Aminoacidopatías

1/6/2013

¿En qué consiste?

Las aminoacidopatías son desórdenes hereditarios de la síntesis o degradación de los aminoácidos (AA) que conllevan, si no se detectan en los primeros días de vida, consecuencias nefastas para la salud del recién nacido: desde crisis convulsivas, hipotonía, vómitos, hepatomegalia, olor inusual, acrodermatitis, afectación sensorial, coma, letargia… hasta retraso mental o muerte. Los AA son los principales constituyentes de las proteínas y existen más de 24 AA. Algunos son esenciales (leucina, isoleucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina), lo que quiere decir que son imprescindibles en la dieta ya que el organismo no los sintetiza.

La detección precoz de aminoacidopatías se realiza conjuntamente con las demás pruebas del cribado neonatal recomendadas, generalmente, a partir de las 48 horas de vida. Actualmente se está imponiendo el Cribado Neonatal Expandido, con el que en la misma muestra de sangre impregnada en papel pueden detectarse más de 25 defectos congénitos, en función del panel que decida cada Centro. Aquellos niños afectos deben ser remitidos a una unidad especializada para la evaluación clínica, diagnóstico, tratamiento y seguimiento.
Las alteraciones del metabolismo de AA cuya inclusión en los programas de cribado neonatal está totalmente recomendada son:

  • Hiperfenilalaninemia/PKU (obligatoria).
  • Enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce.
  • Tirosinemia tipo I.
  • Homocistinuria.

En España, sólo la hiperfenilalaninemia/PKU se detecta en todas las Comunidades Autónomas.

La inclusión de otras alteraciones, aunque se considera recomendable, está pendiente de mayor consenso; éstas son: la citrulinemia tipo I, la argininemia, la citrulinemia tipo II, la tirosinemia tipo II y III y la aciduria argininosuccínica.

La hiperfenilalaninemia (HPA) o fenilcetonuria (PKU), consiste en elevaciones en las concentraciones de fenilalanina (Phe) en sangre por defecto en el catabolismo de la Phe debido a una deficiencia primaria de la fenilalanina-hidroxilasa hepática. Se trata de un trastorno congénito autosómico recesivo que se manifiesta de diversas formas clínicas en función del grado de actividad residual de la enzima. La clasificación se basa en las concentraciones de Phe en el momento del diagnóstico y en la tolerancia a la Phe (mg/día de Phe en la dieta).

El inicio de la sintomatología clínica, si no se trata desde el nacimiento, es alrededor de los 6 meses de edad. Las formas graves cursan con retraso mental y motor grave, comportamiento psicótico, hiperactividad severa, déficit de atención, EEG anormal, convulsiones, hipopigmentación, eczema, olor característico de aliento, sudor y orina. Las menos graves cursan con disminución de la capacidad de concentración, mal rendimiento escolar, etc… y sus consiguientes repercusiones psicológicas.

La incidencia depende de variaciones geográficas y raciales.

Acerca de las aminoacidopatías

Pruebas relacionadas

Con el objetivo de detectar precozmente las aminoacidopatías, en primer lugar se realiza un cribado por cromatografía en capa fina, fluorimetría, espectrofotometría y espectrofotometría de masas en tándem (MS-MS), a partir de una muestra de sangre impregnada en papel.

Para el diagnóstico de confirmación se utiliza la técnica de HPLC, cromatografía de intercambio iónico (CIO), espectrofotometría y espectrofotometría de masas en tándem (MS-MS).

Para la realización de esta prueba se requiere una muestra de sangre impregnada en papel. Cuando la prueba está incluida dentro del programa de cribado metabólico neonatal, esta muestra se obtiene por punción del talón. El material suministrado para la toma de muestra de sangre del recién nacido, dentro de estos programas, incluye tarjetas de papel absorbente especial (Whatman®903 o similar) con círculos impresos para este fin. Es muy importante que sólo se utilice papel que cumpla con las normas del National Committee for Clinical Laboratory Standards (NCCLS) (papel Whatman®903 o similar).

Para la toma de la muestra se debe disponer de un dispositivo de incisión cortante para sangre capilar que proporcione un flujo de sangre adecuado, o en su defecto de una lanceta estéril con punta de menos de 2,4 mm. La punción debe efectuarse en la parte externa del talón, nunca en la línea media. En prematuros y niños de bajo peso se debe tener especial cuidado en la profundidad de la incisión. En estas situaciones se pueden considerar otros métodos de recolección de muestra. La primera gota de sangre que fluye después de la punción debe ser descartada, retirándola con una gasa estéril, ya que es probable que esté contaminada con fluidos tisulares. A continuación, es necesario esperar a que se forme una gota de sangre grande y colocar el papel de filtro con los círculos impresos contra la gota de forma que se empape y se rellene completamente el círculo. Se deben examinar ambos lados del papel para comprobar que la sangre ha penetrado de forma uniforme y ha empapado el mismo. Después de que haya sido recogida la sangre es importante elevar el pie del niño y presionar con un apósito hasta que deje de sangrar. A continuación, hay que dejar secar la tarjeta en una superficie horizontal no absorbente a temperatura ambiente y evitar la luz solar directa.

Para obtener una cantidad suficiente de sangre se recomienda comenzar por calentar el lugar de la punción (basta con un masaje), limpiar con alcohol de 70º y secar al aire. Los derivados yodados no deben utilizarse como desinfectante. La posibilidad de que la muestra de sangre sea de procedencia venosa debe ser tenida en cuenta por los laboratorios que realizan el análisis ya que los resultados pueden verse influidos. La recolección de sangre venosa de forma rutinaria está desaconsejada. Además, hay que tener en cuenta otros factores, como la nutrición parenteral, la cual altera su patrón tanto en sangre como en orina. Las alteraciones del perfil de AA pueden ser secundarias a otros trastornos metabólicos, a vómitos o inanición.

Puesto que la concentración anómala de un AA puede sugerir varios errores congénitos, y que algunos trastornos se caracterizan por cambios en varios AA diferentes, en la interpretación de los resultados, además de qué AA presentan concentraciones elevadas o bajas en sangre y/u orina, hay que tener en cuenta los signos clínicos, parámetros bioquímicos, antecedentes personales e historia familiar del paciente, así como todos los factores que puedan afectar a la determinación. Cada laboratorio deberá establecer sus valores de referencia (VR) por rangos de edad.

En el caso de la hiperfenilalaninemia (HPA) o fenilcetonuria (PKU)  es importante realizar el diagnóstico diferencial con los defectos del metabolismo de la tetrahidrobiopterina (BH4), cuantificando las pterinas en orina y la dihidropterina reductasa (DHPR) en sangre (se puede realizar en la muestra de sangre impregnada en papel).

Los resultados del cribado no son diagnósticos. Todo resultado anormal debe ser confirmado con análisis en suero. Para la confirmación del diagnóstico se requiere sangre tomada por venopunción, con anticoagulante EDTA o heparina-litio. También puede usarse suero.

Tratamiento

El tratamiento precoz es clave para evitar los síntomas y secuelas de las diferentes patologías. Éste dependerá de cada trastorno concreto.

En el caso de la hiperfenilalaninemia (HPA) o fenilcetonuria (PKU) el tratamiento consiste en la restricción dietética de fenilalanina. El tratamiento con cofactor (BH4) puede mejorar la tolerancia en algunos individuos.

Enlaces

En otras webs:

Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI): Aminoacidopatías

Sant Joan de Déu. Guía metabólica: Aminoacidopatías

Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQC-ML). Educación Continuada del Laboratorio Clínico. Aminoacidopatías: Enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce

Neuropedwikia: Aminoacidopatías

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