Cribado de adultos jóvenes (19-29 años)

20/3/2021

¿En qué consisten las pruebas de cribado?

Las pruebas de cribado de laboratorio permiten identificar a las personas que presentan mayor riesgo de desarrollar un trastorno o enfermedad antes de que aparezcan los síntomas, o incluso conocer que podrían estar en riesgo para poder tomar medidas preventivas. Por ello, constituyen un aspecto importante en el ámbito de la medicina preventiva.

Estas pruebas permiten detectar las enfermedades en sus fases más tempranas y en estadios en los que puede ser más fácil aplicar un tratamiento. Por lo tanto, son muy interesantes para las enfermedades graves que tienen tratamiento, ya que la detección de la enfermedad antes de que aparezcan los síntomas aporta un gran beneficio al individuo afecto.

Por ello, dichas pruebas tienen que ser sensibles, consiguiendo identificar a todos los individuos con una enfermedad determinada. Muchas de las pruebas realizadas normalmente en los controles rutinarios de salud son pruebas de cribado, como por ejemplo, la prueba del colesterol o la citología vaginal. En el caso de los recién nacidos, también se realizan una serie de pruebas de cribado al nacer.

Un resultado positivo en una prueba de cribado, a menudo obliga a realizar estudios adicionales con pruebas más específicas. Este aspecto es importante para poder descartar o excluir correctamente a las personas que no tengan la enfermedad, o para confirmar el diagnóstico en aquellas que la tienen.

Una prueba diagnóstica también podría emplearse como una prueba de cribado, aunque su principal finalidad sea la de confirmar un diagnóstico cuando existen signos, síntomas u otra evidencia de que se padezca una enfermedad concreta.

Adultos jóvenes (19-29 años)

Una manera de cuidar y mejorar la salud cuando se alcanza la segunda década de la vida es realizándose algunas pruebas de cribado. Estas pruebas son útiles para detectar algunas de las enfermedades más comunes y potencialmente graves en los adultos, como las enfermedades de transmisión sexual (ETS), cáncer, diabetes y enfermedad cardiaca.

Las pruebas de cribado permiten detectar algunas enfermedades en sus estadios más iniciales, precisamente cuando son más fáciles de tratar, incluso antes de que se manifiesten los síntomas. Con la información que proporcionan las pruebas de cribado, el médico puede recomendar una serie de medidas preventivas para mantener un buen estado de salud. Por ejemplo, la determinación de colesterol puede revelar un riesgo determinado de desarrollar una enfermedad cardiaca; se podrán tomar entonces medidas preventivas, como cambios en el estilo de vida, antes de que se desarrolle la enfermedad en cuestión.

En los siguientes apartados encontrará diferentes estados de salud relacionados con las pruebas de cribado (de laboratorio) indicadas en los adultos con menos de 29 años de edad. En cada uno de ellos se resumen las recomendaciones de diferentes organismos; sin embargo, en muchos casos no existe un consenso claro. Por este motivo, es importante que las decisiones acerca de estas pruebas de cribado setomen conjuntamente con el médico, considerando toda la información sobre tu salud y tus factores de riesgo.

Si desea más información acerca de la prevención de enfermedades y de los pasos necesarios a seguir para mantener un buen estado de salud, puede leer el artículo titulado bienestar y prevención en la era de la responsabilidad del paciente por su salud.

Cáncer de cuello de útero

Última revisión el 08.03.2021

El cáncer de cuello de útero, también conocido como cáncer de cérvix o cáncer cervical, se produce por el crecimiento descontrolado de las células del cérvix o cuello uterino, que es la parte más baja del útero o matriz. Este tipo de cáncer es de crecimiento lento, por lo que puede tardar varios años en desarrollarse. Según la American Cancer Society (ACS), el cáncer de cérvix se diagnostica habitualmente en las mujeres con edades comprendidas entre 35 y 44 años, siendo la media de edad de diagnóstico los 50 años. En las mujeres menores de 20 años es raro que se diagnostique este tipo de cáncer.

Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer de cérvix es la 11ª neoplasia más frecuente en las mujeres, con 2.480 nuevos casos previstos para el año 2022, mientras que en el año 2018 la incidencia aproximada fue de 10,8 casos/100.000 mujeres/año y la mortalidad de 3,6 casos/100.000 mujeres/año.

Casi todos los cánceres de este tipo se producen por las infecciones persistentes con los serotipos de alto riesgo del virus del papiloma humano (VPH). Los serotipos de alto riesgo 16 y 18 del VPH causan el 80% de todos los cánceres de cérvix. El cáncer de cérvix causado por 9 serotipos de alto riesgo del VPH se puede prevenir mediante la vacuna que se administra a las niñas a la edad de 11 a 12 años.

El VPH es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) frecuente. Muchas infecciones producidas por el VPH se resuelven sin tratamiento, porque el cuerpo es capaz de eliminar la infección, pero las infecciones que producen los serotipos de alto riesgo y no se eliminan son las que pueden producir el cáncer de cérvix. Pueden pasar muchos años hasta que el cáncer se desarrolla. Una infección persistente con un serotipo del VPH de alto riesgo, puede hacer que las células crezcan sin control. Habitualmente, el sistema inmune reconoce las células y limita su crecimiento, pero a veces las células permanecen y se convierten en precancerígenas.

La mayoría de las muertes por cáncer de cérvix pueden evitarse si las mujeres se realizan revisiones frecuentes y un cribado mediante la citología vaginal (prueba de Papanicolau). Los cribados pueden ayudar a identificar precozmente este tipo de cáncer, cuando es posible conseguir la curación. Además, en el cribado se pueden detectar lesiones precancerosas que pueden ser sometidas a un seguimiento e incluso a un tratamiento quirúrgico, antes de que el cáncer se desarrolle.

Recomendaciones para mujeres de entre 21 y 29 años de edad

Según las recomendaciones del American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG), de la American Cancer Society (ACS), la American Society for Clinical Pathology (ASCP) y el U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF), en este rango de edad, todas las mujeres se deberían realizar una citología vaginal cada 3 años. Dicha citología vaginal se utiliza para la búsqueda de células precancerígenas o cancerígenas.

La ACOG, USPSTF y ACS recomiendan realizar revisiones más frecuentes en las mujeres que tienen factores de riesgo como:

Para ver los factores de riesgo se puede consultar el artículo cáncer de cuello de útero.

En el año 2019, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en España estableció el programa de prevención del cáncer de cérvix, que consiste en:

  • Población objetivo: mujeres con edades comprendidas entre 25 y 65 años.
  • Prueba primaria de cribado e intervalo entre las exploraciones:

       -25-34 años: citología cada 3 años.

       -35-65 años: determinación del VPH de alto riesgo (VPH-AR).

       -Si VPH-AR es negativo: repetir la prueba VPH-AR a los 5 años.

       -Si VPH-AR es positivo: realizar el despistaje con la citología. Si el VPH-AR es positivo y la citología negativa, repetir          el VPH-AR al año.

Las comunidades y ciudades autónomas españolas tienen 5 años para iniciar el cambio en el programa y 5 años más para alcanzar una cobertura próxima al 100% de la población.

No se recomienda realizar la citología vaginal en las mujeres menores de 21 años de edad, porque la incidencia de este tipo de cáncer es muy baja en esa edad. La existencia de cambios celulares que se consideran normales y que se dan además con relativa frecuencia, puede generar resultados falsamente positivos, y ello provoca una ansiedad innecesaria en la mujer, e incluso puede conducir a realizar tratamientos incorrectos.

La citología vaginal se realiza en los servicios de ginecología. Aunque no te hagas una citología anual, según la ACOG es conveniente que realizarte un examen anual de salud.

Cribado del virus del papiloma humano (VPH-AR)

No se suele recomendar el cribado para detectar la presencia de una infección por los serotipos de alto riesgo del virus del papiloma humano en las mujeres menores de 30 años, porque esta infección es relativamente común a esa edad, y suele resolverse sin tratamiento ni complicaciones.

Sin embargo, sí que se recomienda realizar el test del VPH-AR en las mujeres con edades comprendidas entre 21 y 29 años, cuando los resultados de la citología vaginal son anormales (para más información consultar el artículo de la citología vaginal). Los resultados se utilizarán para ver si es necesario repetir la prueba o realizar una colposcopia, que es un procedimiento que permite al médico inspeccionar visualmente la vagina y el cérvix para descartar la presencia de células anormales. El seguimiento regular del cáncer de cérvix se debe realizar, aunque estés vacunada del VPH.

Es importante recordar que a pesar de que no es necesario realizar anualmente una citología vaginal en esta población, sí que se sigue recomendando realizarse una revisión ginecológica cada año.

Enlaces

Estados fisiológicos y enfermedades:

Cáncer de cuello de útero

Noticias:

Las sociedades científicas españolas apuestan por la determinación del virus del papiloma (VPH) para el cribado poblacional del cáncer de cuello de útero

El cribado del cáncer de cuello de útero que incluye la prueba del VPH es mejor que la citología vaginal sola, según un estudio

En otras webs:

Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social: Encuesta Nacional de Salud de España (ENSE), 2017. Detrección Precoz de Cáncer

Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM): Cáncer de cérvix

Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM): Las cifras del cáncer en España 2023

Asociación Española Contra el Cáncer (AECC): Cáncer de cérvix

Instituto Nacional del Cáncer (NIH): Detección del cáncer de cuello uterino

Cáncer de mama

Última revisión el 12.03.2021

El cáncer de mama es el tipo de cáncer más frecuente en las mujeres en España y la primera causa de mortalidad por cáncer. En el año 2020 fallecieron 6.651 mujeres por cáncer de mama en España. La incidencia de este tipo de cáncer tiende a aumentar con la edad. La edad de máxima incidencia está por encima de los 50 años, pero aproximadamente un 10% se diagnostica en las mujeres menores de 40 años. Se estima que en el año 2022 habrá 34.750 casos, considerando que 1 de cada 8 mujeres tendrá un cáncer de mama en su vida. La menor incidencia de este cáncer se produce en las mujeres con edades comprendidas entre los 20 y 30 años.

Según el National Cancer Institute (NCI), las mujeres de 20 a 34 años de edad representaron solamente el 1,9% de los nuevos casos de cáncer entre los años 2011 y 2015.

Recomendaciones para las mujeres con riesgo medio

Las mujeres con riesgo medio son las que no tienen historia familiar o personal de cáncer de mama, ni tampoco otros factores de riesgo para desarrollarlo. Debido a la baja incidencia de cáncer de mama en las mujeres menores de 40 años, no se recomienda la realización de mamografías en este grupo.

El American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) recomienda que, a las mujeres con edades comprendidas entre 25 y 39 años sin factores de riesgo conocidos de cáncer de mama, su médico les ofrezca realizarse una exploración clínica de las mamas cada 1 a 3 años como parte de su examen de salud.

De acuerdo con el ACOG, las mujeres con riesgo medio de tener un cáncer de mama, deben tener conciencia de su estado de salud, comunicando a su médico cualquier cambio en el aspecto normal de la mama. Los cambios incluyen la aparición de dolor, una masa, enrojecimiento o la expulsión por el pezón de sustancias que no sean leche.

Riesgo aumentado

Los antecedentes familiares y la genética pueden contribuir a tener un mayor riesgo de padecer un cáncer de mama.

De acuerdo a la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), los factores de riesgo para padecer un cáncer de mama son:

  1. La edad es el principal factor de riesgo para padecer un cáncer de mama, el riesgo aumenta al aumentar la edad.
  2. Historia personal de cáncer de mama invasivo (las mujeres que han tenido un cáncer de mama invasivo tienen más riesgo de padecer un cáncer de mama contralateral), carcinoma ductal in situ o carcinoma lobulillar in situ.
  3. Historia personal de enfermedad proliferativa benigna de la mama.
  4. Historia familiar de cáncer de mama en un familiar de primer grado (madre, hija, hermana).
  5. Portadoras de mutaciones en los genes BRCA 1 y BRCA 2 o en otros genes que aumentan el riesgo de padecer un cáncer de mama.
  6. Densidad mamaria elevada en las mamografías.
  7. Factores reproductivos que aumentan la exposición a los estrógenos endógenos, como la aparición temprana de la primera regla, la menopausia tardía o la nuliparidad (no haber estado embarazada nunca).
  8. El uso de terapia hormonal sustitutiva después de la menopausia aumenta el riesgo de cáncer de mama, al igual que lo hace el uso de una combinación de las hormonas estrógeno y progesterona, posterior a la menopausia.
  9. La exposición a radiaciones ionizantes, sobre todo durante la pubertad, y las mutaciones hereditarias relacionadas con el cáncer de mama, aumentan el riesgo.
  10. El consumo de alcohol.
  11. La obesidad.

Entre los factores de riesgo más importantes destacan:

  • Tener una mutación de los genes BRCA1 o BRCA2, o tener un familiar cercano con dicha mutación.
  • Haber recibido una irradiación excesiva en la zona torácica siendo joven (entre 10 y 30 años de edad).
  • Algunos antecedentes familiares, como tener muchos familiares cercanos con cáncer de mama o cáncer de ovario.

Si existe la mínima sospecha de pertenecer a alguno de los grupos de riesgo, se debe informar al médico para realizar un programa de cribado individualizado en función de cada situación particular.

Enlaces

Estados fisiológicos y enfermedades:

Cáncer de mama

Noticias:

Biopsia líquida en cáncer de mama

La American Cancer Society recomienda mamografías más tarde y menos frecuentes para las mujeres con riesgo promedio de cáncer de mama

En otras webs:

Asociación Española Contra el Cáncer (AECC): Cáncer de mama

Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM): Cáncer de mama

Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM): Las cifras del cáncer en España 2023

American Cancer Society (ACS): Recomendaciones de la Sociedad Americana Contra el Cáncer para la detección temprana del cáncer de seno

American Cancer Society (ACS): Riesgo y prevención del cáncer de seno

American Cancer Society (ACS): Detección temprana y diagnóstico del cáncer de seno

Instituto Nacional del Cáncer (NIH): Exámenes de detección del cáncer de seno (mama) (PDQ®)–Versión para pacientes

Clamidia y gonorrea

La clamidiasis y la gonorrea son las enfermedades bacterianas de transmisión sexual más frecuentes, aunque la mayoría de las personas infectadas no presentan síntomas. A pesar de que estas infecciones afectan principalmente a la zona genital, pueden afectarse también otras membranas mucosas, como las de los ojos, o también las articulaciones. Las embarazadas pueden transmitir la infección al recién nacido. Aunque evolucionan de forma silenciosa, estas enfermedades pueden causar, en el caso de no tratarse, infertilidad y otras complicaciones. Sin embargo, ambas infecciones se curan con tratamiento antibiótico.

Recomendaciones para las mujeres

  • Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) recomiendan un cribado anual para la clamidia en todas las mujeres sexualmente activas menores de 25 años y en cualquier otro grupo de edad, cuando se considera que existe un mayor riesgo. También se recomienda un cribado anual para la gonorrea en las mujeres sexualmente activas y con riesgo de contraer la infección, es decir, menores de 25 años y las que ya han padecido gonorrea previamente u otras enfermedades de transmisión sexual (ETS), múltiples parejas sexuales, uso no sistemático de condón, consumo de drogas o en las prostitutas.
  • De manera similar, el American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) recomienda el cribado anual para clamidia y gonorrea a todas las mujeres sexualmente activas menores de 25 años y a todas las mayores de 25 años con factores de riesgo.
  • La American Academy of Family Physicians (AAFP) recomienda el cribado anual para la clamidia en todas las mujeres sexualmente activas menores de 25 años y en cualquier otro grupo de edad, cuando se considera que existe un mayor riesgo. No obstante, no recomienda el cribado de clamidia rutinario en las mujeres mayores y con bajo riesgo. La AAFP recomienda el cribado de la gonorrea en las mujeres sexualmente activas cuando existe mayor riesgo de contraer la infección.
  • Por su parte, el U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF) recomienda el cribado, tanto de clamidia como de gonorrea, a todas las mujeres sexualmente activas menores de 25 años y a las que tengan mayor riesgo de contraer las infecciones.

Si desea información acerca las pruebas de cribado durante el embarazo, consultar el artículo del embarazo.

Recomendaciones para los varones

Estas organizaciones no recomiendan el cribado rutinario en los varones sanos heterosexuales sexualmente activos. Este criterio puede sin embargo variar en función de los riesgos y de la prevalencia de las infecciones en la comunidad. Es importante recordar que un varón infectado puede transmitir la infección, e incluso, si no se ha completado el tratamiento adecuadamente, reinfectar a su pareja.

  • En el caso de varones homosexuales sexualmente activos, los CDC recomiendan el cribado de clamidia y gonorrea como mínimo con carácter anual.

Riesgo

Los adultos menores de 24 años sexualmente activos tienen mayor riesgo de contraer estas infecciones que los adultos mayores de 25 años. El riesgo puede incluso ser mayor si se cumple alguna de las siguientes condiciones:

  • Ser mujer.
  • Haber tenido ya uno o ambos tipos de infección.
  • Tener otras ETS, especialmente la infección por VIH.
  • Tener una nueva pareja sexual, o múltiples parejas sexuales.
  • No usar condones de manera sistemática.
  • Prostitución.
  • Consumo de drogas.
  • Haber empezado a mantener relacions sexuales durante la adolescencia.
  • Vivir en un centro de detención.
  • Ser un varón homosexual.

Como las tasas de reinfección son elevadas, los CDC recomiendan a mujeres y varones que han recibido tratamiento debido a una infección por clamidia o gonorrea, la repetición de la prueba al cabo de unos 3 meses después de finalizar el tratamiento, independientemente de que su pareja haya sido o no tratada. Además, como la reinfección siempre es posible, es importante repetir los cribados anuales de estas enfermedades.

Enlaces

En otras webs:

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC): Clamidia. Hoja informativa de los CDC

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC): Gonorrea. Hoja informativa de los CDC

Diabetes

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diabetes se encuentra entre las diez principales causas de muerte en el mundo. Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) estiman que unos 29 milllones (12%) de individuos mayores de 20 años de edad padecen diabetes,,diagnosticada o no. Entre los 20 y 44 años de edad, la cifra es de 4,3 millones. Esta enfermedad afecta cada vez más a personas más jóvenes.

La diabetes tipo 1 suele diagnosticarse antes de los 30 años de edad; los signos y síntomas se desarrollan de manera rápida y no es raro que el diagnóstico se establezca en el contexto de atención médica urgente. Por este motivo no es necesario realizar un cribado de la diabetes tipo 1. Contrariamente, el cribado ofrece gran utilidad en el caso de la diabetes tipo 2, ya que las personas jóvenes sin signos ni síntomas, especialmente en las primeras fases de la enfermedad, pueden padecerla. El sobrepeso y el sedentarismo (inactividad física) son factores que contribuyen al desarrollo de la diabetes tipo 2 y también constituyen un problema sanitario a nivel nacional e internacional.

Se entiende por estado prediabético aquella situación en la que los valores de glucosa en sangre son superiores a los normales, pero no lo suficiente como para establecer el diagnóstico de diabetes. La detección de prediabetes permite tomar medidas para detener o enlentecer el desarrollo de diabetes tipo 2 y de sus complicaciones. Entre las complicaciones más temidas se incluyen el infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular, hipertensión, ceguera y otros problemas oculares, enfermedad renal y afectación del sistema nervioso. Más del 60% de las amputaciones de extremidades inferiores se dan entre personas diabéticas.

Factores de riesgo

El sobrepeso, índice de masa corporal (IMC) superior o igual a 25 kg/2 ,constituye uno de los principales factores de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2.

Otros factores de riesgo incluyen:

  • Sedentarismo (inactividad física).
  • Hipertensión: presión sanguínea igual o superior a 140/90 mmHg, o bien estar siguiendo tratamiento con medicación antihipertensiva.
  • Historia de enfermedad cardiovascular.
  • Colesterol HDL inferior a 35 mg/dL (0,90 mmol/L) y/o valor de triglicéridos superior a 250 mg/dL (2,82 mmol/L).
  • Hemoglobina glicada (HbA1c) igual o superior a 5,7%, prueba de tolerancia a la glucosa oral alterada, o concentración de glucosa en ayunas anómala.
  • Tener alguna de las condiciones asociadas a resistencia insulínica, como por ejemplo, obesidad y acantosis nigricans.

Factores de riesgo familiares:

  • Padres o hermanos con diabetes.

Factores de riesgo en mujeres:

  • Haber desarrollado una diabetes gestacional.
  • Dar a luz a un bebé de más de 4 kg.
  • Tener un síndrome del ovario poliquístico.

Pruebas de cribado

  • Glucosa en ayunas: esta prueba mide el valor de glucosa en sangre después de haber mantenido un ayuno de entre 8 y 12 horas.
  • Hemoglobina glicada o HbA1c: para evaluar el valor promedio de glucosa en sangre en los últimos 2 a 3 meses; recomendada recientemente como otra prueba de cribado de la diabetes.
  • Prueba de tolerancia a las 2 horas de haber tomado una solución oral de glucosa (OGTT, por sus siglas en inglés): se obtiene una muestra de sangre en ayunas para medir la glucosa basal. A continuación, el individuo debe ingerir una solución de 75 g de glucosa y al cabo de dos horas, se obtiene una nueva muestra de sangre en la que también se mide la glucosa.

En el caso de obtenerse un resultado alterado, debe repetirse la prueba al cabo de unos días. Si el resultado vuelve a estar alterado, se establece el diagnóstico de diabetes.

Recomendaciones

Según la American Diabetes Association (ADA) y el U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF):

  • Debe considerarse un cribado:: en el caso de sobrepeso o si se presenta como mínimo uno de los factores de riesgo para desarrollar diabetes.
  • En el caso de que los resultados del cribado inicial hayan sido normales, se recomienda repetir las pruebas cada 3 años (ADA) o con carácter anual (USPSTF).
  • En los casos de prediabetes, repetir las pruebas anualmente.

La Asociación Americana de Endocrinología (AACE) recomienda el cribado de la diabetes en las personas asintomáticas con factores de riesgo, así como en las personas en tratamiento antipsicótico, en casos graves de esquizofrenia o de trastorno bipolar.

La población debe tomar conciencia de la necesidad de  mantener un estilo de vida saludable (dieta, ejercicio) para disminuir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y sus complicaciones.

Enlaces

En otras webs:

Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN)

National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIH): Factores de riesgo para la diabetes tipo 2

American Diabetes Association (ADA)

American Diabetes Association (ADA): Be Healthy Today; Be Healthy For Life, Information for Youth and their Families, Living with Type 2 Diabetes

Hepatitis B

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que actualmente existen 240 millones de personas con infección crónica por el virus de la hepatitis B.

El virus de la hepatitis B (VHB) es uno de los cinco virus causantes de las hepatitis víricas. El virus se transmite por contacto con sangre o fluidos biológicos de una persona infectada, por ejemplo, en el curso de relaciones sexuales o por compartir jeringuillas, maquinillas de afeitar o cepillos de dientes; también lo puede transmitir una embarazada a su recién nacido, en el momento del parto o después del nacimiento.

La infección por el VHB puede ser aguda o crónica y el curso de la infección puede variar, desde formas leves que duran unas semanas, hasta formas más graves que se prolongan durante muchos años y que generan complicaciones, como cirrosis o cáncer de hígado. Según la OMS, cada año mueren más de 780 000 personas a consecuencia de la hepatitis B.

La inmensa mayoría de las personas con infección crónica no presenta síntomas. Como prueba de cribado de la hepatitis B en personas asintomáticas, pero pertenecientes a grupos de riesgo, se emplea la prueba del antígeno de superficie (HBsAg). Actualmente, se dispone de vacunas para proteger frente a la infección por el VHB.

Factores de riesgo

  • Proceder de países con elevada prevalencia de infección por el VHB.
  • Personas VIH-positivas.
  • Consumidores de drogas por vía intravenosa.
  • Compartir enseres con personas infectadas por el virus con las que se convive.
  • Varones homosexuales.

En principio, no se recomienda el cribado en as personas no incluidas en estos grupos de riesgo.

Recomendaciones

En el año 2008, los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) editaron unas guías por las que se recomienda el cribado de la infección por el VHB en los siguientes casos:

  • Profesionales de la seguridad pública y de la asistencia sanitaria pública.
  • Personas nacidas en países con prevalencia de la infección por VHB mayor del 2% (Asia, África).
  • Personas no vacunadas cuyos progenitores provienen de países con prevalencia de la infección mayor del 8%.
  • Varones homosexuales.
  • Valores elevados de enzimas hepáticos (AST, ALT) sin causa aparente.
  • Inmunosupresión (sistema inmune debilitado), por ejemplo, en los receptores de órganos trasplantados.
  • Embarazadas.
  • Personas en contacto íntimo con otras infectadas por el VHB.
  • Infección por el VIH.

En el año 2014, la U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF) actualizó sus recomendaciones alineándose con las recomendaciones editadas por los CDC.

¿Por qué realizar el cribado?

Las personas con infección crónica por el VHB tienen el riesgo de desarrollar complicaciones graves a consecuencia de la infección, y además pueden transmitir involuntariamente la infección a otros individuos.

Enlaces

En otras webs:

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC): Hepatitis B. Información general

Hepatitis C

Última revisión el 04.02.2021

El número de casos nuevos de hepatitis C ha aumentado de manera alarmante desde el año 2010, particularmente en los adultos jóvenes, y según los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) se debe a la utilización de las drogas por vía intravenosa. En algunas personas, la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) se manifiesta como una enfermedad de corta duración, habitualmente con pocos síntomas de carácter medio, o sin síntomas, y el virus desaparece del organismo sin recibir un tratamiento específico. Este cuadro se llama hepatitis C aguda.

Sin embargo, más del 50% de los pacientes que padecen una hepatitis aguda desarrollarán una hepatitis C crónica. Sin recibir el tratamiento adecuado, la hepatitis C crónica puede llevar a padecer enfermedades graves a largo plazo, como la cirrosis y el carcinoma hepatocelular, que pueden tener un desenlace fatal. La hepatitis C crónica progresa lentamente con el tiempo, de modo que los individuos infectados pueden no ser conscientes de padecer la enfermedad hasta que causa suficiente daño hepático como para afectar a la función del hígado.

De acuerdo al CDC, hay 2,4 millones de americanos viviendo con la infección por el VHC, pero muchos de ellos no lo saben.

Según un estudio del Ministerio de Sanidad, Seguridad Social e Igualdad de España realizado entre los años 2017 y 2018, la prevalencia de anticuerpos frente al VHC era del 0,85% y la de infección activa era del 0,22% en la población de 20 a 80 años. En España había unas 337.107 personas con anticuerpos frente al VHC, de las que 76.839 tendrían una infección activa. De estas últimas, un 29,4% desconocía su infección, situando el número de personas con infección activa no diagnosticadas en 22.478 personas a finales del año 2017.

Factores de riesgo

El riesgo de infectarse con el VHC se produce si se está expuesto al virus. La hepatitis C se extiende con frecuencia por la exposición a sangre contaminada por compartir agujas, jeringas o equipos similares que se utilizan durante el abuso de las drogas por vía intravenosa. Con menor frecuencia, la transmisión se puede producir a través de la actividad sexual, compartiendo objetos, como maquinillas de afeitar o cepillos de dientes y también se puede transmitir de la madre infectada al niño durante el embarazo y el parto. Antes del año 1992, cuando se estableció el cribado de la hepatitis C a los donantes de sangre de manera sistemática, también era posible infectarse por la hepatitis C mediante una transfusión de sangre o un trasplante de un órgano. Los trabajadores sanitarios que se han expuesto a sangre infectada (por ejemplo: con pinchazos con agujas) también se encuentran en riesgo.

Recomendaciones

Las organizaciones sanitarias incluyendo el CDC, la Infectious Diseases Society of America (IDSA), y la American Association for the Study of Liver Diseases (AASLD) recomiendan:

  • Hacer la prueba de la hepatitis C al menos una vez, a las personas con una edad ≤ 18 años, independientemente de los factores de riesgo de padecer la hepatitis C.
  • Hacer la prueba de la hepatitis C una vez, sin tener en cuenta la edad, a aquellas personas que:

       -Se han inyectado alguna vez drogas ilegales.

       -Recibieron una transfusión de sangre o un trasplante de órganos antes del mes de julio del año 1992 (antes de          que la sangre y los órganos fueran sometidos a un cribado sistemático de la hepatitis C).

       -Hayan recibido transfusiones de concentrados de factores de coagulación antes del año 1987.

       -Llevan mucho tiempo recibiendo diálisis.

       -Son niños que han nacido de una madre con el VHC positivo.

       -Han tenido una exposición a la sangre de alguien que tiene hepatitis C.

       -Son trabajadores sanitarios, de los servicios de urgencias o de las fuerzas del orden público,          que han estado expuestos a sangre de personas que son positivas para el VHC.

       -Tienen evidencia de enfermedad hepática crónica.

       -Tienen el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

  • Pruebas periódicas para aquellos pacientes con factores de riesgo, como el uso de drogas por vía intravenosa.

El CDC también recomienda:

  • Realizar el cribado a todas las mujeres embarazadas, durante cada embarazo.
  • Realizar el cribado a cualquier persona que lo solicite.

De modo similar, el United States Preventive Services Task Force (USPSTF) recomienda:

  • Realizar la prueba una vez a todos los adultos, con edades comprendidas entre 18 y 79 años.
  • Hacer el cribado general a todas las personas que tengan un riesgo elevado, independientemente de la edad.
  • Realizar el cribado a todas las mujeres embarazadas, sin considerar la edad.

El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en España recomienda:

  • Personas sin signos ni síntomas y sin antecedentes de exposición o situaciones de riesgo: no se recomienda el cribado de la infección por el VHC.
  • Personas con criterios clínicos compatibles con infección por el VHC: se debe descartar la infección por el VHC.
  • Personas sin signos ni síntomas de infección por VHC:

      -Realización obligatoria de la prueba del VHC: es un requisito de verificación obligatorio en los centros        de transfusión para la donación de sangre, células y tejidos (incluidas células reproductoras) y de trasplante de        órganos.

      -Oferta dirigida de la prueba del VHC: cribado de infección por el VHC en personas         con antecedentes de exposición o situación de riesgo.

      -Exposiciones y situaciones de riesgo para la infección por el VHC en las que está indicado el cribado del VHC:

              Consumo de drogas por vía inyectada y/o inhalada.

              Relación sexual de riesgo.

              Pareja sexual con infección activa por el VHC o con consumo activo de drogas inyectadas.

              Co-infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y/o de la hepatitis B (VHB).

              Tatuajes y/o procedimientos estéticos y similares realizados con instrumental punzante sin                las debidas precauciones de seguridad.

               Exposición laboral al VHC.

               Ingreso en unidades de hemodiálisis crónica.

               Intervenciones sanitarias invasivas realizadas en lugares sin las medidas de seguridad adecuadas,                como intervenciones quirúrgicas con material no esterilizado antes de 1975 o la recepción de productos                sanguíneos o hemoderivados antes de 1990.

               Recién nacidos/as de madres con infección por el VHC.

               Ingreso en centros penitenciarios.

               Procedencia de países con prevalencia de infección por el VHC media o alta.

Pruebas del VHC

  • La prueba inicial de cribado son los anticuerpos frente al VHC, que detecta la presencia de anticuerpos en la sangre. Tu cuerpo produce estos anticuerpos al estar en contacto con el virus. La prueba no distingue entre una infección pasada que ha desaparecido y una infección activa.
  • Si la prueba de los anticuerpos es positiva, se realiza una segunda prueba para el virus (VHC ARN), para determinar si tienes una enfermedad activa.

Para tener más información, leer el artículo para consultar las pruebas que existen para diagnosticar la hepatitis C.

¿Por qué se realiza el cribado?

Muchas personas pueden haber contraído el virus hace años y no tener síntomas, por lo que no serían conscientes de padecer la enfermedad. La prueba que se realiza una sola vez podría detectar estas infecciones, para poder aplicar el tratamiento y hacer una prevención de las complicaciones futuras.

Las complicaciones como la cirrosis, el carcinoma hepatocelular y la muerte se pueden prevenir si se detecta la hepatitis C crónica y se trata, antes de que las lesiones en el hígado sean graves. El tratamiento para la hepatitis C permite curar más del 90% de los casos, antes de que aparezcan las complicaciones tardías.

Enlaces

Estados fisiológicos y enfermedades:

Hepatitis C

Noticias:

El premio Nobel de medicina 2020 premia a los descubridores del virus de la hepatitis C

Las personas con hepatitis C e infección por el VIH presentan mayor riesgo de desarrollar complicaciones de la enfermedad hepática

En otras webs:

Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social: Guía de cribado de la infección por el VHC

Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social: Prevalencia de la infección por el virus de la hepatitis C en población general en España; 2017-2018

Organización Mundial de la Salud (OMS): Hepatitis C

Medline: Hepatitis C

MayoClinic: Hepatitis C

Guía de la OMS para el screening de las hepatitis B y C

Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Hepatitis C Questions and Answers for the Public

Hipercolesterolemia

A partir de la infancia, el colesterol y otras sustancias grasas conocidas como lípidos, empiezan a depositarse en las arterias, endureciéndose en forma de placas y provocando un estrechamiento del paso. Durante la edad adulta, la formación de la placa, y los problemas resultantes de salud que tienen lugar, no solamente ocurren en las arterias que suministran sangre al músculo cardíaco, sino también en las arterias de todo el cuerpo (problema conocido como aterosclerosis). En España, tanto en hombres como en mujeres, las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte, y la cantidad de colesterol en la sangre afecta en gran medida a las posibilidades de una persona de sufrirla.

El cribado de la hipercolesterolemia y en concreto de la presencia de valores elevados de colesterol LDL (o malo) es importante ya que no suele asociarse a síntomas y es frecuente, según los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), que dos de cada tres adultos la padezcan.

Recomendaciones

El National Cholesterol Education Program (NCEP) y la American Heart Association (AHA) recomiendan:

  • Cada 5 años: realización de un perfil lipídico completo en ayunas a todos los adultos mayores de 20 años.

Si se realiza un ayuno previo de 9 a 12 horas antes del análisis de sangre, este análisis ofrece cuatro medidas: 1) colesterol total, 2) colesterol LDL, cuya concentración se desea que sea baja ya que contribuye a la formación de las placas, 3) colesterol HDL, cuya concentración se desea que sea alta y 4) triglicéridos que es otra forma de grasa que existe en la sangre. Según el NCEP, esta prueba realizada en ayunas constituye la prueba inicial de elección. En el caso de no estar en ayunas, se consideran las concentraciones de colesterol total y de colesterol HDL.

Debe repetirse con más frecuencia el análisis, en el caso de que un adulto joven cumpla alguna de las siguientes condiciones:

  • Colesterol total superior a 200 mg/dL.
  • Colesterol HDL inferior a 40 mg/dL.
  • Existen otros factores de riesgo de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular.

El U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF) recomienda el cribado de la hipercolesterolemia según se indica a continuación:

  • Varones entre 20 y 35 años de edad: si existe mayor riesgo de enfermedad cardiaca coronaria.
  • Mujeres entre 20 y 45 años de edad: si existe mayor riesgo de enfermedad cardiaca coronaria.

Factores de riesgo

En el caso de que se tenga alguno de los siguientes factores de riesgo, debe realizarse el cribado con mayor frecuencia:

  • Consumo de tabaco.
  • Hipertensión: presión arterial 140/90 o más alta, o tratamiento con fármacos antihipertensivos.
  • Diabetes.
  • Obesidad, sobrepeso.
  • Inactividad física, sedentarismo.
  • Historia familiar de enfermedad cardiaca siendo joven.

El riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio es superior en varones que en mujeres, y el riesgo aumenta con la edad.

Enlaces

En otras webs:

MayoClinic: Heart Disease Risk Calculator

National Heart, Lung, and Blood Institute (NIH): ¿Qué es el colesterol en la sangre?

Hipertensión

Última revisión el 25.01.2021

Según la American Heart Association (AHA), aproximadamente la mitad de los adultos en los Estados Unidos tienen la presión arterial elevada, prevalencia que también se observa en el resto del mundo, según la Guía europea ESC/ESH 2018. La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre al empujar contra las paredes de las arterias. La presión arterial elevada, también conocida como hipertensión, se produce cuando constantemente la sangre empuja con demasiada fuerza las paredes arteriales.

La detección y el tratamiento de la presión arterial elevada es importante, porque con el tiempo la hipertensión produce daños en el sistema circulatorio y contribuye al desarrollo del síndrome coronario agudo, accidente cerebrovascular, y posteriormente, otros problemas de salud con los años. La hipertensión produce 1 de cada 7 muertes en los Estados Unidos. En general, cuanto más elevada es la presión arterial, mayor es el daño potencial para el corazón y para otros órganos como los riñones, el cerebro o los ojos.

Como el riesgo de tener la presión arterial alta aumenta con la edad, los adultos jóvenes deberían prestar atención a sus valores de presión arterial. Tener la presión arterial alta antes de los 40 años, es un factor de riesgo para desarrollar una enfermedad cardiaca.

La mayoría de las personas con presión arterial elevada no son conscientes de ello, porque no presentan síntomas obvios. Los adultos jóvenes tienden a retrasar hasta tener más años la conciencia de la presencia de la hipertensión y la necesidad de instaurar un tratamiento. Algunos estudios demuestran que los hombres con edades comprendidas entre 18 y 39 años no tienen demasiada conciencia de la importancia de tener una presión arterial elevada. El único medio de conocer si se tiene la presión arterial elevada es medirla.

¿Cómo se mide la presión arterial?

La presión arterial se medía tradicionalmente en las instalaciones sanitarias utilizando un brazalete con un medidor de presión (esfingomanómetro). El brazalete se coloca alrededor de la parte superior del brazo y se llena de aire evitando su salida. Después se van liberando pequeñas cantidades del aire del brazalete, de modo que el flujo de la sangre retorna lentamente al brazo. La presión que se mide en el interior del brazalete será la misma que hay en el interior de las arterias.

En la presión arterial se dan dos cifras. La presión arterial sistólica es la que tiene el corazón al latir. La presión arterial diastólica es la que tiene el corazón al relajarse entre dos latidos. En conjunto se escribe la sistólica por encima de la diastólica. Por ejemplo, una presión arterial de 120/80 mm Hg (milímetros de mercurio) corresponde a una presión sistólica de 120 y a una diastólica de 80.

El utilizar un esfingomanómetro se considera todavía como el mejor método, pero habitualmente se emplean dispositivos que combinan un brazalete de presión arterial con sensores electrónicos que se usan para medir dicha presión arterial. Otro método es utilizar un dispositivo que monitoriza y registra la presión arterial a intervalos regulares durante el día, para evaluar la presión arterial a lo largo del tiempo. Este sistema es muy útil durante el proceso diagnóstico y permite descartar la hipertensión de “bata blanca”, que son las medidas elevadas que se producen en la consulta médica, pero no en otros momentos.

Una simple medición de la presión arterial no es suficiente para diagnosticar la hipertensión. Habitualmente se deben tomar múltiples lecturas y en distintos días. El diagnóstico de hipertensión se establece cuando las medidas son consistentemente elevadas.

¿Cuál es la presión arterial normal?

Las guías clínicas que definen lo que es una presión arterial “normal” difieren entre ellas. Para conocer lo que indican las lecturas de tu presión arterial puedes leer el artículo sobre hipertensión.

Factores de riesgo

Algunos factores de riesgo se relacionan con cosas que no se pueden cambiar:

  • Descendencia afroamericana.
  • Historia familiar de presión arterial elevada.
  • Edad elevada.

Otros factores relacionados con el estilo de vida que puedes controlar:

  • Sobrepeso y obesidad.
  • No realizar suficiente ejercicio.
  • Fumar.
  • Consumo elevado de alcohol.
  • Dieta con alto contenido de sal.

A veces las medicaciones, el consumo de drogas ilegales o algunas enfermedades como la diabetes, la enfermedad renal o la enfermedad tiroidea, pueden producir una hipertensión. Este tipo se llama hipertensión secundaria y cuando se tratan esas enfermedades o se interrumpe la medicación, desaparece la causa que produce la hipertensión.

La Fundación Española del Corazón (FEC), ha elaborado un vídeo sobre la hipertensión en el que explica, entre otras cosas, cómo se mide la presión arterial, por qué es necesario medirla, cuáles son sus causas más frecuentes y cómo puede afectar al organismo.

Recomendaciones de cribado

En el año 2017 las guías de práctica clínica del American College of Cardiology (ACC)/American Heart Association (AHA) recomiendan medir la presión arterial anualmente en los adultos cuya presión arterial es menor de 120/80 mmHg.

  • Si tienes la presión arterial elevada y tu riesgo de enfermedad cardiovascular es bajo, las guías clínicas recomiendan realizar de nuevo el cribado a los 3-6 meses de haber tenido esas cifras elevadas (para más información consulta el artículo de la hipertensión).
  • Si tienes hipertensión y tu riesgo de enfermedad cardiovascular es alto, las guías clínicas recomiendan realizar cribados más frecuentes, de acuerdo a tu riesgo de enfermedad cardiaca y a tus cifras de presión arterial. En estos casos probablemente sea necesario establecer un tratamiento con fármacos contra la hipertensión.

El U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF), junto con la American Academy of Family Physicians (AAFP), recomiendan realizar el cribado de hipertensión a los adultos a partir de los 18 años.

  • Los adultos con edades comprendidas entre 18 y 39 años con una presión arterial normal (menor de 130/85 mm), que no tienen otros factores de riesgo, deberían realizarse el cribado cada 3 a 5 años.
  • Los adultos con un riesgo aumentado de padecer hipertensión se deben controlar cada año. La USPSTF también recomienda confirmar la hipertensión fuera de la consulta médica, realizando medidas repetidas antes de establecer el diagnóstico e instaurar un tratamiento.

Según la Guía europea ESC/ESH 2018 los objetivos del tratamiento de la hipertensión son:

  • El primer objetivo recomendado del tratamiento es reducir la presión arterial de todos los pacientes por debajo de los 140/90 mmHg, y si el tratamiento se tolera bien, bajarlo a 130/80 mmHg, o menos para la mayoría de los pacientes.
  • Se recomienda la reducción de la presión arterial sistólica a 120-129 mmHg para la mayoría de los pacientes de menos  de 65 años.
  • Debe considerarse un objetivo mantener la presión arterial diastólica por debajo de los 80 mmHg para todos los pacientes hipertensos, independientemente del nivel de riesgo y las comorbilidades.

Enlaces

Estados fisiológicos y enfermedades:

Hipertensión

Noticias:

Hipertensión arterial: nuevo enfoque

Nuevos biomarcadores en orina para detectar el daño renal incipiente en la hipertensión

La hipertensión es el factor de riesgo modificable más importante

Videos:

Fundación Española del Corazón (FEC): Presión arterial

En otras webs:

National Institute for Health and Care Excellence (NICE). Hypertension in adults: diagnosis and management

National Institute for Health and Care Excelence (NICE). Hypertension in pregnancy: diagnosis and management

Obesidad

Última revisión el 18.01.2021

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad y el sobrepeso han alcanzado caracteres de epidemia a nivel mundial. Más de mil millones de personas adultas tienen sobrepeso y, de ellas, al menos 300 millones son obesas, por lo que es imprescindible una prevención en las edades tempranas de la vida.

La prevalencia en España va aumentando desde que  existen registros. Si en el año 2014 un 10,8% de los varones y un 14,9% de las mujeres del mundo presentaban obesidad, se calcula que en el año 2025 estas cifras aumentarán hasta un 18 y un 21%, respectivamente.

La obesidad es una enfermedad compleja, con diferentes factores que contribuyen a su desarrollo, tales como las conductas, el entorno, la comunidad, las enfermedades presentes y las medicaciones que se toman.

De acuerdo con los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), los genes podrían tener un importante papel en el desarrollo de la obesidad.

La obesidad es un grave problema de salud que influye en la calidad total de vida y que aumenta el riesgo de padecer enfermedades como:

Puedes calcular tu índice de masa corporal (IMC) aquí:

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En los adultos, se emplean la siguiente fórmula y clasificación:

IMC = peso (en Kg) / talla al cuadrado (en m)

La obesidad se puede dividir en varias categorías.

Recomendaciones

El U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF), recomienda que el médico ofrezca un tratamiento en forma de programas intensivos para aquellas personas con un IMC igual o mayor de 30. Los programas ofrecen diferentes estrategias, como los cambios de hábitos, reducción de peso y aumento de la actividad física. La American Academy of Family Physicians (AAFP) apoya estas recomendaciones.

La Canadian Task Force on Preventive Health Care (CTFPHC) recomienda que el médico realice un cribado de obesidad en todos los adultos en las visitas de atención primaria, mediante la medición del IMC.

Diferentes organizaciones de salud como el American College of Cardiology (ACC), la American Heart Association (AHA), y el National Institute for Health and Care Excellence (NIHCE) recomiendan un cribado periódico de la obesidad en los adultos, midiendo la circunferencia de la cintura y/o el IMC.

El hecho de realizar un cribado periódico permite a tu médico observar que el peso va aumentando con el tiempo. Tu médico te puede recomendar un cambio de tu estilo de vida, para poder cambiar esta tendencia. Por ejemplo, comer una dieta sana y hacer ejercicio regularmente te puede ayudar a evitar el sobrepeso y la obesidad.

Si te diagnostican sobrepeso u obesidad, tu médico puede recomendarte un tratamiento. Dicho tratamiento dependerá de la causa y gravedad de la obesidad y podría incluir un tratamiento con medicamentos para la pérdida de peso. La consulta con un cirujano especialista en cirugía de la obesidad podría ser otra posibilidad para considerar en determinados pacientes.

Enlaces

Noticias:

Uno de cada cinco españoles tendrá obesidad en 2030 según la OCDE

Embarazo y sobrepeso

En otras webs:

Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social: Hábitos de vida. Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2018

Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social: Porcentaje de personas con obesidad, por sexo según comunidad autónoma

Organización Mundial de la Salud (OMS): Obesidad y sobrepeso

Organización Mundial de la Salud (OMS): Directrices de la OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios

National Heart, Lung, and Blood Institute (NIH): Calcule su índice de masa corporal

Sociedad Española de Obesidad (SEEDO)

Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN)

Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA)

Tuberculosis

La tuberculosis (TB) es una enfermedad infecciosa causada por el Mycobacterium tuberculosis. Afecta principalmente a los pulmones, aunque puede resultar afectada cualquier otra zona del organismo. La enfermedad se transmite entre las personas por vía aérea, a través de pequeñas gotas y secreciones como esputo o aerosoles eliminadas al toser, estornudar, reír o respirar.

La mayoría de las personas infectadas por Mycobacterium tuberculosis es capaz de confinar el bacilo en el interior de algunas pocas células de los pulmones; en ellas, el microorganismo permanece vivo, aunque en estado latente o en una forma inactiva. La persona con una infección tuberculosa latente no se siente enferma ni es infecciosa y en la mayor parte de los casos, la infección no progresa a una tuberculosis activa. Sin embargo, algunas personas, especialmente las inmunocomprometidas, evolucionan directamente de la infección inicial hacia una forma de tuberculosis activa. Las personas infectadas por el VIH tienen mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad, en el caso de exponerse al microorganismo. Por otra parte, en las personas con formas latentes de tuberculosis, la probabilidad de desarrollar una forma activa de TB aumenta cuando pasan por un período de debilitación de su sistema inmunitario. Debe tenerse en cuenta que actualmente se conocen formas de TB resistentes a los antibióticos prescritos típicamente para tratar la enfermedad.

La tuberculosis es una de las enfermedades con mayor mortalidad y constituye un problema de salud pública mundial, especialmente en los grupos poblacionales de mayor riesgo. Las recomendaciones actuales defienden el cribado  de la TB en dichos grupos poblacionales.

Personas con riesgo de desarrollar TB

  • Personas en contacto íntimo con alguien con TB conocida o con sospecha de TB.
  • Personas inmunosuprimidas (sistema inmunitario debilitado), por ejemplo, a consecuencia de una infección por VIH, malnutrición, edad avanzada o consumo de drogas de abuso o de alcohol.
  • Inmigrantes de países con elevada tasa de TB (Latinoamérica, África, Asia, Europa del Este y Rusia).
  • Personas desatendidas desde el punto de vista sanitario o con pocos ingresos.
  • Personas que se alojan en residencias de ancianos, asilos, centros de salud mental, cárceles, etc.
  • Personas que conviven en ambientes insanos, hacinados y con carencias nutricionales.
  • Profesionales sanitarios de los centros aquí mencionados o que están al cuidado de personas con TB.
  • Profesionales sanitarios de laboratorios en los que se analizan muestras infectadas.

Recomendaciones

Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) recomiendan la realización de pruebas que permitan identificar a las personas que podrían beneficiarse de tratamiento. Se pueden utilizar dos tipos de pruebas de cribado de la TB:

  • Prueba cutánea de la tuberculina: también conocida como prueba de Mantoux o derivado proteico purificado (PPD). Se inyecta una pequeña cantidad de fluido en la piel del antebrazo. Al cabo de 48 o 72 horas, el profesional sanitario debe evaluar si se ha producido una reacción en el punto de la inoculación.
  • Ensayo de liberación de interferón gamma (IGRA): se extrae la muestra de sangre por punción de una vena del antebrazo.

Los factores que determinan la elección de una u otra prueba dependen del motivo que justifique la realización de la prueba, de la existencia de vacunación previa con BCG y de la disponibilidad de cada prueba.

Enlaces

En otras webs:

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC): Tuberculosis (TB)

Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)

El VIH o virus de la inmunodeficiencia humana es el agente causante del SIDA (síndrome de inmunodeficiencia humana adquirida). En las primeras fases de la infección por VIH, pueden no existir síntomas o en el caso de que existan, pueden ser inespecíficos y similares a los síntomas de la gripe, y resolverse al cabo de poco tiempo. Si no se detecta la infección ni se trata, la enfermedad puede ir progresando, de tal manera, que con el paso del tiempo, el VIH destruye el sistema inmunitario y favorece que el individuo sea especialmente vulnerable a diversas infecciones.

Según los datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en el año 2014 se notificaron en España 3.366 nuevos casos de infección por VIH. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las tasas de nuevos diagnósticos de VIH son similares a las de otros países de la región Europea. La vía sexual es la principal vía de transmisión de la infección. Los hombres suponen el 84,7% de los nuevos diagnósticos de VIH. La mediana de edad al diagnóstico de la infección es de 35 años, sin diferencias por sexo. Las tasas más altas se producen en los grupos de edad de 25 a 29 y de 30 a 34 años.

La infección por VIH puede transmitirse por alguna de las siguientes vías:

  • Mantener relaciones sexuales sin protección con una persona infectada.
  • Compartir jeringuillas y agujas, por ejemplo, en consumidores de drogas por vía intravenosa.
  • Durante el embarazo y el parto, en el caso de que la mujer tenga la infección. El feto en desarrollo puede resultar infectado.
  • Actualmente, el riesgo de contraer la infección a partir de transfusiones de sangre es extremadamente bajo. No obstante, antes de que se realizara el cribado de la infección por VIH en todas las unidades de sangre donadas, era posible que se adquiriera la infección por VIH a través de alguna transfusión de sangre o de alguno de sus componentes.

¿Por qué realizarse el cribado?

El cribado de la infección por VIH se ha convertido en una práctica rutinaria en población de riesgo. Esto es porque el diagnóstico precoz de la infección se traduce en un tratamiento oportuno y efectivo que permite enlentecer la progresión a SIDA. Toda la sociedad se beneficia del diagnóstico precoz de la infección. Las personas que saben que están infectadas pueden modificar sus conductas, para no exponer a otras personas a la infección, por contacto con su sangre o fluidos biológicos, y por lo tanto, pueden contribuir a limitar la diseminación de la enfermedad. El tratamiento de la infección en embarazadas VIH-positivas impide la transmisión de la infección al bebé.

¿Cómo conocer el riesgo personal de contraer la infección por VIH?

Son diversas las situaciones que conducen a tener un mayor riesgo de contraer la infección por VIH:

  • Mantener relaciones sexuales sin protección con más de una pareja sexual; el hecho de tener una enfermedad de transmisión sexual (ETS) predispone a que un individuo sea más susceptible a la infección cuando mantiene relaciones con una persona infectada.
  • Relaciones sexuales entre varones.
  • Prostitución.
  • Ser la pareja sexual de una persona con la infección.
  • Consumo actual o previo de drogas de abuso por vía intravenosa.
  • Mantener o haber mantenido relaciones sexuales con una persona de la que no se conocen sus comportamientos sexuales habituales o que cumpla cualquiera de las características mencionadas.

La frecuencia con la que se realiza el cribado es variable, en función de si la relación sexual es monógama y larga, o si la pareja ha mantenido relaciones sexuales con más de una persona en los últimos meses.

Pruebas de cribado

Se dispone de diferentes pruebas de detección de anticuerpos para el cribado de la infección por VIH. Las pruebas combinadas en las que se detectan anticuerpos y el antígeno p24, permiten detectar la infección muy poco después de que haya ocurrido la exposición.

En el caso de realizarse la prueba, se puede optar por distintas opciones:

  • Realización de una prueba rápida en dispositivos portátiles después de la obtención de una muestra oral (bucal) o de una muestra de sangre; no es una práctica frecuente.
  • La  Food and Drug Administration (FDA), ha aprobado la comercialización de un dispositivo que permite detectar anticuerpos frente al virus; el individuo obtiene la muestra en su casa y debe enviarla a un laboratorio; tampoco se trata de una práctica frecuente.

Estas pruebas tienen sus limitaciones: son menos sensibles que las pruebas realizadas a partir de muestras de sangre venosa procesadas en laboratorios, y por ello pueden obtenerse resultados falsamente negativos.

Es importante recordar también otras limitaciones de las pruebas de cribado de la infección por VIH:

  • Un resultado negativo indica solamente que en el momento de la obtención de la muestra no existe aparentemente evidencia de infección. En el caso de pertenecer a un grupo de riesgo, es recomendable repetir la prueba al cabo de un cierto tiempo, por ejemplo, con carácter anual.
  • Los anticuerpos pueden detectarse entre las 2 y 8 semanas después de la exposición al virus. Si la exposición es más reciente, los valores de anticuerpos podrían ser demasiado bajos como para ser detectados. Sería conveniente repetir la prueba al cabo de un tiempo, e incluso utilizar la que combina anticuerpos y antígeno del virus.
  • Un resultado positivo no confirma el diagnóstico. Cualquier resultado positivo debe confirmarse con una segunda prueba distinta a la primera, en la que se detectan diferentes antígenos y con la que se pueden diferenciar VIH-1 y VIH-2.

Recomendaciones para el cribado

  • Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) recomiendan la realización del cribado, como mínimo una vez en la vida a todas las personas entre 13 y 64 años de edad, independientemente del sexo, orientación sexual, raza o grupo étnico, y riesgo para contraer la infección. Los CDC recomiendan un cribado anual si se pertenece a alguno de los grupos de población con elevado riesgo de contraer la infección por VIH.
  • El American College of Physicians (ACP) propone la misma recomendación que los CDC entre los 13 y 64 años de edad. Recomienda que la frecuencia la determine el médico de acuerdo a cada caso.
  • El Preventive Services Task Force (USPSTF) recomienda el cribado a todas las personas con edades comprendidas entre los 15 y 64 años, y en el caso de pertenecer a algún grupo de elevado riesgo, realizarlo con una frecuencia anual (varones homosexuales, consumidores de drogas por vía intravenosa, personas residentes en entornos con alta prevalencia de la infección, o en centros de rehabilitación de drogadiciones). El médico decidirá en cada caso la frecuencia con la que debería repetirse la prueba.
  • Para recomendaciones en las embarazadas, consultar el artículo sobre el embarazo.

Se recomienda el cribado de la infección en casos concretos como:

  • Hepatitis, tuberculosis o enfermedades de transmisión sexual.
  • Receptores de transfusiones sanguíneas antes del año 1985, o pareja sexual que la recibiera y que posteriormente haya sido VIH-positiva.
  • Profesional sanitario con exposición directa a la sangre.
  • Cualquier persona que crea haber quedado expuesta al VIH.

Consultar al médico

No debe sorprender a nadie que el médico quiera realizar una prueba de cribado de la infección por VIH, aunque la persona es libre de negarse a realizarla. La realización de esta prueba de manera rutinaria permite administrar tratamiento a las personas infectadas a la vez que estas pueden tomar medidas para proteger a sus parejas o a sus futuros hijos.

Enlaces

En otras webs:

Medline: Viviendo con VIH

MayoClinic: VIH/sida

Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad

Cruz Roja Española