Micoplasma

4/10/2020

También conocido como: PCR de micoplasma, cultivo de micoplasma, cultivo de ureaplasma

Nombre sistemático: anticuerpos IgM e IgG contra mycoplasma pneumoniae, cultivo de mycoplasma pneumoniae, cultivo de micoplasma, muestra genital, pruebas de ADN de micoplasma

Aspectos generales

¿Por qué hacer el análisis?

Para detectar una infección por micoplasma (una clase de bacteria) activa o reciente.

¿Cuándo hacer el análisis?

Cuando una persona presenta síntomas de tipo respiratorio u otra clase y el médico sospecha que pueden deberse a una infección por micoplasma; cuando una infección genital puede estar causada por micoplasma o ureaplasma (una bacteria de la familia de los Micoplasmas).

¿Qué muestra se requiere?

La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa, una muestra de la garganta, de esputo, de algún otro fluido corporal o de tejido del organismo; ocasionalmente en las secreciones genitales o uretrales.

¿Es necesario algún tipo de preparación previa?

Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.

¿Qué es lo que se analiza?

Los micoplasmas son los microorganismos de vida libre más pequeños que se conocen. Pueden existir como parte de la flora normal que se encuentra en la garganta, el tracto respiratorio superior, y el tracto genitourinario. Los micoplasmas son diferentes a otros tipos de bacterias en muchos aspectos, y pueden ser difíciles de cultivar e identificar. La prueba de micoplasma se utiliza para determinar si una persona presenta una infección activa o reciente por micoplasma.

La prueba de micoplasma generalmente incluye un conjunto de pruebas que consisten en la determinación de los anticuerpos en sangre producidos como respuesta a la infección por micoplasma, o en la detección directa del microorganismo a través de un cultivo o de la detección de su material genético (ADN) en una muestra del cuerpo. Se utiliza con mayor frecuencia para detectar el Mycoplasma pneumoniae (M. pneumoniae), que es el agente causante de las infecciones respiratorias conocidas en muchas ocasiones como “neumonía atípica”.

El M. pneumoniae es una causa frecuente de las infecciones del tracto respiratorio superior. Es responsable de un 15-20% de los casos de neumonía adquirida de la comunidad, que aparecen como casos individuales y como epidemias periódicas, especialmente en los niños en edad escolar y en las poblaciones militares u otros lugares donde la gente vive en lugares cerrados. Las infecciones pueden ocurrir en cualquier período del año, pero los brotes son más prevalentes a finales de verano y principios de otoño.

La mayor parte de las infecciones por M. pneumoniae son leves y autolimitadas, causando síntomas poco específicos como bronquitis, secreción nasal y tos no productiva, que puede persistir durante varias semanas. Los síntomas pueden ser más graves causando fiebre, dolor de garganta, dolores de cabeza, y dolores musculares, si la infección se disemina a las vías respiratorias inferiores y causa “neumonía migratoria”, o más raramente, cuando se extiende a otras partes del cuerpo. Esto es especialmente frecuente en los niños muy pequeños, en personas con enfermedades subyacentes, como asma, o personas inmunocomprometidas, como aquellas con infección por VIH o con SIDA. En función de las partes del cuerpo que resulten infectadas, las complicaciones pueden abarcar desde la meningitis hasta dificultad para respirar, inflamación del corazón y arritmias, erupciones cutáneas, lesiones o nódulos, artritis, anemia, o síndrome de Guillain-Barré.

Las pruebas pueden realizarse de forma ocasional para detectar otras especies de micoplasma. Las infecciones por M. hominis, M. genitalium y U. urealyticum son menos frecuentes que las producidas por el M. pneumoniae. En los adultos estos organismos se transmiten principalmente por vía sexual, causando uretritis no gonocócica (UNG), inflamación de la próstata (prostatitis) en hombres, y en mujeres a veces se asocian con flujo vaginal y enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). El M. hominis y U. urealyticum pueden transmitirse de la madre al hijo durante el nacimiento, cuando el bebé pasa a través de un canal del parto infectado. Generalmente, estos microorganismos colonizan a los niños durante los dos primeros años de vida. En raras ocasiones, pueden causar infecciones sistémicas en niños y en personas inmunocomprometidas.

¿Cómo se obtiene la muestra para el análisis?

La muestra requerida depende del método que se utilizará y del estado de salud de la persona:

  • Para la detección de los anticuerpos se requiere una muestra de sangre, obtenida por punción de una vena del antebrazo.
  • La detección directa del micoplasma puede realizarse en una gran variedad de muestras. En el caso de una infección respiratoria, las muestras pueden incluir el esputo, un lavado de los bronquios (lavado broncoalveolar) o una muestra de la garganta. Si se diagnostica una infección sistémica, puede realizarse el cultivo de una muestra de sangre, de líquido articular, de otros fluidos corporales, o de muestras de tejidos. Para la obtención de algunas muestras puede ser necesario realizar un procedimiento especial. Para detectar una infección genital puede recogerse un frotis del cuello del útero o de la uretra.

Preguntas comunes

¿Cómo se utiliza?

La prueba de micoplasma se utiliza principalmente para ayudar a determinar si el M. pneumoniae es el responsable de una infección del tracto respiratorio. También puede utilizarse para ayudar a diagnosticar una infección sistémica si se piensa que puede ser debida al micoplasma.

Análisis en sangre de anticuerpos contra M. pneumoniae

Existen dos tipos de anticuerpos producidos en respuesta a una infección por M. pneumoniae, los de tipo IgM y los de tipo IgG, ambos detectables en sangre.

  • Los anticuerpos de tipo IgM son los que el organismo produce primero en respuesta a la infección. La producción de IgM aumenta durante un corto período de tiempo y después va disminuyendo, siendo normalmente detectable en sangre durante varios meses.
  • La producción de los anticuerpos IgG se produce a continuación de los anticuerpos IgM, aumentando a lo largo del tiempo, y luego se estabilizan. Una vez se ha padecido una infección por micoplasma, siempre queda cierto título de anticuerpos IgG detectables en sangre.

Para diagnosticar una infección activa por M. pneumoniae, el médico puede solicitar ambos anticuerpos IgG e IgM contra M. pneumoniae durante la fase aguda, y volver a solicitar los anticuerpos IgG contra M. pneumoniae entre dos y cuatro semanas más tarde, durante la fase de convalecencia. Esta combinación de pruebas se solicita para evaluar el cambio en la cantidad de IgG y porque algunas personas, especialmente los niños y las personas inmunocomprometidas, pueden no producir las cantidades esperadas de IgG e IgM.

Detección directa

La detección directa de M. pneumoniae conlleva la identificación del microorganismo en las secreciones respiratorias, sangre, fluidos corporales, o muestras de tejidos. Se puede realizar mediante el cultivo del microorganismo en un ambiente adecuado o mediante la identificación de su material genético (ADN).

El cultivo de micoplasma es el método clásico de detección, aunque puede ser difícil de realizar y no siempre tiene éxito. Cultivar el micoplasma es más difícil que cultivar las bacterias comunes como estafilococos o estreptococos. El micoplasma carece de paredes celulares y no crece bien en los medios de cultivo bacterianos habituales. Carecen de paredes celulares y no se pueden visualizar con una tinción de Gram como se hace con la mayoría de las bacterias. El crecimiento de los micoplasmas implica incubar la muestra del paciente en un medio nutritivo especial para promover el crecimiento de estos microbios, que crecen lentamente.

Para confirmar un cultivo negativo para M. pneumoniae pueden requerirse entre 3 y 4 semanas, en comparación con 2-4 días para la mayoría de las bacterias. Las pruebas de detección de los anticuerpos, y a veces el análisis del ADN, pueden solicitarse de forma adicional, o en sustitución del cultivo de M. pneumoniae debido a este largo periodo de incubación.

La detección de ADN es un método rápido y sensible pero no se utiliza con frecuencia en el diagnóstico de las infecciones por micoplasma. Actualmente hay paneles sindrómicos disponibles que permiten la detección de múltiples patógenos respiratorios que incluyen el M. pneumoniae y que aumentarán la capacidad de los laboratorios para realizar las pruebas de esta bacteria. Sin embargo, la detección de ADN del micoplasma no confirma una infección actual. Esto es debido, en parte, a que puede ser difícil distinguir entre un micoplasma que está colonizando a una persona de otro que esté causando una infección, y además a que el ADN del micoplasma puede detectarse después de que los síntomas de la infección han desaparecido.

En ciertas ocasiones, la detección de ADN de M. pneumoniae puede solicitarse, junto con otras pruebas, como las pruebas para Chlamydia pneumonia, Bordetella pertusis, y Legionella sp para ayudar a distinguir cual de estos organismos es el causante de la infección.

Ocasionalmente, las pruebas pueden utilizarse para determinar si el Mycoplasma hominis, Mycoplasma genitalium, o Ureaplasma urealyticum son la causa de una infección del tracto genital o urinario. Las muestras genitales de M. hominis y U. urealyticum suelen analizarse utilizando un método de cultivo que requiere varios días para identificar los microorganismos. Sin embargo, el M. genitalium requiere entre 1 y 2 meses para crecer, por lo que puede detectarse de forma más fiable a través de un análisis de ADN.

La elección de la prueba y la muestra a analizar depende de la edad de la persona, su estado de salud general y los síntomas que presente, así como de los hallazgos clínicos y las sospechas de los órganos afectados. Una persona con una posible infección por micoplasma puede ser tratada en base a los hallazgos clínicos y las pruebas de imagen realizadas, con o sin la realización de las pruebas de laboratorio.

¿Cuándo se solicita?

La prueba de M. pneumoniae puede solicitarse cuando una persona presenta síntomas que no se deben a una infección bacteriana típica, como la neumonía neumocócica. Algunos de estos síntomas incluyen:

  • Tos no productiva que puede persistir durante varias semanas.
  • Fiebre.
  • Dolor de garganta.
  • Dolores musculares y de cabeza.

Esta prueba puede realizarse cuando la infección se disemina a las vías respiratorias inferiores y causa “neumonía migratoria”, y/o se extiende a otras partes del cuerpo y causa complicaciones como erupción cutánea, artritis, encefalitis, inflamación del músculo del corazón o de la membrana que lo rodea, o anemia hemolítica, y cuando una persona no responde a los tratamientos habituales. También puede realizarse en el seguimiento y control de la propagación de las infecciones por M. pneumoniae cuando se producen los brotes.

En los niños pequeños y personas inmunocomprometidas, que presentan infecciones pulmonares y/o sistémicas que pueden deberse a una infección por micoplasma, junto con la prueba para M. pneumoniae pueden realizarse las pruebas para las otras especies de micoplasma.

En general, cuando se sospecha que existe una infección activa por M. pneumoniae, se suelen solicitar los anticuerpos IgG e IgM anti-micoplasma, y se analizan de nuevo los anticuerpos IgG pasadas entre 2 y 4 semanas, para observar la presencia de un aumento de los anticuerpos como respuesta a la infección. Cuando se sospecha que exista una infección por M. pneumoniae también puede realizarse un cultivo y una prueba de ADN.

Generalmente, las muestras genitales no se utilizan puesto que los micoplasmas forman parte de la flora normal del tracto genital. Sin embargo, es posible que se solicite un cultivo para M. hominis y U. urealyticum cuando un hombre sexualmente activo presenta una inflamación de la uretra debida a gonorrea o clamidia, que son las uretritis no gonocócicas (UNG), o cuando se sospecha que una mujer presenta una infección genital por micoplasma, después de que las pruebas para gonorrea y clamidia hayan sido negativas.

¿Qué significa el resultado?

Análisis de anticuerpos

Las concentraciones significativas de IgM frente a M. pneumoniae y/o un aumento de 4 veces las concentraciones de IgG entre la primera muestra (muestra en fase aguda) y la segunda muestra (muestra en fase de convalecencia) indican una infección por M. pneumoniae activa o reciente. Los aumentos en las concentraciones de IgG, sin IgM, también pueden observarse en las reinfecciones.

Si no existen concentraciones detectables ni de IgG ni de IgM, puede ser que la persona no presente una infección activa reciente ni la haya presentado en el pasado, o bien que el sistema inmunológico de la persona no haya producido anticuerpos como respuesta al microorganismo.

Detección directa

Un cultivo positivo para uno de los micoplasmas o U. urealyticum indica que la persona presenta una infección por micoplasma, especialmente si la muestra procede de un lugar del organismo que en condiciones normales es estéril, como el líquido articular o la sangre. Sin embargo, si el cultivo positivo proviene de una muestra del tracto respiratorio o del tracto genital, puede significar que el micoplasma forma parte de la flora normal. Por ejemplo, el U. urealyticum se encuentra en el tracto genital en aproximadamente el 60% de las mujeres sanas y el M. hominis en aproximadamente el 20%.

Un cultivo negativo para micoplasmas indica que la persona no está infectada por el microorganismo o que no está en cantidad suficiente para ser detectado en la muestra analizada.

Con las pruebas de detección de ADN de M. pneumoniae, si el micoplasma está presente en la muestra, puede ser que la persona tenga M. pneumoniae o que esté colonizada por el microorganismo. Si no se detecta, la persona no presenta infección por M. pneumoniae o el microorganismo está presente en cantidades demasiado bajas para ser detectadas.

¿Hay algo más que debería saber?

Las infecciones por micoplasma a veces causan síntomas similares a las infecciones causadas por los virus, pero a diferencia de estas, responden al tratamiento con antibióticos, con una disminución de la duración de los síntomas.

Padecer una infección por micoplasma no confiere inmunidad. Una persona puede reinfectarse.

Los micoplasmas no pueden observarse en el microscopio con una tinción de Gram, una prueba utilizada con frecuencia para identificar las bacterias.

Como una ayuda para la detección de una infección por M. pneumoniae, en algunas ocasiones puede solicitarse una prueba llamada crioaglutininas. Esta prueba se basa en que durante una infección activa por micoplasma se produce un anticuerpo que provoca que las células rojas de la sangre se agrupen cuando se enfría la muestra. Esta prueba no es específica para el micoplasma, pero más de la mitad de los casos de infección por M. penumoniae presentan cantidades significativas de crioaglutininas.

¿Por qué no se oye hablar de los micoplasmas?

Son una causa común pero muchas veces no identificada de infecciones respiratorias. Al igual que los virus que causan el resfriado común, acostumbran a causar síntomas leves o moderados, en la mayoría de los casos no específicos, y generalmente son autolimitados, resolviéndose sin tratamiento o con antibióticos.

¿Pueden evitarse las infecciones por micoplasma?

Los Micoplasmas son muy frecuentes en el ambiente y no siempre es posible evitar las infecciones. Los casos causados por brotes de Mycoplasma pneumoniae se transmiten a través de gotitas respiratorias y pueden evitarse con una buena higiene de las manos, cubriendo la nariz y la boca al toser o estornudar, y evitando el contacto cercano con personas enfermas. Los micoplasmas que se transmiten por contacto sexual se pueden prevenir de la misma forma que el resto de las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Aquellos que se transmiten de la madre al hijo son difíciles de predecir o prevenir.

¿Puede realizarse la prueba de micoplasmas en la misma consulta médica?

Las muestras pueden recogerse en la consulta médica, pero el análisis requiere profesionales experimentados e instrumentación específica. No todos los laboratorios realizan estas pruebas por lo que es posible que la muestra se envíe a un laboratorio de referencia.

Enlaces

Pruebas relacionadas:

Crioaglutininas

Virus respiratorio sincitial (VRS)

Clamidia

Gonorrea

Legionella

Pruebas del virus de la gripe

Estados fisiológicos y enfermedades:

Anemia

Artritis  

Asma

Enfermedades de transmisión sexual (ETS)

Enfermedades pulmonares

Infección por VIH y SIDA

Meningitis y encefalitis

Neumonía

Síndrome de Guillain-Barré

En otras webs:

Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI): Mycoplasma pneumoniae

Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP): Virus respiratorios y Mycoplasma pneumoniae son las principales agentes responsables de la neumonía adquirida en la comunidad en los pacientes hospitalizados pediátricos en España

Medline: Neumonía por micoplasma

New York State Department of Health: Infección por Micoplasma (neumonía atípica)

KidsHealth: Neumonia

Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Mycoplasma pneumoniae Infections

American Lung Association (ALA): Learn About Pneumonia

Cleveland Clinic: Nongonococcal Urethritis (NGU) in Men


También conocido como:
HSV-1, HSV-2, HHV1, HHV2, VHS, herpes oral, herpes labial, herpes genital
Nombre sistemático: virus del herpes simple tipo 1 y tipo 2

Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para hacer un cribado o un diagnóstico de la infección por el virus del herpes simple (VHS).                  

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