El síndrome metabólico lo constituyen una serie de factores de riesgo que aumentan la posibilidad de desarrollar enfermedades graves, como la enfermedad cardiovascular, la diabetes tipo 2 y el accidente vascular cerebral. Los factores de riesgo incluyen:
- Aumento de la grasa alrededor de la cintura (obesidad abdominal).
- Disminución de la capacidad para metabolizar la glucosa (aumento de la glucosa en sangre y/o de la resistencia insulínica).
- Valores de los lípidos en sangre no saludables (dislipidemia), incluyendo elevación de los triglicéridos y descenso de las lipoproteínas de alta densidad (HDL, colesterol “bueno”).
- Aumento de la presión arterial (hipertensión).
El síndrome metabólico es una enfermedad frecuente que tiene nombres muy diversos (síndrome dismetabólico, síndrome X, síndrome de resistencia insulínica, síndrome relacionado con la obesidad y síndrome de Reaven). A muchas personas que tienen este síndrome se les ha educado para conocer la importancia que tiene la detección de los signos y síntomas de diabetes (por ejemplo: realizando el cribado de diabetes tipo 2 cada 3 años o la hemoglobina glicada), para controlar la presión arterial y los valores de los lípidos, y para la práctica del ejercicio. Sin embargo, poco se ha hablado respecto a considerar de manera conjunta todos estos factores, excepto para la recomendación de seguir un estilo de vida saludable.
En los EE.UU. la tercera parte de los americanos en la edad adulta tienen este síndrome que puede afectar a cualquier persona y a cualquier edad, aunque es más frecuente en las personas sedentarias y con sobrepeso, especialmente cuando la grasa se localiza mayoritariamente en el área abdominal.
Los investigadores del CIBERDEM han realizado un estudio en España mediante el seguimiento de 1.881 personas pertenecientes al “estudio di@bet.es”. De los sujetos del estudio, 1.146 casos no presentaban síndrome metabólico al inicio del seguimiento, y 735 ya habían sido diagnosticados previamente. El seguimiento se realizó durante siete años y medio, se observó que el 26% de los pacientes sanos desarrollaron el síndrome metabólico, siendo la incidencia de 38 casos por cada 1.000 habitantes. Sin embargo, el 20% de los diagnosticados presentaron una regresión, 36 por cada 1.000 personas cada año. Por lo tanto, la incidencia sería de un 2 por cada 1.000 habitantes, lo que para una población de 47 millones, supone un incremento de la incidencia de 94.000 nuevos casos anuales.
A pesar de que diversos organismos nacionales e internacionales emplean ciertos criterios para definir el síndrome metabólico, otros organismos como la American Diabetes Association (ADA) cuestionan el valor de establecer un diagnóstico específico del síndrome metabólico. Se basan en que los criterios, considerados de manera conjunta, no proporcionan utilidad adicional respecto a los criterios considerados individualmente para predecir el riesgo de enfermedad cardiovascular o de diabetes. La ADA sugiere que los científicos deben primero ponerse de acuerdo antes de considerar el síndrome metabólico como un síndrome definido.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó la primera definición aceptada de síndrome metabólico en el año 1998, pero los criterios más ampliamente aceptados y utilizados en los EE.UU. han sido los que se han establecido en el año 2002 que fueron los propuestos en el tercer informe del panel de expertos del National Cholesterol Education Program (ATP III) para la detección, evaluación y tratamiento de los valores elevados de colesterol en los adultos.
En el año 2005 la American Heart Association (AHA) junto con el National Heart, Lung, and Blood Institute (NHLBI) también propusieron una serie de conceptos que definen el síndrome metabólico. Para tener más consistencia, tanto en el cuidado de los pacientes como en la investigación, la International Diabetes Federation, la NHLBI, la AHA, la World Heart Federation y la International Association for the Study of Obesity publicaron un documento conjunto en el año 2009 que describe una definición “armonizada” del síndrome metabólico. La medida de la circunferencia de la cintura, con criterios específicos para cada población y país, reemplaza a la obesidad como una medida del estado del organismo.
La tabla siguiente resume los distintos criterios de las distintas organizaciones.
Medida clínica | OMS (1998) | AHA/NHLBI (2005) | Definición armonizada |
---|---|---|---|
Criterios diagnósticos |
Resistencia insulínica y 2 ó 3 criterios descritos abajo |
Tres de los criterios descritos abajo |
Obesidad definida por la circunferencia de la cintura y 2 ó 3 criterios descritos abajo |
Circunferencia de la cintura (como definición de obesidad) |
≥102 cm en varones ≥88 cm en mujeres |
≥95 cm en varones ≥80 cm en mujeres |
|
Índice de masa corporal (IMC) |
IMC > 30 kg/m2 |
||
Triglicéridos | ≥150 mg/dL |
≥150 mg/dL o en tratamiento por triglicéridos altos |
≥150 mg/dL o en tratamiento por triglicéridos altos |
Colesterol HDL |
<35 mg/dL en varones <39 mg/dL en mujeres |
<40 mg/dL en varones <50 mg/dL en mujeres |
<40 mg/dL en varones <50 mg/dL en mujeres |
Presión arterial | ≥140/90 mm Hg |
≥130/85 mm Hg |
≥130/85 mm Hg O en tratamiento por hipertensión |
Glucosa |
Tolerancia a la glucosa alterada (pre-diabetes) Alteración de los niveles de glucosa en ayunas Diabetes tipo 2 |
En ayunas, >110 mg/dL O en tratamiento por diabetes |
En ayunas ≥100 mg/dL |
Resistencia a la insulina | SI | NO | NO |
Albúmina en orina elevada (microalbuminuria) |
SI | NO | NO |
Hay aspectos relacionados con el síndrome metabólico que no se han incluido, como la tendencia a un exceso de coagulación de la sangre y un aumento de la inflamación. A pesar de que los síntomas de la enfermedad cardíaca pueden estar ausentes, estas tendencias pueden ser un aviso de que se tenga una mayor probabilidad de obstrucción de las arterias, enfermedad cardíaca, accidente vascular cerebral, diabetes, enfermedad renal e incluso una muerte prematura. Si no se trata, el síndrome metabólico puede dar complicaciones en menos de 15 años. Si al síndrome metabólico se le asocia el tabaco, el pronóstico empeora.
La principal causa de la mayoría de los casos del síndrome metabólico se encuentra en unos malos hábitos alimenticios, en un estilo de vida sedentario y en la obesidad. En algunos casos también se ha asociado a los pacientes hipertensos y a los diabéticos mal controlados. También existe una asociación con el hígado graso no alcohólico, el síndrome del ovario poliquístico, la gota, y el oscurecimiento y espesamiento de la piel que hay alrededor del cuello, debajo de los brazos y pliegues de la piel (acantosis nigricans). Una minoría de los casos se cree que están asociados a factores genéticos, todavía poco conocidos.
Todos los factores asociados al síndrome metabólico están interrelacionados. La obesidad y la falta de ejercicio tienden a producir resistencia insulínica. Esta tiene un efecto negativo sobre la producción de los lípidos, aumentando las VLDL (lipoproteínas de muy baja densidad), las LDL (lipoproteínas de baja densidad o "colesterol malo") y los triglicéridos en sangre, y disminuyendo las HDL (lipoproteínas de alta densidad o "colesterol bueno"). Todo esto conduce al depósito de placas de grasa en las arterias, que con el tiempo aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular y accidentes vasculares cerebrales. La resistencia insulínica también aumenta los valores de insulina y de glucosa en sangre. El exceso de insulina aumenta la retención de sodio por el riñón, que a su vez ocasiona un aumento de la presión sanguínea e hipertensión. Los valores altos de glucosa mantenidos durante mucho tiempo provocan daño en los vasos sanguíneos y en órganos como los riñones.