Última revisión el 25.01.2021
Según la American Heart Association, aproximadamente la mitad de los adultos en los Estados Unidos tienen la presión arterial elevada, prevalencia que también se observa en el resto del mundo según la Guía europea ESC/ESH 2018. La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre al empujar contra las paredes de las arterias. La presión arterial elevada, también conocida como hipertensión, se produce cuando constantemente la sangre empuja con demasiada fuerza las paredes arteriales.
La detección y el tratamiento de la presión arterial elevada es importante porque con el tiempo la hipertensión produce daños en el sistema circulatorio y contribuye al desarrollo del síndrome coronario agudo, accidente vascular cerebral, y posteriormente, otros problemas de salud con los años. La hipertensión produce 1 de cada 7 muertes en los Estados Unidos. En general, cuanto más elevada es la presión arterial, mayor es el daño potencial para el corazón y para otros órganos como los riñones, el cerebro o los ojos.
Como el riesgo de tener la presión arterial alta aumenta con la edad, los adultos jóvenes deberían prestar atención a sus valores de presión arterial. Tener la presión arterial alta antes de los 40 años es un factor de riesgo para desarrollar una enfermedad cardíaca.
La mayoría de las personas con presión arterial elevada no son conscientes de ello, porque no presentan síntomas obvios. Los adultos jóvenes tienden a retrasar hasta tener más años la conciencia de la presencia de la hipertensión y la necesidad de instaurar un tratamiento. Algunos estudios demuestran que los hombres con edades comprendidas entre 18 y 39 años no tienen demasiada conciencia de la importancia de tener una presión arterial elevada. El único medio de conocer si se tiene la presión arterial elevada es medirla.
¿Cómo se mide la presión arterial?
La presión arterial se medía tradicionalmente en las instalaciones sanitarias utilizando un brazalete con un medidor de presión (esfingomanómetro). El brazalete se coloca alrededor de la parte superior del brazo y se llena de aire evitando su salida. Después se van liberando pequeñas cantidades del aire del brazalete, de modo que el flujo de la sangre retorna lentamente al brazo. La presión que se mide en el interior del brazalete será la misma que hay en el interior de las arterias.
En la presión arterial se dan dos cifras. La presión arterial sistólica es la que tiene el corazón al latir. La presión arterial diastólica es la que tiene el corazón al relajarse entre dos latidos. En conjunto se escribe la sistólica por encima de la diastólica. Por ejemplo, una presión arterial de 120/80 mm Hg (milímetros de mercurio) corresponde a una presión sistólica de 120 y a una diastólica de 80.
El utilizar un esfingomanómetro se considera todavía como el mejor método, pero habitualmente se emplean dispositivos que combinan un brazalete de presión arterial con sensores electrónicos que se usan para medir dicha presión arterial. Otro método es utilizar un dispositivo que monitoriza y registra la presión arterial a intervalos regulares durante el día para evaluar la presión arterial a lo largo del tiempo. Este sistema es muy útil durante el proceso diagnóstico y permite descartar la hipertensión de “bata blanca”, que son las medidas elevadas que se producen en la consulta médica, pero no en otros momentos.
Una simple medición de la presión arterial no es suficiente para diagnosticar la hipertensión. Habitualmente se deben tomar múltiples lecturas y en distintos días. El diagnóstico de hipertensión se establece si las medidas son consistentemente elevadas.
¿Cuál es la presión arterial normal?
Las guías clínicas que definen lo que es una presión arterial “normal” difieren entre ellas. Para conocer lo que indican las lecturas de tu presión arterial puedes leer el artículo sobre hipertensión.
Factores de riesgo
Algunos factores de riesgo se relacionan con cosas que no se pueden cambiar:
- Descendencia afroamericana.
- Historia familiar de presión arterial elevada.
- Edad elevada.
Otros factores relacionados con el estilo de vida que puedes controlar:
- Sobrepeso y obesidad.
- No realizar suficiente ejercicio.
- Fumar.
- Consumo elevado de alcohol.
- Dieta con alto contenido de sal.
A veces las medicaciones, el consumo de drogas ilegales o algunas enfermedades como la diabetes, la enfermedad renal o la enfermedad tiroidea, pueden producir una hipertensión. Este tipo se llama hipertensión secundaria y cuando se tratan esas enfermedades o se interrumpe la medicación, desaparece la causa que produce la hipertensión.
La Fundación Española del Corazón ha elaborado un vídeo sobre la hipertensión en el que explica, entre otras cosas, cómo se mide la presión arterial, por qué es necesario medirla, cuáles son sus causas más frecuentes y cómo puede afectar al organismo.
Recomendaciones de cribado
En el año 2017 las guías de práctica clínica del American College of Cardiology/American Heart Association recomiendan medir la presión arterial anualmente en los adultos cuya presión arterial es menor de 120/80 mmHg.
- Si tienes la presión arterial elevada y tu riesgo de enfermedad cardiovascular es bajo, las guías clínicas recomiendan realizar de nuevo el cribado a los 3-6 meses de haber tenido esas cifras elevadas. (Para más información consulta el artículo de la hipertensión).
- Si tienes hipertensión y tu riesgo de enfermedad cardiovascular es alto, las guías clínicas recomiendan realizar cribados más frecuentes, de acuerdo a tu riesgo de enfermedad cardíaca y a tus cifras de presión arterial. En estos casos probablemente sea necesario establecer un tratamiento con fármacos contra la hipertensión.
La U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF), junto con la American Academy of Family Physicians, recomiendan realizar el cribado de hipertensión a los adultos a partir de los 18 años.
- Los adultos con edades comprendidas entre 18 y 39 años con una presión arterial normal (menor de 130/85 mm), que no tienen otros factores de riesgo, deberían realizarse el cribado cada 3 a 5 años.
- Los adultos con un riesgo aumentado de padecer hipertensión se deben controlar cada año. La USPSTF también recomienda confirmar la hipertensión fuera de la consulta médica, realizando medidas repetidas antes de establecer el diagnóstico e instaurar un tratamiento.
Según la Guía europea ESC/ESH 2018 los objetivos del tratamiento de la hipertensión son:
- El primer objetivo recomendado del tratamiento es reducir la presión arterial de todos los pacientes por debajo de los 140/90 mmHg, y si el tratamiento se tolera bien, bajarlo a 130/80 mmHg o menos para la mayoría de los pacientes.
- Se recomienda la reducción de la presión arterial sistólica a 120-129 mmHg para la mayoría de los pacientes de menos de 65 años.
- Debe considerarse un objetivo mantener la presión arterial diastólica por debajo de los 80 mmHg para todos los pacientes hipertensos, independientemente del nivel de riesgo y las comorbilidades.
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Noticias
Hipertensión arterial: nuevo enfoque. (25.09.2018)
Nuevos biomarcadores en orina para detectar el daño renal incipiente en la hipertensión. (09.09.2018)
La hipertensión es el factor de riesgo modificable más importante. (30.04.2017)
En otras webs
Fundación Española del Corazón: Presión arterial.
National Institute for Health and Care Excellence. Hypertension in adults: diagnosis and management.
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