Para detectar y monitorizar exposiciones excesivas a metales pesados específicos.
Para detectar y monitorizar exposiciones excesivas a metales pesados específicos.
Periódicamente si se trabaja con metales pesados, o cuando el médico sospecha que una persona puede haber estado expuesta a dichos metales.
La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa o una orina de 24 horas; más raramente, muestras tisulares o de algún otro fuido del organismo.
Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.
El análisis de metales pesados es útil para el cribado, detección o diagnóstico de intoxicaciones o envenenamientos por metales mesados en personas que han sido expuestas de manera aguda o crónica a dichos metales; también es útil para monitorizar concentraciones de determinados metales pesados en casos de exposición laboral. La determinación de los niveles de metales pesados se emplea también para monitorizar la eficacia del tratamiento quelante instaurado para eliminar del organismo el metal acumulado.
Los perfiles pueden ser variables y agrupar más o menos metales. Además, pueden ser específicos para sangre u orina. El médico solicita el análisis de determinados metales en función de la profesión y aficiones del individuo, de la exposición que sospecha y/o de los signos y síntomas. Entre los metales más analizados se incluyen:
Si se sospecha la exposición a un metal concreto, el médico solicitará la medida aislada de ese metal, por ejemplo plomo. No es infrecuente solicitar la medida de plomo cuando se realizan cribados de exposición a metales pesados, especialmente en niños, debido a que son especialmente susceptibles a sus efectos. Algunos metales pueden analizarse en fluidos, cabellos, pelos, uñas y tejidos corporales; en estos casos se suelen analizar aisladamente.
El médico solicita un perfil de metales pesados cuando sospecha que una persona ha estado expuesta de una manera aguda o crónica a uno o varios metales pesados. Los signos y síntomas asociados a la exposición varían en su naturaleza e intensidad en función de la cantidad y tipo de metal. Como al inicio los síntomas son inespecíficos, la intoxicación puede pasar desapercibida. No obstante, a pesar de que no existan signos o aunque sean escasos e inespecíficos, es posible que haya existido exposición y que se haya producido daño en diversos órganos. Entre los signos y síntomas de un envenenamiento por metales pesados se incluyen:
Cuando la exposición es consecuencia del entorno laboral, la monitorización se realiza de forma periódica. Es importante tomar medidas de seguridad para minimizar el riesgo de exposición y para favorecer la resolución de los problemas detectados.
Los resultados del análisis de metales pesados deben interpretarse cuidadosamente. Unos niveles bajos de un metal determinado en sangre no son siempre indicativos de que no ha existido una exposición excesiva. Los metales pesados no circulan indefinidamente en sangre, ni permanecen en orina durante mucho tiempo. Por ejemplo, el plomo pasa de la sangre hacia los órganos y con el tiempo acaba incorporándose a los huesos. Es posible que en una persona expuesta de manera crónica al plomo presente plomo en sangre, orina, órganos y huesos.
Si desea más información acerca de los riesgos y de los efectos de los metales pesados o tóxicos sobre la salud acceda a este enlace.
Los efectos de la exposición a cantidades similares de un metal pesado no son necesariamente los mismos en todas las personas, debido a que la tasa de absorción y eliminación del metal son variables. A igual exposición, los individuos con enfermedades de base son más vulnerables que la población sana.
Resulta prácticamente imposible evitar la exposición a metales pesados. Por ejemplo, el arsénico es un contaminante que se encuentra en fuentes naturales de agua, a nivel mundial. Se pueden encontrar pequeñas cantidades de mercurio en fluorescentes y algunos termómetros; en caso de rotura se libera mercurio. Los peces pueden acumular metilmercurio, que es una forma inorgánica de mercurio producida por las bacterias del agua; las concentraciones varían en función del tipo de pescado y de la zona geográfica. Los niveles más altos de mercurio suelen hallarse en peces grandes y de mayor edad. Normalmente, los beneficios de comer pescado pesan más que el riesgo de ingerir un exceso de mercurio. Sin embargo, se suele recomendar que durante el embarazo no se exceda la ingesta de este tipo de pescado. March of Dimes recomienda a las embarazadas evitar ciertos tipos de pescados grandes debido al daño potencial sobre el feto.
El plomo es un metal que se utilizó durante muchos años en pinturas, tuberías y como aditivo en la gasolina. Actualmente, su uso con estas finalidades ha disminuido aunque en edificios y construcciones antiguas puede seguir estando incorporado a las estructuras. Al deteriorarse la pintura de las paredes, se pueden crear escamas o polvo que con el aire acaban depositándose en el suelo de la casa o del exterior. A pesar de que la exposición al plomo es perjudicial a cualquier edad, los niños son especialmente vulnerables.
Además, en el suelo, polvo, joyas e incluso juguetes se pueden hallar metales como cadmio y arsénico.
Todos los países disponen de organismos reguladores de las fuentes de exposición a metales pesados en aire, agua, alimentos o medioambiente. Estos organismos evalúan los efectos de la exposición, regulan las emisiones industriales y establecen los niveles máximos de contaminantes, como arsénico, en agua potable.
El análisis de metales pesados suele realizarse en un laboratorio de referencia, y los resutados se suelen informar al cabo de varios días.
Una persona puede resultar expuesta a metales pesados por contacto directo con la piel, por inhalación o por ingesta. La toxicidad tiene lugar cuando los metales pesados desplazan a los elementos esenciales del organismo, y empiezan a afectarse las funciones de distintos órganos. La mayor parte de la población jamás estará suficientemente expuesta a los metales como para desarrollar lesiones o daños orgánicos.
Normalmente, las exposiciones agudas o crónicas son consecuencia de una exposición laboral, especialmente en trabajadores de industrias que fabrican productos con metales; es el caso de cadmio, plomo y mercurio empleado en pilas, y de arsénico en algunos pesticidas. También pueden sufrir una exposición laboral los agricultores, las personas encargadas de limpiar espacios contaminados, trabajadores de ciertas áreas de la industria de automoción y personas con aficiones que supongan el empleo de metales, por ejemplo de plomo, en artesanos de vitrales.
Las exposiciones a niveles muy elevados de metales pesados acontecen normalmente por la presencia de metales a muy elevada concentración en agua o alimentos, o por contaminación del suelo del domicilio o de los alrededores del mismo.
Otros metales que pueden analizarse en casos de sospecha de intoxicación son: