Para evaluar la función pulmonar midiendo el pH sanguíneo, el oxígeno (O2) y el dióxido de carbono (CO2); monitorizar el tratamiento de las enfermedades pulmonares; para detectar un desequilibrio ácido-base en la sangre, que puede indicar un trastorno respiratorio, metabólico o renal; para evaluar la eficacia de la oxigenoterapia.
Gases en sangre
Cuando se presenta dificultad al respirar, cuando el ritmo respiratorio está acelerado o disminuido; cuando el paciente está en tratamiento por una enfermedad pulmonar; cuando se sospecha que exista un desequilibrio ácido-base. También puede utilizarse la prueba para monitorizar la eficacia de una oxigenoterapia que se utiliza cuando existe una falta de oxígeno, ya sea su causa aguda o crónica. Por último, en el curso de ciertos tipos de intervenciones quirúrgicas para monitorizar los niveles de ambos gases.
Normalmente, la determinación se realiza a partir de una muestra de sangre arterial, usualmente de la arteria radial de la zona de la muñeca. A veces la determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa y en los bebés puede usarse sangre capilar obtenida mediante un pinchazo en el talón.
Normalmente no. Sin embargo, si se sigue una terapia con oxígeno, puede desconectarse el oxígeno una media hora antes de la obtención de la muestra. Si no se puede tolerar la desconexión, el médico anotará la cantidad de oxígeno que se está recibiendo.
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¿Cómo se utiliza?
La medida de los gases sanguíneos es de utilidad en la evaluación del estado ácido-base y de la oxigenación de una persona. La gasometría suele solicitarse ante un empeoramiento de los síntomas de un trastorno ácido/base o ante dificultades respiratorias como asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Los gases en sangre también se pueden usar para monitorizar el tratamiento de las enfermedades pulmonares y evaluar la efectividad de la oxigenoterapia suplementaria.
La gasometría también puede utilizarse para detectar un desequilibrio ácido-base, que puede ocurrir en una insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, diabetes no controlada, infecciones graves y sobredosis de drogas. Se puede solicitar junto a otras pruebas como: electrolitos para determinar si existe un trastorno electrolítico, glucosa para evaluar sus niveles en sangre y la urea y la creatinina para evaluar la función renal.
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¿Cuándo se solicita?
El estudio de los gases sanguíneos se solicita cuando el paciente presenta síntomas de un desequilibrio del pH o de los gases O2/CO2, como dificultad respiratoria, falta de aliento, náuseas o vómitos
Es habitual solicitar las medidas de los gases en sangre en las personas con enfermedades, ya sea respiratorias, metabólicas o renales, y que además presentan distrés respiratorio.
En el tratamiento con oxigenoterapia (ventilación), la gasometría sanguínea puede ser útil para monitorizar regularmente la eficacia de dicho tratamiento.
Son muchas las situaciones (agudas o crónicas) que pueden llevar a tal desequilibrio, y aunque la gasometría por sí sola no permite establecer la causa del desequilibrio, sí que puede indicar si se trata de un problema respiratorio o metabólico.
También puede solicitarse la gasometría a los pacientes con traumatismos que afecten a la cabeza y/o el cuello, ya que las lesiones podrían afectar al mecanismo de la respiración. En los pacientes sometidos a anestesia (prolongada), especialmente en cirugía cardiaca o cerebral, también puede ser muy útil monitorizar los gases en sangre.
En los recién nacidos, las gasometrías realizadas a partir del cordón umbilical permiten poner de manifiesto los problemas respiratorios, a la vez que permiten conocer el estado ácido-base de los bebés. Normalmente, el estudio sólo se lleva a cabo si la situación del recién nacido sugiere la existencia de una dificultad respiratoria.
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¿Qué significa el resultado?
Los valores de referencia variarán de un laboratorio a otro. También dependen de la elevación sobre el nivel del mar, ya que el nivel de oxígeno en sangre de una persona será más bajo si vive por encima del nivel del mar.
Los resultados de un análisis de gases en sangre arterial no son diagnósticos; deben usarse en combinación con los resultados de otras pruebas y exámenes para evaluar a alguien por un problema respiratorio, metabólico o renal.
La obtención de unos resultados anómalos en la gasometría puede estar indicando:
- Que no se recibe el aporte adecuado de oxígeno
- Que la persona no puede desprenderse correctamente del CO2
- Que existe alguna alteración de tipo renal
Los resultados de la PaO2 indican la cantidad de oxígeno que una persona está inhalando y por lo tanto, la cantidad de oxígeno en sangre. Si el resultado es bajo, es indicativo de que no se está obteniendo una cantidad suficiente de oxígeno.
Los resultados de los otros componentes de la gasometría (pH, PaCO2, HCO3-) están muy interrelacionados y por lo tanto deben considerarse en conjunto. Algunas combinaciones concretas de resultados pueden sugerir la causa de una acidosis o de una alcalosis:
- Una acidosis respiratoria se caracteriza por un pH bajo y un aumento de la PaCO2, y es debida a una disminución de la función respiratoria (aporte insuficiente de oxígeno y eliminación disminuida de CO2). Las causas pueden ser muy variadas: neumonías, EPOC, sedación excesiva por narcóticos.
- La alcalosis respiratoria se caracteriza por un pH elevado y una PaCO2 disminuida, y es debida a un aumento de la ventilación causada por ejemplo por hiperventilación, dolor, distrés emocional o ciertas enfermedades pulmonares que pueden interferir en el intercambio de gases.
- La acidosis metabólica se caracteriza por un pH y un valor de HCO3- disminuidos. La acidez de la sangre se relaciona con un problema metabólico/renal. Entre las causas se incluyen diabetes, shock e insuficiencia renal.
- La alcalosis metabólica se caracteriza por aumento de pH y de HCO3- y se observa en la hipopotasemia, en los vómitos crónicos (se pierde ácido del estómago) y en las sobredosis de bicarbonato sódico.
A continuación, se resumen algunas combinaciones de resultados que pueden observarse en ciertas situaciones:
pH
Bicarbonato
PaCO2
Situación
Causas comunes
Inferior a 7,4
Disminuido
Disminuido
Acidosis metabólica
Insuficiencia renal, shock, cetoacidosis diabética, intoxicación por metanol, salicilato, etanol.
Superior a 7,4
Elevado
Elevado
Alcalosis metabólica
Vómitos prolongados, hipopotasemia, insuficiencia cardíaca, cirrosis hepática
Inferior a 7,4
Elevado
Elevado
Acidosis respiratoria
Sedación excesiva por narcóticos, enfermedades pulmonares (asma, neumonía, EPOC), miastenia gravis
Superior a 7,4
Disminuido
Disminuido
Alcalosis respiratoria
Hiperventilación, dolor, ansiedad, ciertas drogas (salicilatos, catecolaminas)
Si no se tratan, todas estas situaciones pueden ocasionar desequilibrios ácido/base que eventualmente pueden poner en peligro la vida del individuo. El médico tratará el desequilibrio y la causa que lo ha ocasionado.
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¿Hay algo más que debería saber?
La punción arterial es más dolorosa que la punción venosa. Normalmente notará cierta molestia; posteriormente a la punción arterial debe realizarse una compresión de la zona para prevenir posibles sangrados.
A veces, puede utilizarse sangre venosa obtenida de una vía central (una vena más gruesa en la que está implantado un catéter, por ejemplo), siendo la interpretación de los resultados más delicada. La sangre obtenida de una muestra periférica, como la obtenida a partir de una vena del antebrazo, no sirve para valorar el estado de oxigenación.
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¿Se puede realizar esta prueba en la consulta del médico?
Normalmente, las gasometrías se realizan por personal experimentado en los pacientes hospitalizados y en las consultas de urgencias. El análisis de la muestra debe realizarse lo más rápido posible después de su obtención. No es habitual que en las consultas médicas estén disponibles los dispositivos necesarios para el análisis.
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¿Es necesario solicitar esta prueba si se ha tenido una neumonía y actualmente se tiene asma?
La mayoría de los casos de neumonía o asma pueden diagnosticarse con una buena historia clínica y la auscultación, además de otras pruebas como una radiografía de tórax y una espirometría. Normalmente, el asma responde bien a la medicación pautada por el médico y la neumonía a los antibióticos. Sin embargo, puede ser necesario un análisis de gases en sangre si existen problemas respiratorios agudos graves o problemas crónicos prolongados. En estos casos, el análisis de los gases en sangre suele realizarse en una sala de urgencias o en un hospital.
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¿Pueden medirse los niveles de oxígeno con alguna otra prueba?
Existe una prueba no invasiva conocida como pulsioximetría (no es necesario pinchar al paciente para obtener sangre) y que permite la monitorización continua de la saturación de O2. Consiste en un dispositivo (sensor) que se coloca en la punta del dedo o bien en el lóbulo de la oreja. El sensor mide la cantidad de luz transmitida a través de la piel. La pulsioximetría es útil para monitorizar la evolución de la saturación de O2, si bien su exactitud puede afectarse por distintos factores como:
- Formas anómalas de hemoglobina, como la carboxihemoglobina, presente en las intoxicaciones por monóxido de carbono
- Una perfusión sanguínea baja (disminución de la presión arterial)
- Niveles anormalmente bajos de hemoglobina debido a una anemia severa.
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¿Por qué en el informe de laboratorio consta la carboxihemoglobina?¿A qué se refiere?
Esta prueba y quizás otras relacionadas con las formas anómalas de hemoglobina aparecen si el análisis se ha realizado en un analizador conocido como cooxímetro, que no es más que un analizador de gases que puede medir las concentraciones de los derivados de la hemoglobina (como carboxihemoglobina), además de las mediciones habituales de gases en sangre. No es habitual que la medida de los gases en sangres se realice en un cooxímetro.
La carboxihemoglobina es un derivado de la hemoglobina que se forma cuando el monóxido de carbono se une a la hemoglobina. Los niveles de carboxihemoglobina suelen aumentar en las intoxicaciones por monóxido de carbono, el cooxímetro se utiliza para medir y para monitorizar la terapia con oxígeno. La hemoglobina se une al monóxido de carbono a una velocidad 210 mayor que la velocidad a la que se une al oxígeno, con la consiguiente disminución de la capacidad de transporte del oxígeno hacia los tejidos, pudiendo aparecer graves problemas.
Otros derivados de la hemoglobina incluyen la sulfohemoglobina (o sulfometahemoglobina) y la metahemoglobina, que pueden producirse por la toma de ciertos medicamentos o de la exposición a determinadas sustancias químicas. Estas formas alteradas de la hemoglobina no pueden cumplir con la función de transporte del oxígeno y suelen determinarse en un cooxímetro.