HbA1c es el promedio de la cantidad de glucosa presente en la sangre durante los últimos 2 a 3 meses y es de gran ayuda al médico para evaluar la eficacia del tratamiento.

Ocasionalmente, pueden solicitarse otras pruebas para evaluar los niveles de glucosa en sangre, evaluar la función de algunos órganos y evaluar posibles complicaciones. Entre ellas se incluyen:

Diabetes tipo 1

La diabetes tipo 1 se solía conocer como diabetes insulino-dependiente o diabetes juvenil y representa cerca del 5-10% de los casos de diabetes. La mayoría de los casos se diagnostican antes de los 30 años de edad. Los diabéticos tipo 1 sintetizan muy poca o ninguna insulina. Todas las células beta del páncreas productoras de insulina que tienen en el momento del diagnóstico son destruidas por completo por el sistema inmune en un periodo de 5 a 10 años, dejándolos totalmente dependientes de inyectarse insulina para vivir.

La causa exacta de la diabetes tipo 1 se desconoce pero podrían jugar un papel importante una historia familiar de diabetes, los virus que afectan al páncreas y los procesos autoinmunes, en los cuales el organismo destruye sus propias células beta. Los diabéticos tipo 1 suelen tener complicaciones médicas más graves y mucho más tempranas que otros tipos de diabéticos. Cerca del 40% desarrollará problemas graves de riñón, lo que conducirá a una insuficiencia renal antes de cumplir los 50 años.

Signos y síntomas

Con frecuencia, los síntomas aparecen de manera brusca y el diagnóstico suele hacerse en los servicios de urgencias. El individuo puede estar seriamente enfermo, incluso comatoso, con una concentración de glucosa en sangre extremadamente elevada y también de cetonas (cetoacidosis).

Pruebas de laboratorio

Además de las pruebas empleadas para el cribado, diagnóstico y monitorización de la enfermedad, para evaluar una diabetes tipo 1 pueden emplearse otras pruebas:

  • Autoanticuerpos relacionados con la diabetes: esta prueba permite distinguir entre diabetes tipo 1 y tipo 2 en los casos en los que el diagnóstico no queda claro. La presencia de uno o varios de estos autoanticuerpos es indicativa de diabetes tipo 1.
  • Insulina, péptido C: para monitorizar la producción de insulina
  • Cetonas en orina y/o cetonas en sangre: en personas que acuden a los servicios de urgencias con síntomas sugestivos de hiperglucemia aguda, así como en personas que están siendo tratadas por una cetoacidosis. La síntesis de cetonas puede tener lugar siempre que exista una disminución en la cantidad o en la efectividad de la insulina en el organismo.

Tratamiento

Actualmente no existe curación para la diabetes tipo 1, aunque ha habido un éxito relativo con el trasplante de células beta de los islotes para restaurar potencialmente la producción de insulina.

El tratamiento de la diabetes en el momento del diagnóstico es sustancialmente diferente del tratamiento de la diabetes en sí. El diagnóstico de los diabéticos tipo 1 se realiza normalmente de una manera aguda, con una concentración muy elevada de glucosa en la sangre, desequilibrio electrolítico, un estado de cetotacidosis diabética y con un cierto grado de insuficiencia renal. En el peor de los casos los individuos pueden llegar a estar inconscientes y comatosos. Se trata de una situación grave que requiere una hospitalización inmediata y un tratamiento específico para restablecer todas las condiciones de equilibrio del organismo.

El tratamiento de la diabetes se basa principalmente en la monitorización diaria de la concentración de glucosa, una dieta sana y planificada y ejercicio físico practicado de manera regular. La práctica regular de ejercicio físico consigue disminuir la concentración de glucosa en sangre, aumenta la sensibilidad del organismo a la insulina y activa la circulación.

Los diabéticos tipo 1 deben comprobar su concentración de glucosa e inyectarse insulina varias veces al día. Algunos diabéticos tipo 1 llevan bombas de insulina, mecanismos programables, que se instalan en la cintura y suministran pequeñas cantidades de insulina, a través de una aguja subcutánea, a lo largo del día para simular una secreción normal de insulina. La cantidad y el tipo de insulina inyectada debe ajustarse teniendo en cuenta la dieta de cada persona, la cantidad de comida que ingiere y el ejercicio que realiza. Existen muchos tipos de insulina, unas son de acción rápida y tienen una semivida corta y otras tardan más en hacer efecto pero éste es más duradero.

La mayoría de diabéticos tipo 1 usa una combinación de insulinas para satisfacer sus necesidades. Mantener el control puede ser, a veces, una tarea compleja. El estrés, las enfermedades y las infecciones pueden alterar la cantidad de insulina necesaria y algunos diabéticos tipo 1 son de difícil control porque su concentración de glucosa experimenta oscilaciones marcadas durante el día. Otro factor añadido de complicación es que a menudo los diabéticos tipo 1 desarrollan anticuerpos contra la insulina que se inyectan, su organismo reconoce a la insulina como si fuera un agente extraño en el organismo e intenta destruirla. Esto obliga a aumentar la dosis de insulina o a tener que cambiar a otro tipo.

Los diabéticos tipo 1 también pueden pasarse con la dosis de insulina, lo que conduce a una disminución brusca de la concentración de glucosa si se inyectan demasiada insulina, si pasan largos períodos de tiempo sin comer o si sus necesidades cambian repentinamente. Siempre deben llevar un azucarillo o caramelo y tomárselo cuando empiecen a notar síntomas de hipoglucemia. También se recomienda llevar inyecciones de glucagón (que estimula la liberación hepática de glucosa) por si la hipoglucemia que experimenta el individuo no responde a la glucosa oral o para que otra persona se lo inyecte en caso de que la persona caiga inconsciente. Algunas condiciones agudas como la cetoacidosis diabética o la insuficiencia renal requieren hospitalización.

Diabetes tipo 2

La diabetes tipo 2 se solía conocer como diabetes no insulino-dependiente o diabetes del adulto. Las personas diabéticas pueden producir insulina. Sin embargo la cantidad producida puede ser insuficiente para satisfacer las necesidades de su organismo o bien puede ser que su organismo haya desarrollado una resistencia a la acción de la insulina. Cuando se diagnostica la enfermedad, a menudo existen unos valores elevados, tanto de glucosa como de insulina en sangre, aunque es posible que el individuo no refiera ningún síntoma. Aproximadamente el 90-95% de los casos de diabetes son de tipo 2. La enfermedad suele desarrollarse en la etapa adulta, en mayores de 45 años y es más frecuente en personas obesas. Entre los factores de riesgo asociados a la diabetes tipo 2 se incluyen:

Actualmente, el número de casos detectados de diabetes tipo 2 está aumentando obedeciendo a un aumento de la obesidad y del sedentarismo entre la población; además, cada vez se diagnostica la diabetes tipo 2 en personas más jóvenes de lo que era habitual hasta hace unos años.

La American Diabetes Association (ADA) y la United States Preventive Services Task Force (USPTF) recomiendan realizar un cribado de la enfermedad en mayores de 45 años, o en menores de 45 años si se trata de personas obesas y con algún factor de riesgo adicional. La ADA también recomienda el cribado en niños con sobrepeso y con dos o más factores de riesgo de diabetes tipo 2.

Signos y síntomas

En el momento del diagnóstico es posible que no existan signos ni síntomas de diabetes tipo 2. Al inicio de la enfermedad pueden ser sutiles aunque posteriormente empeoran si no se diagnostica ni se instaura tratamiento.

Pruebas de laboratorio

Además de las pruebas empleadas para el cribado, diagnóstico y monitorización de la enfermedad, para evaluar una diabetes tipo 2 pueden emplearse otras pruebas:

  • Autoanticuerpos relacionados con la diabetes: esta prueba permite distinguir entre diabetes tipo 1 y tipo 2 en los casos en los que el diagnóstico no queda claro. La presencia de uno o varios de estos autoanticuerpos es indicativa de diabetes tipo 1.
  • Insulina, péptido C: para monitorizar la producción de insulina
  • Cetonas en orina y/o cetonas en sangre: en personas que acuden a los servicios de urgencias con síntomas sugestivos de hiperglucemia aguda, así como en personas que están siendo tratadas por una cetoacidosis. La síntesis de cetonas puede tener lugar siempre que exista una disminución en la cantidad o en la efectividad de la insulina en el organismo.

Prevención y tratamiento

El riesgo de padecer diabetes tipo 2 puede reducirse ostensiblemente si se pierde peso, realizando ejercicio y siguiendo una dieta sana, en la que se limite el consumo de grasas. Se puede prevenir o retrasar la aparición de la diabetes tipo 2 identificando a tiempo una prediabetes e introduciendo cambios en el estilo de vida para disminuir la concentración sanguínea de glucosa. Normalizar los niveles de glucosa en sangre también permite minimizar o prevenir lesiones vasculares y renales.

Los diabéticos tipo 2 deben comprobar su concentración de glucosa una o más veces al día. El tratamiento varía según las necesidades del individuo. Algunos pacientes solamente requieren un control de la glucosa de la dieta y ejercicio, otros casos necesitan tomar medicación oral y finalmente otros requieren la inyección de insulina. A menudo las personas afectadas van cambiando de tratamiento a medida que su enfermedad evoluciona.

La medicación oral existente es variada:

  • Fármacos que estimulan el páncreas para que produzca más insulina.
  • Fármacos que hacen que el organismo sea más sensible a la insulina producida.
  • Fármacos que enlentecen la absorción de hidratos de carbono en el tracto gastrointestinal (ralentizando el incremento de glucosa en la sangre tras las comidas).
  • Fármacos que bloquean la reabsorción de glucosa a nivel renal.

Los diabéticos tipo 2 suelen tomar diversas combinaciones de estos fármacos o incluso pueden inyectarse insulina para conseguir mantener la concentración de glucosa dentro de lo que se considera normal.

Las personas con diabetes tipo 2 pueden presentarse con una sintomatología grave si han ignorado los síntomas iniciales, si no han seguido correctamente el tratamiento o si han sufrido algún tipo de estrés orgánico como un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular (ACV) o una infección grave. La concentración elevada de glucosa y la deshidratación se retroalimentan mutuamente y ocasionan efectos acumulativos, lo que conduce a debilidad, confusión y a veces a convulsiones y coma. Esta situación es también muy grave y requiere una hospitalización inmediata.

Diabetes gestacional

La diabetes gestacional es una forma de hiperglucemia que se da en algunas mujeres durante el embarazo, normalmente hacia el final del embarazo. La causa se desconoce, pero se cree que algunas hormonas de la placenta aumentan la resistencia a la insulina en la madre provocando un aumento de la concentración de glucosa en sangre. Se considera que existe mayor riesgo de diabetes gestacional en las siguientes situaciones:

  • Sobrepeso.
  • Diabetes gestacional en un embarazo previo.
  • Mayores de 25 años.
  • Hijo previo de elevado peso al nacer o haber dado a luz a un bebé muerto.
  • Familiar de primer grado con diabetes.
  • Síndrome del ovario poliquístico.

Normalmente se realiza un cribado de diabetes gestacional a todas las mujeres embarazadas entre las semanas 24 y 28. Si se detecta diabetes gestacional y no se trata, es muy probable que el bebé sea más grande de lo normal, que nazca prematuro y con una concentración baja de glucosa. La embarazada tiene más riesgo de padecer hipertensión y preeclampsia.

La hiperglicemia asociada al embarazo normalmente desaparece después del nacimiento del bebé, pero tanto la madre como el bebé tienen más riesgo de desarrollar una diabetes tipo 2 a lo largo de su vida. Una mujer que ha sufrido diabetes gestacional en un embarazo probablemente la sufrirá en los embarazos siguientes.

Signos y síntomas

Los signos y síntomas asociados a una diabetes gestacional suelen corresponderse con los de una diabetes. Es posible que una embarazada con diabetes gestacional no refiera ningún síntoma y no sepa que está desarrollando la enfermedad.

Pruebas de laboratorio

La mayor parte de organizaciones y sociedades científicas expertas en diabetes recomiendan el cribado de la diabetes gestacional entre las semanas 24 y 28 del embarazo. La American Diabetes Association (ADA) recomienda cualquiera de las dos pruebas que se exponen a continuación. El American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) recomienda la estrategia que comporta dos etapas, según se expone a continuación.

Prueba única.

  • Prueba de tolerancia oral a la glucosa: se toma primero una muestra de sangre antes de tomar un preparado con 75 gramos de glucosa. Posteriormente, se toma una segunda y tercera muestra al cabo de 1 hora y de 2 horas, respectivamente, de haber consumido el preparado. Se mide la glucosa en las tres muestras. Para establecer el diagnóstico de diabetes gestacional es suficiente con que en una de las 3 muestras se obtenga un resultado alterado.

Prueba en dos etapas:

  • Prueba de tolerancia oral de glucosa de 50 gramos: la embarazada se toma el preparado con 50 gramos de glucosa y se toma una muestra de sangre al cabo de 1 hora para medir la concentración de glucosa. Una concentración superior o igual a 140 mg/dL (7.8 mmol/L) se considera anormal (algunos expertos recomiendan como valor de corte 130 mg/dL o 7.2 mmol/L) y debe realizarse una prueba larga (3 horas) de tolerancia oral a la glucosa.
  • Así, cuando la prueba de tolerancia oral a la glucosa de 50 gramos ha resultado alterada, se realiza la prueba de tolerancia oral a la glucosa de 100 gramos de 3 horas de duración: inicialmente se mide la glucosa en ayunas y posteriormente se hace otra determinación después de tomar el preparado de 100 gramos de glucosa. Igualmente, se obtienen muestras de sangre al cabo de 1, 2 y 3 horas. En todas ellas se mide la concentración de glucosa. Si en 2 o más de las 4 muestras de sangre los niveles de glucosa exceden los valores que se muestran en la tabla, se establece el diagnóstico de diabetes gestacional.

Cuando la embarazada haya tenido una diabetes gestacional, a las 6-12 semanas después del parto, debe someterse a un control en el que se le solicita alguna de las siguientes pruebas:

En una diabetes gestacional la futura madre debe seguir una dieta modificada, realizar ejercicio regularmente y someterse a controles de glucosa cuando el médico lo considere oportuno. Se puede dar el caso de que se tenga que prescribir inyecciones de insulina (no es habitual tratar con fármacos por vía oral).

Normalmente, después del parto, la situación se resuelve si bien la mujer presenta mayor riesgo de desarrollar una diabetes tipo 2. Además será necesario establecer una monitorización cuidadosa de futuros embarazos ya que tiene más riesgo de volver a padecer una diabetes gestacional. Desde el mismo momento del parto se monitoriza al bebé para detectar cualquier posible hipoglucemia (valores bajos de glucosa) y para prevenir posibles problemas respiratorios (distrés respiratorio).

Prediabetes

Prediabetes es un nuevo término para designar una alteración de la glucosa en ayunas o de la prueba de tolerancia oral a la glucosa. Se caracteriza por una concentración sanguínea de glucosa más alta de lo normal pero no lo suficientemente elevada como para ser un criterio de diagnóstico de diabetes. Normalmente las personas con prediabetes no tienen síntomas pero, si no se hace nada para reducir su concentración de glucosa en la sangre, tienen un gran riesgo de desarrollar diabetes en un período de tiempo de 10 años.

La American Diabetes Association (ADA) y la United States Preventive Task Force (USPTF) recomiendan el cribado de la diabetes en adultos mayores de 45 años o bien en menores de 45 años pero con sobrepeso o con algún factor de riesgo de desarrollar una diabetes de tipo 2.

Entre los factores de riesgo se incluyen:

La ADA también recomienda el cribado de diabetes en niños con sobrepeso o con dos o más factores de riesgo para desarrollar diabetes. Si se detecta prediabetes, se debe realizar un seguimiento con carácter anual.

Signos y síntomas

En el momento del diagnóstico, las personas con prediabetes no suelen presentar signos ni síntomas.

Pruebas de laboratorio

Las pruebas de cribado y las pruebas diagnósticas son las mismas que las empleadas en la diabetes tipo 2.

Por norma general, no suele indicarse la monitorización de la situación, si bien la ADA recomienda que las personas prediabéticas se controlen anualmente.

Tratamiento

El objetivo principal del tratamiento de la prediabetes y de la prevención de la diabetes tipo 2 consiste en introducir un cambio en el estilo de vida. Se recomienda la pérdida de peso, seguir una dieta sana, y realizar ejercicio de manera regular. Con todo esto se consigue prevenir o retrasar el desarrollo de una diabetes tipo 2, además de conseguir que disminuya la concentración de glucosa en sangre. En algunos casos se prescriben fármacos antidiabéticos por vía oral.

Otros tipos de diabetes

Existen algunas otras causas menos frecuentes de diabetes. Cualquier condición que ocasione daño en el páncreas y/o afecte a la producción de insulina o al uso de la misma en el organismo, puede conducir a una diabetes.

La diabetes autoinmune latente del adulto (LADA) constituye una forma lentamente progresiva de diabetes tipo 1, a menudo mal diagnosticada como diabetes tipo 2. Las personas con LADA acostumbran a producir cierta cantidad de insulina en el momento del diagnóstico y presentan autoanticuerpos relacionados con la diabetes.

La diabetes monogénica agrupa a un conjunto de causas asociadas a la presencia de variantes en algunos genes relacionados con la capacidad del organismo para producir insulina:

  • MODY o diabetes de los jóvenes al inicio de la madurez: diabetes causada por variantes en genes que se agrupan bajo el concepto de MODY y que afectan a la producción de insulina. Se trata de una causa hereditaria de diabetes detectada de manera característica en niños o en adolescentes, aunque puede desarrollarse también más tarde. En algunos casos no se desarrolla diabetes.
  • NDM o diabetes mellitus neonatal: tipo raro de diabetes en recién nacidos y en bebés.

Cuando se produce una lesión o afectación del páncreas, puede sobrevenir una diabetes, como por ejemplo en los siguientes casos:

  • Fibrosis quística: se produce una mucosidad espesa que bloquea e impide la liberación de enzimas pancreáticos, lesionando al propio órgano.
  • Hemocromatosis: trastorno hereditario asociado a un aumento del almacenamiento de hierro en el organismo. Esta acumulación puede dañar al páncreas y a otros órganos. A veces se habla de diabetes bronceada debido a que el exceso de hierro que se acumula proporciona una coloración bronceada a la piel del individuo.
  • Pancreatitis, cáncer de páncreas y otras enfermedades pancreáticas: se puede lesionar el páncreas y por lo tanto la capacidad de producción de insulina por las células beta.
  • Traumatismo pancreático o resección quirúrgica del páncreas.

Signos y síntomas

Los signos y síntomas suelen corresponderse con los de una diabetes. Además, pueden existir signos y síntomas específicos propios de la enfermedad subyacente.

Pruebas de laboratorio

Además de las pruebas empleadas para el cribado, diagnóstico y monitorización de la enfermedad, para evaluar otras posibles causas de diabetes pueden emplearse otras pruebas:

  • Autoanticuerpos relacionados con la diabetes: esta prueba permite distinguir entre LADA y diabetes tipo 2 en los casos en los que el diagnóstico no queda claro.
  • Pruebas genéticas para detectar las variantes específicas asociadas a MODY o a NDM. En algunos casos, se recomienda evaluar a los familiares de los afectados para conocer si han heredado la variante relacionada con la patología.
  • Además, se realizan pruebas para identificar enfermedades que hayan podido ocasionar la diabetes.

Tratamiento

  • Además de tratar la diabetes, se tienen que tratar las enfermedades subyacentes.
  • La mayoría de estos casos de diabetes no se puede prevenir. No obstante, si se mantiene un estilo de vida saludable, se controla la enfermedad subyacente y se intenta mantener los valores de glucosa en sangre dentro de los límites considerados como normales, se puede minimizar o evitar la lesión pancreática y el daño vascular y renal.
  • Los individuos afectados se tienen que controlar los niveles de glucosa varias veces al día. Cada caso es distinto y es posible que las necesidades del individuo vayan cambiando a lo largo del tiempo. Hay personas que pueden regularse correctamente controlando la glucosa de la dieta y haciendo ejercicio, otras necesitan tomar medicación oral, y otras dependen de la inyección de insulina. A menudo las personas afectadas van cambiando de tratamiento a medida que su enfermedad evoluciona. El objetivo es el de preservar la función de las células beta y la producción de insulina, a la vez que se mantiene la concentración de glucosa en sangre.

Enlaces

Pruebas relacionadas:

Glucosa

Insulina

Péptido C

Hemoglobina glicada (HbA1c)

Albúmina en orina y cociente albúmina/creatinina en orina

Cistatina C

Aclaramiento de creatinina

Tasa de filtrado glomerular

Colesterol

Colesterol HDL

Colesterol LDL

Perfil lipídico

Triglicéridos

Autoanticuerpos relacionados con la diabetes

Cetonas en sangre

Fructosamina

Estados fisiológicos y enfermedades:

Accidente cerebrovascular

Acidosis y alcalosis

Embarazo

Enfermedad cardiaca

Enfermedad renal

Enfermedades pancreáticas

Infarto agudo de miocardio y síndrome coronario agudo

Síndrome metabólico

Cribados:

Cribado de niños (2-12 años)

Cribado de adolescentes (13-18 años)

Cribado de adultos jóvenes (19-29 años)

Cribado de adultos (30-49 años)

Cribado de adultos mayores de 50

Noticias:

La reprogramación celular, una estrategia prometedora para el tratamiento de la diabetes

Descubierta una proteína que protege al páncreas de la diabetes tipo 1

La falta de adaptación a los biorritmos, la principal causa de un mayor riesgo de diabetes y enfermedad cardiovascular, en los turnos de noche

En otras webs:

Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN): Diabetes

Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI): Diabetes, obesidad y nutrición

Familydoctor: Diabetes

KidsHealth: Diabetes tipo 1 ¿Qué es?

Medline: Diabetes

MayoClinic: Diabetes

National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIH): Diabetes

National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIH): Diabetes Gestacional

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC): Diabetes

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC): Diabetes tipo 1 y 2 y embarazo

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC): Programa Nacional de Prevención de la Diabetes

Healthychildren.org: Diabetes infantil

Healthychildren.org. Diabetes tipo 1: una guía para las familias

Universidad de California, San Francisco (UCSF): Diabetes Education Online

JAMA Network: Diabetes

American Diabetes Association (ADA): About Diabetes



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