También conocido como: análisis de cálculos renales, análisis de cálculos urinarios
Nombre sistemático: análisis de cálculos renales
Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para evaluar la composición de un cálculo (piedra) renal, determinar la causa de su formación y establecer un tratamiento.
¿Cuándo hacer el análisis?
Cuando se ha eliminado un cálculo renal al orinar, o cuando se ha extraído de las vías urinarias.
¿Qué muestra se requiere?
La determinación se realiza a partir de un cálculo o varios recogidos en la orina u obtenidos por un profesional por un procedimiento quirúrgico.
¿Es necesario algún tipo de preparación previa?
Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.
¿Qué es lo que se analiza?
Los cálculos (piedras) consisten en pequeñas masas endurecidas que se forman en los riñones. En el análisis de un cálculo renal se emplean uno o varios métodos para examinar y determinar la composición de dicho cálculo. Así se puede establecer la causa de la formación del cálculo y, en el caso de que sea posible, prevenir la formación de cálculos adicionales.
Los riñones forman parte del sistema excretor urinario, que consta también de dos uréteres, vejiga y uretra. Los riñones filtran los desechos a partir de la sangre produciendo orina; esta se transporta desde los riñones hacia la vejiga urinaria por los uréteres. La orina se elimina posteriormente a través de la uretra. Este proceso de desecho de sustancias y de producción y eliminación de orina tiene lugar de forma continua.
Los cálculos renales, comúnmente conocidos como piedras renales, se forman en los riñones y pueden ocasionar problemas, ya sea por tener un tamaño suficientemente grande como para obstruir el flujo de orina, o bien por romperse o desplazarse por el uréter. Pueden causar obstrucciones y/o irritar o lesionar las paredes de los uréteres. El desplazamiento del cálculo renal causa un dolor extremadamente intenso, repentino, que puede ser intermitente o continuo.
Algunos cálculos renales se eliminan al orinar y otros son demasiado grandes o de forma irregular para poder expulsarlos. En el caso de cálculos muy grandes, que no pueden pasar desde el riñón hacia el uréter, o en el caso de cálculos de menor tamaño que una vez han salido del riñón quedan bloqueados en el uréter, se requiere algún tipo de tratamiento. El cálculo se puede extraer quirúrgicamente, a menudo con dispositivos que entrando por la uretra y a través de la vejiga, alcanzan el uréter. En algunas ocasiones se puede recurrir a la litotricia extracorpórea. Con este procedimiento se pulveriza el cálculo mediante la emisión de unas ondas; al quedar reducido a fragmentos más pequeños, pueden ir circulando por el tracto urinario y acaban eliminándose.
Un cálculo renal se puede desarrollar por distintas causas, aunque la más común radica en la presencia de concentraciones elevadas de un compuesto químico determinado que precipita formando cristales. Puede ser que el individuo produzca y excrete cantidades elevadas de este compuesto, o que se trate de una persona que bebe poco y que forma una orina muy concentrada (con menor contenido de agua). En función del tipo y de la cantidad de cristales que se forman, el cálculo renal puede ser redondeado, puntiagudo o irregular con espículas. El tamaño puede variar, entre el de un grano de arena y el de una pelota de golf. La composición del cálculo renal depende del compuesto químico que exista en exceso; puede estar constituido por un único compuesto o distintos compuestos en diferentes estratos o capas.
Según el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIDDK), los cálculos renales constituyen uno de los principales trastornos del tracto urinario.
¿Cómo se obtiene la muestra para el análisis?
Se suele suministrar a la persona afectada un contenedor y un dispositivo que incorpora una fina malla. La orina debe filtrarse por la malla. El individuo debe observar con cada micción si ha quedado alguna partícula retenida en la malla (las partículas pueden ser del tamaño de un grano de arena). Si se encuentra la partícula o el cálculo, deben depositarse en el contenedor y entregarlo en el laboratorio. No debe añadirse ningún producto, ya que podría dificultar el análisis.
En el hospital, los profesionales sanitarios se ocuparán de recoger el cálculo o las partículas expulsadas; en el caso de que se trate de un cálculo muy grande, el médico lo extraerá quirúrgicamente.
¿Se requiere alguna preparación previa para asegurar la calidad de la muestra?
Para esta prueba no se requiere ninguna preparación especial.
Preguntas comunes
¿Cómo se utiliza?
El análisis de cálculos renales se realiza para determinar la composición química de una piedra o cálculo renal, una vez se ha eliminado por la orina o se ha extirpado quirúrgicamente. El laboratorio informa acerca de las características físicas del cálculo renal, tamaño, forma, peso, color y textura. A menudo se toma una fotografía de la piedra para documentar su tamaño y apariencia. Además, se suele fragmentar el cálculo renal para observar si está conformado por diferentes capas o estratos. En función de todas estas características, se emplean uno o varios métodos para determinar exactamente la composición del cálculo.
¿Cuándo se solicita?
El análisis de los cálculos renales se solicita cuando una persona ha expulsado un cálculo renal por la orina o cuando este ha sido extraído del tracto urinario por un procedimiento quirúrgico.
El médico sospecha la presencia de un cálculo renal por los signos y síntomas que presenta el individuo; es posible que inspeccione la orina y que solicite pruebas adicionales de imagen. Entre los signos y síntomas sugerentes de dolor atribuible a la formación de cálculos renales se incluyen:
- Dolor intenso en la espalda (zona lumbar) que puede irradiarse hacia la ingle (el dolor constituye el síntoma principal cuando existe un cálculo renal).
- Dolor abdominal.
- Náuseas y vómitos (en un 50% de los pacientes).
- Orina turbia y/o con sangre.
- Necesidad de orinar frecuentemente y con urgencia.
- Fiebre y escalofríos, en caso de que exista infección.
Si se trata de una persona que forma cálculos renales de manera recurrente se analizará el primero, el médico decidirá si le interesa analizar el resto.
¿Qué significa el resultado?
El análisis de cálculos renales permite identificar su composición química. Entre los tipos más frecuentes de cálculo renal se incluyen:
- Oxalato cálcico.
- Fosfato cálcico.
- Ácido úrico.
- Estruvita (fosfato amónico-magnésico): cálculos asociados a infección bacteriana.
Estos cuatro tipos de cálculos renales representan entre el 95% y el 99% de los casos, siendo el más frecuente el de oxalato cálcico. Otros cálculos mucho menos frecuentes son:
- Cistina: cálculos asociados con una enfermedad hereditaria en la que se excreta un exceso de cistina.
- Asociados a fármacos: guaifenesina, indinavir, triamterene, atazanavir y sulfamidas.
No obstante, el análisis del cálculo renal no indica el motivo de su formación.
Es posible que una persona con una enfermedad concreta produzca y/o excrete en exceso una sustancia determinada en la orina. El hecho de no beber líquidos en cantidad suficiente y/o de formar una orina con un pH demasiado alto o bajo puede favorecer la formación de cálculos renales. Para prevenir la formación de nuevos cálculos se debe identificar y corregir la causa que los ha generado. A continuación se listan algunas asociaciones entre el tipo de cálculo y el posible trastorno:
- Oxalato o fosfato cálcico: probablemente se está excretando en orina un exceso de calcio y/o de oxalato (o a veces, muy poca cantidad de citrato; en personas sanas el citrato se une al calcio impidiendo la formación de cálculos renales). Los cálculos de fosfato cálcico a menudo ocurren simultáneamente con los de oxalato cálcico.
Entre las posibles causas se incluyen:
-Tendencia hereditaria a absorber más calcio de la dieta de lo normal: por lo tanto aumenta su excreción en orina (hipercalciuria).
-Factores dietéticos: el consumo de alimentos o bebidas ricos en calcio u oxalato puede favorecer el aumento de estas sustancias en orina.
-Situaciones que afectan a la absorción de nutrientes, como una enfermedad inflamatoria intestinal o una cirugía intestinal: un desequilibrio en la absorción de nutrientes puede hacer aumentar la excreción de calcio en orina.
-Concentraciones elevadas de hormona paratiroidea (PTH), hiperparatiroidismo primario: aumentan las concentraciones de calcio en sangre y en orina.
-Distintos trastornos metabólicos: pueden asociarse a acidosis metabólica favoreciendo así la excreción de calcio en orina.
- Ácido úrico: probablemente el individuo produce y elimina ácido úrico en exceso, por ejemplo, por tener gota o trastornos del metabolismo del ácido úrico.
- Estruvita: probablemente exista un tipo de infección bacteriana con un exceso de producción de amonio. Son más comunes en las mujeres.
- Cistina: el individuo probablemente produce y excreta en exceso cistina, a consecuencia de un trastorno hereditario (cistinuria).
- Asociados a fármacos: en función del fármaco que el individuo está tomando.
También se pueden formar cálculos renales en cualquier situación en la que se excrete un exceso de una sustancia química determinada en la orina, o cuando la orina está muy concentrada, como puede ocurrir en los estados de deshidratación.
¿Hay algo más que debería saber?
No todas las personas que beben poco líquido o que eliminan por la orina un exceso de una sustancia química determinada acaban formando cálculos renales. A veces se forman cálculos por otras causas. Las personas que ya han formado un cálculo renal tienen mayor probabilidad de formar cálculos adicionales.
Algunos otros factores que pueden contribuir a la formación de cálculos renales son:
- Historia familiar de cálculos renales.
- Presencia de infecciones del tracto urinario.
- Anomalías en la estructura de los riñones y/o del tracto urinario: pueden dificultar el flujo normal de la orina, favorecer el depósito de cristales y la formación de cálculos.
- Enfermedades renales: como poliquistosis renal, que es la presencia de múltiples quistes en uno o ambos riñones.
Además de la prueba de cálculos, ¿qué otras pruebas de laboratorio se pueden realizar?
A menudo se solicitan análisis de sangre, orina aleatoria y orina de 24 horas para determinar si produce un exceso de sustancias químicas que pueden contribuir a la formación de cálculos renales y para evaluar el estado de salud en general. Los resultados obtenidos permiten establecer si los signos y síntomas que presenta el individuo pueden ser atribuibles a cálculos renales, o por el contrario pueden asociarse a otros trastornos que requerirían un tratamiento diferente. Las pruebas pueden incluir:
- Calcio, fosfato (fósforo), ácido úrico y creatinina en sangre y en orina; a veces, oxalato, citrato y cistina en orina.
- Urianálisis: para detectar hematíes, leucocitos o signos de infección y para medir el pH de la orina.
- Hemograma: para evaluar las células de la sangre, en concreto los leucocitos como marcadores indirectos de infección.
¿Se tiene que ir filtrando toda la orina para poder analizar los cálculos renales?
Si realmente existe la sospecha de que se pueda tener un cálculo renal, sí. Y como no se puede saber en qué momento se eliminará el cálculo, se debe inspeccionar toda la orina que se va excretando.
¿Puede ser suficiente el análisis de la sangre y de la orina, y obviar el análisis del cálculo renal?
El análisis de sangre y de orina puede proporcionar información valiosa pero no indicará cual es la sustancia química concreta que integra el cálculo. Es importante disponer de la máxima información posible para prevenir la recurrencia de los cálculos renales.
¿Es muy intenso el dolor que se siente cuando se tienen cálculos renales?
Depende del cálculo y de la persona, pero suele tratarse de un dolor intenso y como tratamiento se tienen que administrar fármacos analgésicos potentes, para combatir el dolor. El dolor suele alcanzar su máxima intensidad cuando el cálculo se desplaza por las vías urinarias.
¿Es recomendable que una persona que ya ha formado un cálculo renal evite tomar calcio?
Cada caso debe analizarse individualmente. Quizás el médico indique ingerir menos calcio si el cálculo contenía calcio, aunque la decisión médica no es fácil ni el resultado predecible. Ciertas personas absorben demasiado calcio de la dieta. Por otra parte, un exceso de calcio en la orina se asocia también a un exceso de sodio, y por este motivo si el cálculo contiene calcio, puede ser que se prescriba una dieta baja en sodio (sal) en lugar de disminuir el aporte de calcio de la dieta. A veces, reducciones drásticas de la ingesta de calcio empeoran el cuadro a la vez que repercuten sobre la salud ósea.
¿Cómo puede el médico detectar un cálculo renal en el tracto urinario?
El médico puede solicitar pruebas de imagen para localizar y evaluar un cálculo renal. Las pruebas indicarán si es probable que el cálculo acabe eliminándose del organismo sin intervención médica.
¿Quién realiza el análisis de los cálculos renales?
Para el análisis de cálculos renales se requiere instrumentación y conocimientos específicos, así como profesionales con experiencia. No todos los laboratorios pueden analizar cálculos renales, por lo que es bastante normal enviar el cálculo a un laboratorio de referencia.
¿Qué se puede hacer para evitar la formación de cálculos renales y su recurrencia?
Aproximadamente el 80% de los pacientes que desarrollan cálculos renales tendrán otro. La mayoría de los cálculos renales no puede prevenirse, aunque sí resulta muy útil beber cantidades suficientes de agua para estar bien hidratado. Las otras acciones que se puedan realizar dependerán de cada caso.
¿En qué consisten algunos de los métodos específicos para analizar los cálculos renales?
Entre los métodos más comunes se incluyen la espectroscopía de infrarrojos y la radiografía por difractometría. Si se desea más información acceda a este enlace.
Enlaces
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En otras webs:
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Clínica Universidad de Navarra (CUN): Litiasis renal
Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQC-ML): Comisión de Función Renal y Urianálisis
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