También conocido como: cultivo de bacterias, cultivo de hongos, cultivo de micobacterias
Nombre sistemático: hemocultivo
Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para comprobar la presencia de una infección sistémica mediante la detección e identificación de microorganismos en la sangre.
¿Cuándo hacer el análisis?
Cuando se presentan signos o síntomas de sepsis, como fiebre, escalofríos, fatiga, aumento de la frecuencia respiratoria (taquipnea) y/o cardíaca (taquicardia), y aumento del recuento de leucocitos en sangre.
¿Qué muestra se requiere?
La determinación se realiza a partir de dos o más muestras de sangre obtenidas en extracciones diferentes, normalmente a partir de venas del antebrazo.
¿Es necesario algún tipo de preparación previa?
Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.
¿Qué es lo que se analiza?
Los hemocultivos se realizan para detectar infecciones en la sangre e identificar su causa. Las infecciones del sistema sanguíneo suelen estar causadas por bacterias (bacteriemia), pero también pueden estar causadas por hongos o levaduras (fungemia), así como por virus (viremia). Este artículo se centra en el uso de hemocultivos para detectar e identificar bacterias y hongos en sangre.
Una infección en la sangre suele ser consecuencia de una infección en otra parte del organismo, propagándose desde este punto original en el caso de que se trate de una infección grave y/o que el sistema inmune no sea capaz de contener la infección. Por ejemplo, una infección del tracto urinario (ITU) puede diseminarse desde la vejiga urinaria o los riñones hacia la sangre, infectando así otros órganos y pudiendo provocar complicaciones graves que pueden llegar a poner en peligro la vida del individuo.
A menudo se habla indistintamente de sepsis y de septicemia. Sin embargo la septicemia se refiere a una infección de la sangre mientras que sepsis se refiere a las complicaciones graves provocadas por la septicemia. Una sepsis requiere de un tratamiento agresivo e inmediato, y la persona afectada suele estar hospitalizada en unidades de cuidados intensivos (UCI).
¿Cómo se obtiene la muestra para el análisis?
Normalmente se recogen de dos a tres muestras de sangre procedentes de distintas venas y extraídas en distintos momentos, con la finalidad de aumentar la sensibilidad de detección del microorganismo. El hecho de obtener múltiples muestras de sangre permite distinguir entre microorganismos patógenos verdaderos (presentes en más de un hemocultivo) y bacterias cutáneas que pueden haber causado una contaminación de la muestra en el momento de su obtención.
La sangre se obtiene por punción de una vena del antebrazo y se introduce en dos ampollas que contienen medio o caldo de cultivo para microorganismos. Además, debería recogerse sangre para otro hemocultivo desde otra vena, normalmente de manera inmediata después de la primera muestra para hemocultivo. Las muestras subsiguientes pueden recogerse de manera seriada en el tiempo.
Una infección en la sangre puede ocasionar otras infecciones graves. La endocarditis, inflamación e infección de las válvulas cardíacas y/o de las paredes internas del corazón, puede ser consecuencia de la propagación de una infección del torrente sanguíneo. Las personas portadoras de válvulas cardíacas o de prótesis articulares tienen un mayor riesgo de infección sistémica después de la intervención quirúrgica, si bien estas infecciones son poco frecuentes.
Cualquier individuo con un compromiso o debilitamiento de su sistema inmune debido a otra enfermedad subyacente (por ejemplo: por una leucemia o una infección por el VIH) o debido a la utilización de fármacos inmunosupresores, como los administrados durante la quimioterapia, presenta un mayor riesgo de contraer infecciones sanguíneas al tener una menor capacidad de eliminar posibles microorganismos que ocasionalmente pueden entrar en el torrente circulatorio. También es posible que bacterias u hongos penetren en el torrente circulatorio a través de la inyección intravenosa de drogas, por el empleo de catéteres intravenosos, o bien, por vías de drenaje quirúrgico.
Para la realización de hemocultivos se suelen obtener varias muestras de sangre a partir de distintas venas para incrementar así la probabilidad de detección de las bacterias u hongos ya que estos microorganismos pueden estar presentes en la sangre en baja cantidad o de manera intermitente. Este procedimiento permite asegurar que los microorganismos detectados son realmente los causantes de la infección y no meramente microorganismos contaminantes presentes en la flora cutánea.
Los hemocultivos se incuban durante varios días antes de que se informen como negativos. Algunos tipos de bacterias u hongos crecen más lentamente que otros y por este motivo se tarda más en detectarlos, especialmente si se encuentran en pequeñas cantidades.
Si el hemocultivo resulta positivo, se podrá identificar específicamente la bacteria causante de la infección y realizar posteriormente un antibiograma (estudio de la sensibilidad a antibióticos) para que el médico pueda saber qué antibióticos son efectivos contra la infección.
En muchos laboratorios, el proceso está automatizado mediante instrumentos que controlan las muestras de manera continua para detectar de rápidamente si existe algún tipo de crecimiento bacteriano o fúngico. Esto permite una entrega rápida resultados que serán de máxima utilidad para el médico, ya que así podrá establecer el tratamiento antimicrobiano específico contra el microorganismo presente en la sangre. Sin embargo, incluso antes de tener los resultados del hemocultivo, el médico administra ya antibióticos de amplio espectro por vía intravenosa que son eficaces contra diversos tipos de bacterias. Posteriormente y en función del microorganismo identificado en el hemocultivo, se puede sustituir el antibiótico inicial por otro de más efectivo contra el germen en cuestión.
Preguntas comunes
¿Cómo se utiliza?
Los hemocultivos se utilizan para detectar infecciones por bacterias o por hongos en la sangre, para identificar los microorganismos presentes y poder así realizar un tratamiento adecuado. El hemocultivo es de gran utilidad para detectar una infección de la sangre (septicemia) que podría conducir a una sepsis, complicación muy grave y que pone en peligro la vida del individuo. Las personas en las que se sospecha que existe septicemia suelen estar ingresadas en unidades de cuidados intensivos (UCI).
En las muestras de sangre también puede evaluarse si existen virus pero este artículo se centra en el empleo de hemocultivos para detectar e identificar bacterias y hongos.
Además del cultivo, pueden realizarse otras pruebas adicionales:
- Tinción de Gram: prueba rápida que permite detectar de manera general la presencia de bacterias e identificarlas.
- Antibiograma: determina cual es el antimicrobiano más efectivo para tratar la infección.
A menudo se solicita un hemograma para saber si el recuento de leucocitos está aumentado, lo que indicaría una posible infección. A veces se realizan otras pruebas como un estudio bioquímico en sangre o en orina para evaluar la función de distintos órganos. También se pueden cultivar las muestras de orina, esputo o líquido cefalorraquídeo (LCR), para intentar identificar el origen de la infección. Esto puede ser especialmente útil si la persona presenta signos y/o síntomas asociados a infección del tracto urinario (ITU), neumonía o meningitis.
¿Cuándo se solicita?
El médico solicita un hemocultivo ante signos y/o síntomas sugestivos de sepsis para averiguar si bacterias, hongos o sustancias tóxicas derivadas de su metabolismo podrían ser las responsables del daño orgánico observado. Una persona con sepsis puede presentar los siguientes síntomas:
- Escalofríos, fiebre.
- Náuseas.
- Aceleración del ritmo cardíaco (taquicardia) y de la respiración (taquipnea).
- Confusión.
- Disminución de la emisión de orina.
En caso de que la infección se agrave, pueden desarrollarse signos y síntomas de mayor relevancia como:
- Inflamación generalizada (por todo el organismo)
- Coagulación intravascular diseminada (CID): formación de múltiples coágulos en los vasos sanguíneos de menor tamaño.
- Hipotensión: caída de la presión arterial.
- Fallo multiorgánico: fallo o insuficiencia de uno o varios órganos.
Después de infecciones recientes, intervenciones quirúrgicas, recambios valvulares cardíacos, o si el paciente se está tratado con fármacos inmunosupresores existe un mayor riesgo de contraer una infección sistémica, por este motivo, está altamente indicado realizar algún hemocultivo si se presentan síntomas y/o signos en estas situaciones. En recién nacidos es frecuente realizar hemocultivos ante la sospecha de una infección, a pesar de que no presenten signos ni síntomas.
¿Qué significa el resultado?
Un resultado positivo para la misma bacteria u hongo en dos o más hemocultivos es altamente sugestivo de septicemia provocada por ese microorganismo.
Las infecciones de la sangre son muy graves y deben tratarse inmediatamente, normalmente en un hospital. Una sepsis supone un peligro para la vida del individuo, especialmente en personas inmunosuprimidas. A la espera del resultado del hemocultivo, el médico instaura de entrada un tratamiento antibiótico de amplio espectro, es decir que es efectivo ante una gran variedad de gérmenes. Una vez se disponga del resultado definitivo del cultivo y antibiograma, es posible que el médico decida cambiar el tratamiento y utilizar un antibiótico específico para la bacteria identificada.
Si un resultado es positivo y el otro negativo, puede tanto tratarse de una infección como de una contaminación. El médico es quien deberá interpretar los resultados de acuerdo al contexto clínico de cada individuo y en función del microorganismo identificado.
Si todos los resultados son negativos, la probabilidad de tener una sepsis es baja. No obstante, a veces es difícil identificar ciertos microorganismos, y por lo tanto se requiere realizar pruebas adicionales si el individuo sigue con signos y/o síntomas, como por ejemplo fiebre. Algunas razones que pueden explicar la persistencia de síntomas a pesar de que los hemocultivos hayan resultado negativos incluyen:
- Microorganismos de difícil crecimiento: a algunos microorganismos les cuesta más crecer en cultivo. Por ello se emplean medios de cultivo con nutrientes especiales para facilitar el desarrollo de los patógenos e identificarlos o se tienen los hemocultivos más tiempo en las estufas antes de darlos como negativos para facilitar el crecimiento de estas bacterias.
- Septicemia provocada por virus: los virus pueden no detectarse en los medios de cultivo rutinarios destinados a identificar bacterias. Si el médico sospecha que los síntomas del individuo pueden atribuirse a una infección vírica sistémica, pueden ser necesarias otras pruebas de laboratorio que el médico solicitará si procede.
Los resultados de otras pruebas junto con los del hemocultivo pueden ser indicativos de sepsis a pesar de que los hemocultivos hayan sido negativos. Entre estas pruebas se incluye:
- Hemograma: un aumento del recuento de leucocitos puede ser indicativo de una infección.
- Determinaciones del sistema del complemento: los niveles del factor C3 pueden estar aumentados.
- Obtención de cultivos de esputo o orina (urocultivo) positivos: podría indicar el origen de la infección.
- Análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR): puede proporcionar información acerca del origen de la infección, ya sea mediante la obtención de un cultivo positivo, de un aumento de leucocitos o de una disminución de la glucosa y un aumento de proteínas.
¿Hay algo más que debería saber?
Una sepsis indica que las bacterias u hongos se han extendido por todo el organismo, por ello los síntomas pueden ser muy variados. En una sepsis, el sistema inmune está intentando combatir la infección produciendo multitud de factores destinados a eliminar las bacterias. Estas sustancias también pueden causar, en contrapartida, un gran malestar al individuo. La septicemia puede llevar a un estado de shock séptico con una importante caída de la presión arterial (hipotensión), aumento de la frecuencia cardíaca (taquicardia) y disminución del flujo sanguíneo hacia órganos vitales, tales como: el cerebro, el corazón o los riñones. También puede alterar componentes de la coagulación sanguínea pudiendo causar en última instancia una coagulación intravascular diseminada (CID), y esta a su vez ocasionar sangrados generalizados. Las bacterias circulantes en la sangre también pueden alcanzar las articulaciones provocando una artritis séptica.
Actualmente se dispone de pruebas rápidas que permiten detectar la presencia de distintos microorganismos en sangre, y que son de gran utilidad en el seguimiento de personas con hemocultivos positivos ya que permiten una rápida identificación de los mismos. Por ejemplo, pueden identificar microorganismos como el Staphylococcus aureus resistente a meticilina (SARM), microorganismo difícil de tratar por su resistencia a la meticilina (un antibiótico), y bacterias Gram negativas tales como Escherichia coli procedente del tracto gastrointestinal. La identificación rápida de estos microorganismos puede facilitar el tratamiento con antibióticos específicos y mejorar el pronóstico de los pacientes.
Por otro laso, se están desarrollando pruebas para aumentar la rapidez y eficacia diagnóstica:
- Identificación directa de microbios patógenos comunes de la sangre en lugar de o además de los hemocultivos.
- Pruebas que permitan confirmar o descartar la sepsis distinguiendo entre inflamación positiva para infección e inflamación negativa para infección.
- Determinación más rápida de la susceptibilidad a los antibióticos para poder ofrecer un tratamiento antibiótico apropiado lo más rápido posible.
¿Por qué se tarda tanto tiempo en tener los resultados de los hemocultivos?
Es necesario que transcurra cierto tiempo para que los microorganismos crezcan en el medio de cultivo y se detectar e identificar. Como término medio el plazo es de un par de días, aunque en ciertos casos o para ciertos microorganismos, el tiempo es mayor. Además, es posible que los microorganismos estén presentes en la sangre en muy pequeñas cantidades, por lo que necesitan un mínimo de tiempo para reproducirse hasta que se presenten en cantidades que permitan su detección.
¿Por qué el médico solicita más hemocultivos si ya se realizó un hemocultivo inicial?
Los hemocultivos posteriores permiten determinar si las bacterias presentes en el primero persisten o no en la circulación sanguínea (patógenos verdaderos). Si en los hemocultivos de seguimiento los microorganismos ya no están presentes, entonces es posible que se haya producido una contaminación por microorganismos cutáneos. También puede ser necesario repetir los hemocultivos si se siguen presentando signos o síntomas de sepsis, a pesar de que no se haya conseguido identificar ningún microorganismo en los hemocultivos anteriores.
¿Cuál es el tratamiento de la sepsis?
Como la sepsis es una afección grave, el tratamiento se debe iniciar de inmediato, sin esperar los resultados de los hemocultivos. Puede comenzar en la sala de urgencias del hospital y con frecuencia se continúa y monitoriza con la persona en una unidad de cuidados intensivos (UCI). Los antibióticos de amplio espectro generalmente se administran por vía intravenosa. La terapia con medicamentos se puede cambiar a una terapia más dirigida, una vez que se identifica el tipo exacto de bacteria que causa la sepsis, y se realiza la prueba de susceptibilidad a los antibióticos. Se administran líquidos por vía intravenosa para ayudar a mejorar y estabilizar la presión arterial. A veces, se administran medicamentos para contraer los vasos sanguíneos y aumentar la presión arterial.
Enlaces
Pruebas relacionadas:
Análisis de líquido cefalorraquídeo (LCR)
Estados fisiológicos y enfermedades:
Coagulación intravascular diseminada (CID)
Infección del tracto urinario (ITU)
En otras webs:
National Heart, Lung, and Blood Institute (NIH): ¿Qué es la inflamación cardíaca?
Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Invasive Candidiasis
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