Citología vaginal

25/11/2020

También conocido como: frotis de cérvix, citología de cérvix, citología cervical

Nombre sistemático: prueba de Papanicolau

Aspectos generales

¿Por qué hacer el análisis?

Para realizar un cribado del cáncer de cuello de útero (cervical) y algunas infecciones vaginales o uterinas.

¿Cuándo hacer el análisis?

  • En las mujeres sin factores de riesgo, entre los 21 y 29 años, cada 3-5 años.
  • En las mujeres sin factores de riesgo, entre los 30 y 65 años, cada 3 años y preferiblemente cada 5 años, junto con la prueba de detección del virus del papiloma humano (VPH).
  • En las mujeres con factores de riesgo, se debería realizar desde la adolescencia y con más frecuencia.
  • Cuando hay signos y síntomas, como sangrado vaginal anómalo y/o dolor pélvico.

¿Qué muestra se requiere?

Una muestra de células que se obtiene del cuello del útero con la ayuda de un escobillón durante un examen ginecológico. Suele colocarse el escobillón impregnado en un líquido para su preservación y se envía al laboratorio, donde las células son procesadas, teñidas y examinadas por personal especializado. Esta misma muestra conservada en el líquido puede ser utilizada para la determinación del VPH. En ocasiones, pero cada vez menos utilizado, se extiende la muestra obtenida con el escobillón en un portaobjetos y se observan directamente las células al microscopio.

¿Es necesario algún tipo de preparación previa?

Es posible que se le indique que no se duche o bañe durante las 24 horas previas a la realización de la prueba, así como que se abstenga de mantener relaciones sexuales. No utilice cremas, desodorantes, espumas vaginales o medicaciones en las 24 horas previas a la realización de la prueba. Hay que asegurarse de que la exploración no coincida con la menstruación, en ese caso se debería de reprogramar la toma de la muestra.

¿Qué es lo que se analiza?

La citología vaginal es la primera prueba de cribado que se realiza para el diagnóstico del cáncer de cuello de útero. Es una prueba que permite detectar las células anómalas o potencialmente anómalas de la vagina y del cérvix o cuello del útero (parte final y estrecha del útero). También se pueden detectar las infecciones causadas por bacterias, hongos o virus.

El cáncer de cuello de útero está causado por el crecimiento incontrolado de las células en el cérvix. La causa de la mayoría de estos cánceres es la infección por los serotipos de alto riesgo de desarrollar el VPH (16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 66 y 68). Los serotipos 16 y 18 causan el 80 % de todos los cánceres de cuello de útero.

El VPH es una infección muy común y es una enfermedad de transmisión sexual. Muchas infecciones producidas por el VPH se pueden resolver sin tratamiento, porque el cuerpo por sí solo es capaz de eliminar el agente infeccioso. Sin embargo, las infecciones causadas por los serotipos de alto riesgo que persisten, pueden desarrollar al cabo de varios años un cáncer de cuello de útero.

Una infección por el VPH puede causar cambios en el revestimiento celular, tanto dentro como fuera del cérvix. Sin embargo, estos cambios pueden ser simplemente una respuesta a la infección y no producir un cáncer. En la citología vaginal los cambios no específicos de las células se informan como atípicos y se requieren más estudios o una segunda citología para determinar su significado clínico.

La citología vaginal, realizada adecuadamente, ha sido extremadamente útil para detectar las áreas con células precancerosas y poder tratarlas, realizando de ese modo una prevención del desarrollo del cáncer cervical. Además, la citología vaginal permite detectar el cáncer cervical en estadios muy precoces, cuando es más fácil tratarlo.

La citología vaginal, por sí sola o junto con la detección del VPH por técnicas moleculares, se utiliza para el cribado del cáncer de cuello de útero, cada 5 años en las mujeres con edades comprendidas entre 30 y 65 años. La prueba de detección del VPH no se recomienda antes de los 30 años, ya que en las mujeres jóvenes y sexualmente activas la infección es frecuente y suele resolverse espontáneamente sin tratamiento. Solamente en algunos casos de mujeres entre 21 y 29 años con una citología anormal se podría realizar la prueba del VPH.

Preguntas comunes

¿Cómo se utiliza?

Se utiliza principalmente para el cribado del cáncer de cuello de útero y detecta las células cancerosas o precancerosas que provienen tanto del cérvix como de la vagina. Puede solicitarse junto con una prueba específica para los serotipos del VPH de alto riesgo que pueden causar cáncer de cuello uterino.

Se solicitará la prueba para ayudar a determinar las causas de los sangrados vaginales anormales, dolor, úlceras, secreciones o picazón en la zona vaginal.

Es posible que las infecciones o la presencia de células anómalas no causen ninguna sintomatología en la mujer. En algunos casos será necesario realizar otras pruebas adicionales o un tratamiento. También se usa la citología vaginal para el seguimiento y monitorización de las anormalidades atípicas encontradas en una citología previa.

¿Cuándo se solicita?

Muchas organizaciones de la salud establecen recomendaciones del momento para realizar los seguimientos. A continuación, se presenta un resumen para las mujeres con edades comprendidas entre 30 y 65 años con riesgo promedio.

Cada médico/a tiene su propio criterio y debe realizar conjuntamente con la paciente un estudio de los pros y los contras, para poder elegir la mejor estrategia.

Las recomendaciones para las mujeres con riesgo promedio que se encuentren en otros grupos de población son:

  • La citología vaginal debería realizarse cada 3 años a todas las mujeres con edades comprendidas entre 21 y 29 años. En los casos en que la citología sea anormal, puede realizarse la prueba del VPH.
  • El cribado con la citología vaginal no debería de realizarse antes de los 21 años.
  • Después de los 65 años, no es necesario ningún tipo de cribado si se han seguido los protocolos de cribados adecuados y la mujer no presenta historia de cáncer de cuello de útero. Se considera como cribado adecuado el hecho de tener 3 resultados negativos consecutivos en la citología vaginal o bien 2 resultados negativos consecutivos del cribado combinado (citología + VPH) en los últimos 10 años, siempre y cuando no hayan transcurrido más de 5 años desde el último cribado.

Aquellas mujeres que hayan recibido la vacuna del VPH no quedan exentas de realizarse los cribados correspondientes.

Se recomienda la detección a una edad más temprana y más frecuente si se tienen factores de riesgo como:

  • Un diagnóstico previo de lesiones precancerosas de cérvix de alto grado o un cáncer de cuello de útero.
  • Infección por el VIH.
  • Afectación del sistema inmunitario (inmunosupresión).
  • Exposición al dietilestilbestrol (DES) durante el embarazo.

Es posible que se solicite una citología vaginal a mujeres promiscuas, embarazadas, mujeres con sangrados menstruales anormales, dolor, úlceras, flujo vaginal abundante o picor. Para más información consultar las recomendaciones de cribado para adultos jóvenes (19-29 años), adultos (30-49 años) y adultos mayores de 50 años.

Si la paciente ha sido intervenida de una histerectomía total (extirpación quirúrgica de útero y cérvix) y no tiene historia de cáncer de útero o cambios en el cérvix, las guías clínicas sugieren que no hay que seguir realizando las pruebas de cribado. Sin embargo, si la paciente tiene historia de cáncer o de estados precancerosos se recomienda seguir realizando las pruebas durante 20 años después de la intervención. En el caso de haberse realizado una histerectomía parcial se deben seguir las pautas indicadas para la población general.

¿Qué significa el resultado?

Una citología vaginal "negativa" indica que las células observadas son normales o que no hay infección. A veces en el informe se incluye el comentario de "muestra no válida para el estudio", lo que significa que la obtención de las células no ha sido la adecuada o que no se pueden identificar de forma clara. En estos casos se debe de solicitar una nueva muestra en un periodo de 2 a 3 meses para repetir la citología.

Otros resultados comunicados en los informes de la citología, como infecciones o células atípicas, se explican más detalladamente en el siguiente apartado titulado: interpretando el resultado de la citología.

La presencia de células de origen cervical anómalas en la citología nos indica la necesidad de realizar la prueba del VPH, para determinar si la infección por el VPH es la causa o no de estas anomalías.

La citología y la prueba del VPH se utilizan conjuntamente para determinar el riesgo de padecer un cáncer de cuello de útero. Normalmente ambas pruebas se informan como positivas o negativas y determinan si las células del cérvix están infectadas o no por el VPH y si esta es la causa de la malignidad de las células.

A continuación, se resumen los posibles resultados de la prueba combinada (citología y VPH) e incluye las recomendaciones para el seguimiento según la American Cancer Society (ACS), The American Society for Colposcopy and Cervical Pathology (ASCCP) y The American Society of Clinical Pathology (ASCP).

Para tener más información consultar el artículo sobre el virus del papiloma humano.

Interpretando el resultado de la citología

En el año 2014, un grupo de especialistas revisó y actualizó el sistema de clasificación para informar los resultados de las citologías, el conocido como Sistema Bethesda. Este sistema fue originalmente creado en el año 1988 y la última revisión del año 2014 incorpora mínimos cambios a la versión inicial.

Terminología del sistema Bethesda

Secciones importantes de la nueva versión y la nueva terminología

Adecuación de la muestra: cada laboratorio debe decidir si la muestra que ha recibido es adecuada (si presenta cantidad suficiente de células para su examen) y si la calidad de la extensión es buena para poder analizarse en el microscopio. Antes de entregar un resultado se debe de marcar la muestra como satisfactoria o no satisfactoria y se tiene que repetir la prueba en unos 2 ó 3 meses.

Interpretación/resultados: aquí es dónde se comunican los hallazgos importantes del examen microscópico de las células. Hay cuatro secciones diferentes:

  • Negativo para lesión intraepitelial o malignidad.
  • Otro: células endometriales presentes en mujer mayor de 40 años.
  • Anormalidades en células epiteliales.
  • Otras malignidades.

Negativo para lesión intraepitelial o malignidad

Cuando se comunica un resultado normal o hallazgos anormales no relacionados con el riesgo de padecer un cáncer. Hay dos subcategorías importantes:

  • Organismos: evidencia de infección ya sea por hongos (por ejemplo: candida), tricomonas o herpes.
  • Otros hallazgos no neoplásicos: cuando se observa un daño en el epitelio y una respuesta asociada; anteriormente se denominaba “cambios celulares benignos”. (No neoplásico significa que los hallazgos no están relacionados con el crecimiento anormal de las células).
  • Otro: células endometriales presentes en mujer mayor de 40 años

Se utiliza esta categoría para informar de la presencia de células endometriales (células que revisten el útero) cuando en condiciones normales no debería de haber. Se trata de un reflejo del estado del útero y del endometrio, más que del cérvix. Cuando la mujer se encuentra en periodo fértil, estas células endometriales pueden estar presentes si se está cerca de la menstruación y no se deberían de encontrar en las mujeres menopáusicas.

Anormalidades en células epiteliales

En esta sección es donde se comunican aquellas anormalidades que se asocian con el riesgo de desarrollar cáncer. Pueden ir desde lesiones muy leves que podrían sugerir cáncer, hasta lesiones con diagnóstico cancerígeno definitivo. Hay dos tipos de células epiteliales en el cérvix (escamosas y glandulares); a continuación se enumeran los posibles hallazgos de ambos tipos celulares de menor a mayor gravedad.

Anormalidades en células escamosas (cubren la parte más externa del cérvix)

  • Células escamosas atípicas: significado incierto (ASC-US).
  • Células escamosas atípicas: no se puede excluir HSIL o cambios de alto grado (ASC-H).
  • Lesión intraepitelial escamosa de bajo grado (LSIL).
  • Lesión intraepitelial escamosa de alto grado (HSIL): una subcategoría con “características sospechosas de malignidad”.
  • Carcinoma de células escamosas.

Anormalidades en células glandulares (cubren el revestimiento de la abertura y el canal del cérvix)

  • Células atípicas, sin especificar de otra manera (AGC).
  • Células atípicas, a favor de una neoplasia.
  • Adenocarcinoma “in situ” (limitado a la superficie y que no ha invadido).
  • Adenocarcinoma que puede ser endometrial (útero), endocervical (cérvix), extrauterino (originado fuera del útero o cérvix), o la localización de la malignidad no puede ser determinado por la prueba de la citología.

Las anormalidades de tipo glandular son mucho menos frecuentes que las de tipo escamoso.

Otros tipos de malignidad

Los tumores malignos que no sean carcinomas escamosos o adenocarcinomas glandulares y que se detecten en una citología se informarán en este apartado.

La Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia (AEPCC) estima que en España hay 18 millones de mujeres sexualmente activas mayores de 18 años, de las cuales unos 2 millones son portadoras del VPH y aproximadamente 400.000 presentan alteraciones en la citología. Cada año en España se diagnostican unos 1.942 cánceres de cuello de útero y por esta causa fallecen unas 825 mujeres.

Es importante que si el paciente no entiende el resultado de su citología consulte con el personal médico para aclararlo. Muchos de los hallazgos son de carácter benigno y se resuelven sin tratamiento. Sin embargo, hay que tener conciencia de la necesidad de llevar un seguimiento y de realizarse las citologías correspondientes, para poder detectar a tiempo los posibles hallazgos patológicos.

¿Un resultado anormal en la citología vaginal implica tener cáncer?

Un único resultado anormal de la citología vaginal no indica obligatoriamente la presencia de un cáncer. Las mucosas cervicales están en continuo cambio y reparación. Una citología positiva tiene que confirmarse con la ayuda de otras pruebas y del criterio clínico.

Dependiendo de la edad y de la historia clínica se puede repetir la citología en un periodo de tiempo más corto, para ver si la lesión acaba desapareciendo o puede hacerse una prueba del VPH, si aún no se ha realizado. Dependiendo de estos resultados se pueden realizar las pruebas complementarias, para confirmar el diagnóstico y tratamiento adicionales.

¿Es necesaria una citología si ya se ha realizado la prueba del VPH?

Las guías de práctica clínica recomiendan el uso de la prueba del VPH en solitario como método de cribado para algunas mujeres. La decisión de realizarse la prueba del VPH, sola o acompañada de la citología, debe tomarse conjuntamente entre médico y paciente, evaluando las ventajas e inconvenientes.

¿Es necesario evaluar si puede existir un cáncer cervical si se ha recibido la vacuna que protege frente al VPH?

Sí, ya que la vacuna del VPH no protege frente a todos los subtipos o cepas del virus y no todos los cánceres cervicales son causados por el VPH. Además, la vacuna no protege a aquellas pacientes que la hayan recibido después de haber estado en contacto con uno o más de los serotipos del VPH.

La Food and Drug Administration (FDA) ha aprobado dos vacunas para utilizar en las mujeres con edades comprendidas entre los 9 y 26 años de edad, para prevenir el cáncer cervical. Ambos tipos de vacuna protegen frente a los tipos del VPH 16 y 18 causantes del 80% de los cánceres cervicales; los tipos del VPH 6 y 11 son la causa del 90% de las verrugas genitales. Las vacunas se administran en tres dosis durante un período de seis meses.

¿Por qué deben realizarse regularmente tanto la citología vaginal como las pruebas del VPH?

El cáncer cervical es una enfermedad de progresión lenta y puede tardar años en invadir otros tejidos. Por ello, un examen ginecológico periódico nos permite detectarlo de forma precoz y poder extirpar el tejido lesionado en el caso de que exista. Si se realizan las pruebas regularmente, se facilita la detección precoz del cáncer. Cuanto más precozmente se detecte el cáncer cervical, más fácil será tratarlo. En el caso de no tratarse, el cáncer cervical suele evolucionar fatalmente.

¿Cuáles son los factores de riesgo?

El factor de riesgo más importante para el desarrollo de un cáncer de cuello de útero es la infección por el VPH. Esta es la razón principal por la que actualmente, además de la citología vaginal, a menudo se realizan las pruebas moleculares de ADN, especialmente en las mujeres con edades comprendidas entre los 30 y los 65 años de edad.

Según el National Cancer Institute (NCI), existen otros factores de riesgo adicionales que contribuyen a aumentar el riesgo de cáncer cervical cuando ya existe una infección por el VPH. Entre ellos se incluyen factores como, tener más de 3 hijos, uso prolongado de contraceptivos orales y ser fumadora.

También se ha descrito que existe un mayor riesgo en las siguientes situaciones: inicio de las relaciones sexuales a edades tempranas, tener múltiples parejas sexuales, antecedentes de exposición al dietilestilbestrol (DES) antes del nacimiento, diagnóstico previo de cáncer de cuello de útero, afectación del sistema inmune por trasplante de órganos o debido a la infección por el VIH.

¿Hay algo más que debería saber?

Esta prueba se usa como una prueba de cribado. Es posible que algunas alteraciones pasen desapercibidas si se realiza una única citología. Este es el motivo por el que se recomienda que las citologías se realicen de forma regular. La limitación principal de esta prueba tiene que ver con la recogida de la muestra de células, ya que la muestra solamente representa una proporción muy pequeña de todas las células presentes en el cuello del útero y en el área vaginal. Incluso una muestra obtenida por un profesional experto puede llegar a ser inadecuada. Si la muestra es inadecuada, se necesitará una nueva muestra.

Si la mujer se ha duchado, bañado o ha usado cremas vaginales las 48-72 horas antes de la prueba, la muestra puede ser "no satisfactoria". Otros factores de interferencia pueden ser la menstruación, infecciones, fármacos (como la digoxina o la tetraciclina) o tener relaciones sexuales las 24 horas previas a la realización de la citología vaginal.

Enlaces

Pruebas relacionadas:

Virus del papiloma humano (VPH)

Tricomonas

Estados fisiológicos y enfermedades:

Cáncer de cuello de útero

Enfermedades de transmisión sexual (ETS)

Cribados:

Cribado de adultos jóvenes (19-29 años)

Cribado de adultos (30-49 años)

Cribado de adultos mayores de 50 años

Artículos:

Las sociedades científicas españolas apuestan por la determinación del virus del papiloma (VPH) para el cribado poblacional del cáncer de cuello de útero.

El cribado del cáncer de cuello de útero que incluye la prueba del VPH es mejor que la citología vaginal sola, según un estudio.

En otras webs:

Instituto Nacional del Cáncer (NIH): Significado de los cambios en el cuello uterino. Guía para la salud de la mujer

Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia (AEPCC): Infección por el virus del papiloma humano

Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC): Procedimiento de Microbiología Clínica

Sociedad Española de Oncología (SEOM): Cáncer de cérvix

Instituto Nacional del Cáncer (NIH): El virus del papiloma humano (VPH) y el cáncer

Instituto Nacional del Cáncer (NIH): Detección del cáncer de cuello uterino

American Cancer Society (ACS): La prueba de Papanicolaou

American Cancer Society (ACS): ¿Qué es el cáncer de cuello uterino (cervical)?

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC): El virus del papiloma humano (VPH) y el cáncer

College of American Pathologists (CAP): How to Read Your Pathology Report

American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG): Cervical Cancer Screening  


También conocido como:
HSV-1, HSV-2, HHV1, HHV2, VHS, herpes oral, herpes labial, herpes genital
Nombre sistemático: virus del herpes simple tipo 1 y tipo 2

Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para hacer un cribado o un diagnóstico de la infección por el virus del herpes simple (VHS).                  

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