El cáncer de tiroides consiste en un crecimiento anormal y descontrolado del tejido que conforma la tiroides. La tiroides es una glándula en forma de mariposa situada en el cuello delante de la tráquea. Forma parte del sistema endocrino ya que secreta las hormonas tiroideas que participan en la regulación del metabolismo.
El primer signo que hace sospechar un cáncer de tiroides es el aumento de tamaño de la glándula tiroides o bien la observación médica de que la forma o estructura de la glándula es irregular. Hay otras muchas patologías como por ejemplo la enfermedad de Hashimoto que podrían causar esta afectación en la glándula tiroides por lo que se requieren análisis de sangre, biopsia y/o estudios de imagen para llegar al diagnóstico.
Una gran mayoría de glándulas tiroideas con aumentos de tamaño acaban siendo nódulos benignos y no cáncer de tiroides, la tasa de benignidad en masas encontradas en la tiroides es del 90%.
La prevalencia de cáncer de tiroides ha ido en aumento en los últimos años a nivel mundial durante la última década ya que las técnicas diagnósticas son mejores y más sensibles. Es una enfermedad que afecta 3 veces más a mujeres que a hombres. En el año 2018 se diagnosticaron en España aproximadamente unos 2000 casos de cáncer de tiroides, siendo uno de los de incidencia más baja según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica. En general, los tumores de la glándula tiroidea tienen un buen pronóstico y son tratables, especialmente si no se han diseminado a otros tejidos.
Hay 4 tipos de cáncer de tiroides que se desarrollan en diferentes regiones de la glándula y difieren tanto en su pronóstico como en el tratamiento a seguir.
- Cáncer de tiroides Papilar (CTP): es el más frecuente de entre todos (80 % de los cánceres de tiroides) y es un tipo de tumor de crecimiento lento y raramente agresivo.
- Cáncer de tiroides Folicular (CTF): segundo más común (10 % de los casos) y sobretodo es propio de países con dietas bajas en yodo. El carcinoma de Hürthle es una variante del cáncer folicular de tiroides y supone el 3% aproximadamente del total.
- Cáncer de tiroides Medular (CTM): supone aproximadamente un 4 % del total de cáncer de tiroides. Se puede desarrollar espontáneamente o ser hereditario. El hereditario es debido a mutaciones en el gen RET y se asocia comúnmente a neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN2) que es causado también por mutaciones en el mismo gen. Es bastante agresivo y suele ser necesario varios tratamientos para conseguir curarlo.
- Cáncer de tiroides Anaplástico: también se denomina carcinoma no diferenciado, es muy raro (aproximadamente el 2%) y es de crecimiento rápido y difícil de tratar.
La mayoría de los cánceres de tiroides son diagnosticados en estadios iniciales y son fácilmente tratables, sobre todo los papilares y foliculares. Según datos de la Asociación Española contra el Cáncer el 91 % de los pacientes sobreviven al cabo de 20 años tras el manejo clásico (cirugía seguida de ablación con yodo radiactivo).