La enfermedad de Lyme es una infección causada por dos bacterias, la Borrelia burgdorferi y Borrelia mayonii, que se transmite principalmente por las picaduras de las garrapatas. Cuando una garrapata infectada pica a una persona, ésta desarrolla una enfermedad inflamatoria, que primero afecta a la piel y luego a las articulaciones, sistema nervioso y a otras partes del organismo.
Las garrapatas responsables de la enfermedad de Lyme en humanos son diminutas, de la medida de la cabeza de un alfiler o incluso como una mota de polvo. Pueden encontrarse en cualquier parte del cuerpo aunque lo más frecuente es que se fijen en zonas como cuero cabelludo e ingles. No todas las personas afectadas por garrapatas son infectadas por la borrelia y muchas de las personas que han sufrido una picadura de garrapata no desarrollarán la enfermedad. Esto se debe a que no todas las garrapatas están infectadas y a que la garrapata puede tardar entre 24 y 72 horas en transmitir la bacteria una vez se ha adherido al cuerpo.
La enfermedad de Lyme se da en todo el hemisferio norte, si bien la cepa bacteriana que causa la infección y los insectos que la transmiten varía según la zona geográfica. La mayoría de casos se dan durante la primavera y verano, cuando la gente suele permanecer más tiempo al aire libre y cuando las garrapatas se muestran más activas.
Se trata de la enfermedad transmitida por garrapatas más común en Estados Unidos y Europa. En referencia a nuestro país, en el norte de la península es dónde se producen más infecciones por esta bacteria ya que se dan las condiciones climáticas y ambientales idóneas para que se desarrollen estas garrapatas. Según estudios recientes la incidencia anual en España es de 0,25 casos por cada 100.000 habitantes siendo más alta en varones (0,28 casos por cada 100.000 habitantes).