Para el cribado y el seguimiento de ciertos cánceres de hígado, testículos u ovarios.
Alfa-fetoproteína Marcador Tumoral
Cuando el médico sospecha que pueda existir un cáncer de hígado, testículos u ovarios; a intervalos regulares durante y al final del tratamiento de estos cánceres; a veces si existe alguna enfermedad que predisponga a tener un cáncer, como hepatitis crónica o cirrosis hepática.
La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa.
Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.
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¿Cómo se utiliza?
La alfa-fetoproteína (AFP) se utiliza como marcador tumoral para detectar ciertos cánceres de hígado, testículos, y ovarios. A pesar de que a menudo se solicita la AFP en personas con enfermedad hepática crónica, como cirrosis o hepatitis crónica, por presentar un mayor riesgo de desarrollar cáncer de hígado, las guías de práctica clinica más recientes no recomiendan la medida de la AFP con esta finalidad. Junto con la AFP, el médico puede solicitar pruebas de imagen para tratar de detectar el cáncer de forma temprana y en estadios más tratables.
Si se ha diagnosticado un carcinoma hepatocelular u otra forma de cáncer productor de AFP, la AFP puede solicitarse periódicamente para evaluar la respuesta al tratamiento y para monitorizar una posible recurrencia del cáncer.
A veces se solicita la prueba AFP-L3% para comparar las cantidades relativas de una variante de AFP (la AFP-L3) y de AFP total. Esta prueba no está todavía muy extendida en países occidentales pero sí tiene bastante aceptación en Japón. La prueba AFP-L3% se emplea para evaluar el riesgo de desarrollar carcinoma hepatocelular, especialmente en personas con enfermedad hepática crónica; también se emplea para evaluar la respuesta de este tipo de carcinoma al tratamiento.
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¿Cuándo se solicita?
El médico puede solicitar la determinación de alfa-fetoproteína (AFP) en las siguientes situaciones:
- Sospecha de cáncer de hígado u otros cánceres malignos como cáncer testicular o cáncer de ovario; puede por ejemplo sospecharse cáncer si se palpan masas abdominales o si las pruebas de imagen dan resultados compatibles con tumores
- Evaluación de la eficacia del tratamiento en personas con cáncer de hígado, de testículo u ovario
- Monitorización de una posible recurrencia del cáncer
- Seguimiento de personas con hepatitis crónica o cirrosis hepática
A veces se puede solicitar la AFP-L3% para evaluar el riesgo de desarrollar carcinoma hepatocelular cuando existe una enfermedad hepática crónica previa, o para verificar la eficacia del tratamiento o posibles recurrencias de un carcinoma hepatocelular.
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¿Qué significa el resultado?
Concentraciones elevadas de alfa-fetoproteína (AFP) pueden significar presencia de cáncer, principalmente cáncer de hígado, cáncer de ovario y cáncer de células germinales del testículo. Sin embargo, no todos los tumores de hígado, de ovario o de testículos producen cantidades significativas de AFP.
También se observan concentraciones elevadas de AFP en otros cánceres (estómago, colon, pulmón, mama, linfoma), aunque raramente se solicita en estos casos. Otros trastornos como una cirrosis hepática o una hepatitis pueden ocasionar aumentos de los niveles de AFP.
Cuando la AFP se utiliza con finalidades de monitorización o seguimiento, la disminución de sus niveles indica una respuesta al tratamiento. Si las concentraciones después del tratamiento del cáncer no disminuyen de manera significativa (normalmente hasta niveles normales o próximos a la normalidad), puede pensarse que no se ha conseguido eliminar todas las células cancerosas.
Si las concentraciones de AFP empiezan a aumentar, es probable que se esté ante una recurrencia del cáncer. No obstante, al interpretar los resultados del análisis, debe tenerse en cuenta que la AFP puede aumentar a consecuencia de hepatitis o de cirrosis. Si los niveles de AFP no estaban elevados antes del tratamiento del cáncer, la prueba generalmente no reviste interés alguno para monitorizar la eficacia del tratamiento o una recurrencia del cáncer.
En personas con enfermedad hepática crónica, el hecho de que las concentraciones de AFP vayan aumentando a lo largo del tiempo supone un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de hígado. Si están aumentadas las concentraciones tanto de AFP total como de AFP-L3%, el riesgo de tener o de desarrollar al cabo de uno o dos años un carcinoma hepatocelular es elevado. Sin embargo también se han descrito fluctuaciones y elevaciones de los niveles de AFP total y de AFP-L3% en personas con hepatitis crónica o con cirrosis. En estos casos, un incremento marcado de la concentración de AFP reviste mayor relevancia que el valor numérico del resultado obtenido por sí solo.
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¿Hay algo más que debería saber?
No todas las personas con concentraciones elevadas de alfa-fetoproteína (AFP) y de AFP-L3% tienen cáncer o desarrollarán cáncer. No se trata de pruebas diagnósticas, sino que se trata de indicadores. Deben utilizarse junto con la historia clínica, una correcta exploración física, con pruebas de imagen y una evaluación histopatológica (biopsia).
Las pruebas pueden proporcionar información útil, pero no son tan sensibles o específicas como desearía el médico. Se pueden observar incrementos transitorios de AFP siempre que existan lesiones o procesos de regeneración hepáticos, así como aumentos moderados de AFP en otros trastornos.
Por otra parte, no todos los cánceres producen AFP y por la tanto una persona puede presentar cáncer a pesar de que sus niveles de AFP sean normales. Por todas estas razones, no debe utilizarse la AFP para el cribado del cáncer en la población general.
Cabe recordar que la AFP no se utiliza siempre como marcador tumoral. Debido a que el feto produce AFP, las concentraciones de AFP están aumentadas durante el embarazo y en recién nacidos. Para más información sobre la AFP durante el embarazo, refiérase a Cribado del segundo trimestre del embarazo.
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¿Cuáles son los factores de riesgo para el carcinoma hepatocelular?
Este cáncer suele afectar a personas con cirrosis hepática. La causa de la cirrosis suele ser una infección por uno o dos virus: virus de la hepatitis B y virus de la hepatitis C. El alcoholismo también aumenta el riesgo de desarrollar cirrosis. Algunas enfermedades hereditarias, especialmente una alteración conocida como hemocromatosis, también pueden causar cirrosis y con el tiempo, carcinoma hepatocelular. Sucede lo mismo en casos de esteatohepatitis no alcohólica (NASH, por sus siglas en inglés), que consiste en el depósito de grasa en el hígado, combinado con la existencia de inflamación y lesión hepática.
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¿Son necesarias otras pruebas cuando la alfa-fetoproteína (AFP) es normal?
Si se padece una infección hepática crónica o una lesión hepática crónica, una concentración elevada de AFP puede ser simplemente debida a la propia lesión. Si la AFP se eleva de forma súbita, o se encuentra muy elevada, el médico probablemente solicitará otras pruebas, como una ecografía, un TAC (tomografía axial computarizada), una RMN (resonancia magnética nuclear) o una biopsia. Estas pruebas generalmente permiten detectar el cáncer.
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¿Puede determinarse la AFP en la propia consulta médica o en el domicilio particular?