¿En qué consiste?
Las úlceras pépticas son erosiones que se desarrollan en el revestimiento del esófago, estómago o de la parte superior del intestino (duodeno). El estómago es un órgano muscular potente que fragmenta y digiere los alimentos en combinación con los jugos digestivos, como el ácido clorhídrico, los ácidos biliares y ciertas enzimas, como la pepsina. Existe una capa mucosa que reviste el estómago y lo protege frente a la acción del ácido. Las prostaglandinas, sustancias parecidas a las hormonas, influyen en la contracción muscular y en la protección de dicha capa mucosa. Cuando estos mecanismos de producción de jugos gástricos se desequilibran, pueden dañar la pared interna del estómago, formando una herida llamada úlcera.
Hay dos clases principales de úlceras pépticas: úlceras gástricas (estómago) y úlceras duodenales (primera porción del intestino). Raramente, las úlceras pépticas se pueden formar en el esófago, justo por encima del estómago.
Acerca de la úlcera péptica
Causas
Las úlceras pépticas son causadas con frecuencia por la infección producida por la bacteria Helicobacter pylori, o bien por la utilización durante mucho tiempo de antiinflamatorios no esteroides (AINE), tales como aspirina, ibuprofeno y naproxeno.
- Aproximadamente el 30-40% de los americanos y casi el 50% de la población mundial lleva el H. pylori en su tracto digestivo. Se cree que esta bacteria se extiende mediante la comida o el agua de bebida contaminada o posiblemente a través del contacto con los líquidos biológicos (por ejemplo, saliva) de una persona infectada, aunque el origen de la infección permanece desconocido. Por razones que aún no se comprenden, el H. pylori no produce úlceras en la mayoría de las personas. Puede permanecer latente en el tubo digestivo, sin provocar signos o síntomas durante años. Sin embargo, en las personas que tienen una úlcera péptica, se ha observado que más de la mitad tienen una infección por H. pylori.
- En un estudio realizado en el año 2017, se observó que el número de personas diagnosticadas con úlcera de estómago y duodeno varía, en función de la edad y el sexo. El número de hombres entre 35 y 44 años con este tipo de enfermedad crónica fue de 56.000 afectados, y de 41.400 casos en las mujeres para la misma franja de edad. La mayor incidencia se produjo entre los 55 y 64 años de edad. En otro estudio de prevalencia del H. Pylori a nivel mundial, se estimaba que la proporción de personas con la bacteria en la población española era de un 54,9%.
- Otra causa frecuente de la úlcera péptica es el uso prolongado de medicamentos AINE, tales como la aspirina, naproxeno, e ibuprofeno. Las personas que toman estos medicamentos cada día o varias veces a la semana, especialmente si tienen una edad igual o mayor de 70 años o si previamente tuvieron una úlcera péptica, tienen más tendencia a desarrollar úlceras pépticas. También aquellas personas que tienen dos o más enfermedades o toman otras medicaciones, tienen más probabilidad de desarrollar una úlcera péptica al tomar un AINE.
- Raramente, las úlceras pépticas pueden estar causadas por el síndrome de Zollinger-Ellison, en el que existe un aumento de la producción de la hormona gastrina, porque existe un tumor en el páncreas o en el intestino delgado.
Existen otros factores que pueden desempeñar un papel en el desarrollo de las úlceras pépticas o las pueden empeorar, por ejemplo:
- El consumo excesivo de alcohol.
- Fumar.
- Tomar comidas picantes.
- Estrés.
Signos y síntomas
Muchas personas que tienen una úlcera péptica no tienen ningún síntoma. Sin embargo, el síntoma más común de la úlcera péptica es un dolor quemante que tiene estas características:
- Se produce en cualquier zona del abdomen, entre el esternón y el ombligo.
- Aparece y desaparece con el tiempo.
- Puede comenzar a las pocas horas de comer o durante la noche, pero se produce con más frecuencia cuando se tiene el estómago vacío.
- Se alivia temporalmente por la ingesta de comida o antiácidos.
Otros signos y síntomas pueden ser:
- Pérdida de apetito.
- Pérdida de peso involuntaria.
- Hinchazón.
- Náuseas, vómitos.
- Anemia.
Algunos síntomas requieren atención médica inmediata, como el dolor de estómago agudo, repentino y persistente, la presencia de deposiciones sanguinolentas o negras, o vómitos sanguinolentos parecidos a los posos de café.
Pruebas relacionadas
Hay pocas pruebas para ayudar a diagnosticar la úlcera péptica, identificar la causa y ayudar a determinar el tratamiento adecuado.
Pruebas de laboratorio
Se pueden realizar una o más pruebas de Helicobacter pylori para detectar la infección,
La prueba que consiste en determinar el antígeno en las heces, y la prueba del aliento, son las recomendadas para el diagnóstico de la infección por el H. pylori y para la evaluación de la eficacia del tratamiento. Son las que se realizan con más frecuencia porque son rápidas y no invasivas. La prueba del aliento no se recomienda realizarla en los niños pequeños, en este grupo se prefiere realizar la prueba del antígeno en heces.
Algunas pruebas requieren realizar una endoscopia, utilizando un tubo pequeño y flexible, con una luz y una cámara para poder observar el tubo digestivo superior. A veces se recoge una muestra de tejido durante la endoscopia (biopsia). Estas pruebas se realizan con menor frecuencia porque son invasivas.
En la siguiente tabla se resumen las pruebas utilizadas.
La prueba de anticuerpos del H.pylori: la American Gastroenterology Association (AGA), el American College of Gastroenterologists (ACG), la Infectious Diseases Society of America (IDSA) y la American Society for Microbiology (ASM) no recomiendan la realización rutinaria de los anticuerpos en sangre para diagnosticar la infección producida por el H. pylori, o para evaluar la eficacia del tratamiento, porque esta prueba no distingue entre la infección presenta y la pasada. Algunos médicos la siguen solicitando, pero muchos laboratorios la han eliminado de su cartera de servicios. Si al realizar la prueba se obtiene un resultado negativo es poco probable que hayas tenido una infección por el H. pylori, pero si es positivo, entonces se debe confirmar con una prueba de antígeno en heces o con una prueba del aliento, con el objetivo de descartar que se tiene una infección activa.
Otras pruebas generales de laboratorio son:
- Hemoglobina: para detectar una posible anemia.
- Sangre oculta en heces (SOH): para detectar la presencia de sangre en las heces.
- Gastrina: se solicita para llegar a un diagnóstico cuando el paciente tiene úlceras recurrentes.
Otras pruebas diagnósticas que no son de laboratorio
También pueden utilizarse algunos procedimientos de tipo invasivo. Éstos incluyen:
- Esofagogastroduodenoscopia (EGD)/endoscopia superior: se introduce a través de la boca un tubo fino, que tiene una pequeña cámara situada al final; el tubo llega al esófago y después a la primera parte del intestino delgado (duodeno). Si se considera necesario, se pueden tomar biopsias de tejido en ese momento. Esta es la forma más común de diagnosticar la úlcera péptica.
- Tomografía computarizada (TC): utiliza los rayos X para producir imágenes seriadas. Para obtener más información consultar el artículo en Radiologyinfo.org.
Tratamiento
El tratamiento de la úlcera péptica depende de la causa que la produce.
Si la causa es la infección por el H. pylori, generalmente incluye el tratamiento con una combinación de antibióticos para eliminar la bacteria.
Casi todas las úlceras se tratan con inhibidores de la bomba de protones (IBP) para reducir la producción de ácido por la mucosa gástrica. Las úlceras duodenales se tratan a veces con inhibidores de los receptores H2 de la histamina, que también reducen el ácido.
El tratamiento con los antiinflamatorios no esteroides (AINE) se debe interrumpir o evitar para conseguir que la úlcera se cicatrice. También se recomienda no tomar cafeína, alcohol ni tabaco.
El tratamiento puede prolongarse durante varias semanas. Si no se tratan, las úlceras pépticas tienden a recurrir, y en algunos casos excepcionales, pueden producir un cáncer de estómago. A pesar de que las úlceras pépticas no suelen ser mortales, en algunos casos sí pueden ocasionar cierta gravedad, como por ejemplo si llegan a perforar la pared del estómago o del duodeno, si rompen algún vaso sanguíneo y causan una hemorragia, o si obstruyen la salida de los alimentos del estómago.
Enlaces
Pruebas relacionadas:
Sangre oculta en heces (SOH)
En otras webs:
Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD): Helicobacter pylori
Clínica Universidad de Navarra (CUN): Úlcera gástrica o péptica
Medline: Infecciones por Helicobacter pylori
National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIH): Definición y hechos sobre las úlceras pépticas (úlceras estomacales o duodenales)