También conocido como: estudios de agregación plaquetar, PFP, PFA
Nombre sistemático: pruebas de función plaquetaria
Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para determinar la causa de un sangrado excesivo o diagnosticar un defecto de la función plaquetaria, para evaluar y monitorizar la función plaquetaria y para monitorizar la eficacia de un tratamiento con fármacos antiplaquetarios.
¿Cuándo hacer el análisis?
Cuando se forman hematomas (moretones o moratones) con facilidad o sangrados excesivos a través de la nariz o de las encías o de cortes leves. Cuando se toma una medicación que puede alterar la función plaquetaria, y antes o durante algunas intervenciones quirúrgicas. Cuando existen antecedentes familiares de sangrado excesivo.
¿Qué muestra se requiere?
La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa del brazo.
Debido a la necesidad de un rápido análisis tras la extracción, esta suele tener lugar en el hospital donde se encuentre el laboratorio que va a realizar las pruebas. Es importante informar al personal sanitario antes de la punción, si existen antecedentes de sangrado abundante.
¿Es necesario algún tipo de preparación previa?
Es posible que sea necesario pausar los medicamentos que puedan alterar esta prueba como la aspirina, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), antihistamínicos o algunos antibióticos. Entre los AINE más frecuentemente usados se encuentran el ibuprofeno, el naproxeno y los inhibidores de la COX-2. No obstante, no debe interrumpirse ninguna medicación sin consultar previamente con el médico.
¿Qué es lo que se analiza?
Las plaquetas, también conocidas como trombocitos, son fragmentos celulares pequeños y redondeados, que son esenciales para una correcta coagulación de la sangre. Las pruebas de función plaquetaria evalúan indirectamente la capacidad de las plaquetas para impedir los sangrados en el organismo.
Las plaquetas se producen en la médula ósea y circulan por la sangre. Cuando se produce una lesión en un vaso sanguíneo y empieza el sangrado, las plaquetas ayudan a detener el sangrado por tres mecanismos:
- Se adhieren en el foco de la lesión.
- Se agregan entre ellas, formando un “tapón” provisional.
- Liberan compuestos que estimulan la agregación de más plaquetas y el inicio de la formación del coágulo.
Estas acciones resultan en la formación de un tapón de plaquetas por un proceso conocido como hemostasia primaria. Simultáneamente, las plaquetas activadas participan en la cascada de la coagulación, que son una serie de pasos que implican la activación secuencial de unas proteínas llamadas factores de la coagulación. Este proceso se conoce como hemostasia secundaria y junto con la hemostasia primaria, da lugar a la formación de un coágulo estable que permanece en el foco de la lesión hasta su cicatrización.
Si existen pocas plaquetas o no funcionan adecuadamente, es posible que no llegue a formarse el coágulo estable y, por lo tanto, el riesgo de sangrado aumenta. El recuento de plaquetas es de gran ayuda para diagnosticar los trastornos en los que la cantidad de plaquetas esté alterada. Sin embargo, la valoración de la capacidad funcional de estas plaquetas es más complicada.
Las pruebas de función plaquetaria constituyen un grupo de pruebas que se realizan con una instrumentación específica y que permiten medir la capacidad de agregación de las plaquetas y de formación de un coágulo en una muestra de sangre. A pesar de que se dispone de varias pruebas, no hay ninguna que pueda identificar todos los posibles problemas relacionados con la función plaquetaria, ni tampoco se ha llegado a un consenso respecto a qué prueba puede ser mejor en cada circunstancia.
Las pruebas de función plaquetaria pueden utilizarse en otras situaciones distintas del sangrado excesivo. Existen casos en los que conviene disminuir la capacidad de agregación de las plaquetas, como en el caso de las personas que tienen un riesgo aumentado de producir coágulos en la sangre o de desarrollar un infarto agudo de miocardio. En estos casos se pueden prescribir medicamentos capaces de disminuir la activación y la agregación plaquetaria, como la aspirina a bajas dosis o el clopidogrel. En estos casos, este tipo de pruebas permitirían la monitorización del tratamiento. Sin embargo, en la actualidad aún no existe un consenso sobre la utilidad de este tipo de pruebas para el seguimiento de los tratamientos con antiagregantes plaquetarios.
Pruebas de cribado
Tiempo de sangrado
Antiguamente, la principal prueba de cribado de una disfunción plaquetaria era el tiempo de sangrado. Esta es la única prueba que mide directamente la función plaquetaria. Consiste en realizar dos incisiones pequeñas y superficiales en la cara interna del antebrazo, midiendo el tiempo que se tarda en dejar de sangrar. Actualmente se encuentra en desuso. La prueba no es sensible ni específica, y no refleja necesariamente el riesgo o la gravedad de sufrir un sangrado en los casos en que se realice un tratamiento quirúrgico. Además de ser poco reproducible, se ve afectado por la toma de aspirina y por la habilidad del profesional que realiza la prueba y es frecuente que queden cicatrices en la piel del antebrazo.
Tiempo de obturación
En esta prueba, las plaquetas se enfrentan a distintas sustancias que las activan y se determina el tiempo que emplean en formar un coágulo de sangre en un orificio situado en un tubo de ensayo diminuto. Un tiempo de obturación prolongado indica que existe un defecto de la función plaquetaria, pero no permite especificar cuál. Esta prueba puede resultar alterada cuando existen pocas plaquetas, si su función es anómala, si faltan ciertas proteínas necesarias para completar la función plaquetar o si se está tomando medicación antiplaquetaria. Esta prueba puede emplearse en el cribado de la enfermedad de von Willebrand y de algunos otros trastornos plaquetarios, pero puede no detectar las formas leves. Se trata de una prueba relativamente sencilla de realizar y disponible en muchos laboratorios. Ante un resultado positivo, será necesario realizar otras pruebas para determinar la causa.
Viscoelastometría (o Tromboelastometría)
Para evitar los sangrados es necesario que los coágulos sean estables y consistentes hasta la cicatrización de la herida. Este tipo de prueba mide la consistencia del coágulo a medida que se va formando. Es una prueba que suele realizarse en el ámbito hospitalario, bien en el laboratorio o bien en los quirófanos, como prueba a la cabecera del enfermo (point-of-care).
Pruebas de agregación plaquetaria a punto final
Estas pruebas miden el número de plaquetas que se agregan una vez se han añadido a la sangre determinadas sustancias para promover su activación. Proporcionan una única medición de la agregación (punto final), pero no la evolución de esta agregación a lo largo del ensayo. A mayor agregación, mejor función plaquetaria. Estas pruebas pueden estar alteradas si existen pocas plaquetas, si la función plaquetaria está disminuida o si se toman fármacos antiplaquetarios.
Ratio de recuento plaquetario
Se mide el número de plaquetas en una muestra inicial. Posteriormente, se añade a la muestra alguna sustancia capaz de activar las plaquetas y causar su agregación. El número de plaquetas se vuelve a medir, de forma que únicamente se detectarán las que no se hayan agregado. La diferencia entre la primera y segunda medición servirá como un indicador de la función plaquetaria.
Pruebas diagnósticas
Agregometría plaquetaria
Son muchas las sustancias que pueden activar a las plaquetas, como las propias proteínas de la herida, los factores liberados por otras plaquetas y los factores producidos por el sistema de la coagulación que ayudan a las plaquetas a formar un tapón en el lugar del sangrado. Se han descrito distintas anomalías plaquetarias debidas a uno a varios de estos sistemas de activación. En una agregometría plaquetaria se realizan de 4 a 8 pruebas diferentes, añadiendo a la sangre una sustancia activadora de las plaquetas (agonista) diferente cada vez y midiendo la agregación plaquetaria. Cuando todas estas pruebas se han completado, un profesional con experiencia las interpreta y determina si existe evidencia de alteración de la función plaquetaria. Esta prueba se considera el patrón oro (gold standard) para la evaluación de la función plaquetaria, y permite diagnosticar varios trastornos hereditarios y adquiridos. Se realiza normalmente en los hospitales grandes debido a la complejidad, tanto de la prueba como de su interpretación.
Lumiagregometría
Se trata de una prueba similar a la agregometría, pero que mide simultáneamente mediante luminiscencia, la liberación de ciertas sustancias contenidas en los gránulos plaquetarios (pequeñas bolsas que se encuentran dentro de las plaquetas). Esta técnica mide la cantidad de luz que se emite cuando se añaden los agonistas, la cual es proporcional a la cantidad de adenosín difosfato (ADP) que se transforma en adenosín trifosfato (ATP). De esta forma, se pueden detectar las alteraciones en los gránulos plaquetarios de los defectos de almacenamiento, como el síndrome de la plaqueta gris, el síndrome de Hermansky-Pudlak o el síndrome de Chediak-Higashi.
Citometría de flujo
Los defectos funcionales de las plaquetas se pueden evaluar mediante citometría de flujo. En esta prueba se emplean láseres para determinar las proteínas de la superficie de las plaquetas y los cambios que sufren tras la activación. La citometría de flujo aplicada a las plaquetas es un procedimiento altamente especializado, disponible únicamente en laboratorios de referencia, para diagnosticar trastornos hereditarios de la función plaquetaria.
Preguntas comunes
¿Cómo se utiliza?
Para evaluar la capacidad de las plaquetas para agregarse y empezar a formar un coágulo se emplean varias pruebas de función plaquetaria. Pueden utilizarse con distintas finalidades, algunos ejemplos pueden ser los siguientes:
- Para el diagnóstico de una disfunción plaquetaria: en personas que tienen antecedentes de sangrado excesivo. Estos casos son la indicación más frecuente. El estudio de la función plaquetaria, junto con otras pruebas para el diagnóstico de trastornos hemorrágicos, permiten distinguir si la disfunción plaquetaria es congénita o adquirida. Por ejemplo, la enfermedad de von Willebrand es la disfunción plaquetaria congénita más frecuente y se caracteriza por la disminución en la producción o disfunción de factor von Willebrand, encargado de la adhesión plaquetaria al lugar de la lesión.
- Para el seguimiento de la función plaquetaria: en intervenciones quirúrgicas complejas como el bypass cardiopulmonar, el cateterismo cardíaco, el trasplante de hígado o la cirugía traumatológica. Por ejemplo, en un bypass cardiopulmonar se deben administrar anticoagulantes para evitar la formación de trombos y por lo tanto, el riesgo de sangrado está aumentado. Además, el hecho de realizar un bypass y de hacer circular la sangre mecánicamente constituye un estímulo muy importante para las plaquetas, que se activan y se vuelven disfuncionales. El control del número de plaquetas en sangre (recuento de plaquetas) durante una cirugía cardíaca permite al facultativo mantener un equilibrio entre la tendencia al sangrado y la tendencia a la formación de trombos.
- En el cribado del riesgo prequirúrgico: en los pacientes con antecedentes personales o familiares de sangrados. En la actualidad, se evalúan conjuntamente los antecedentes clínicos, factores de riesgo y diferentes pruebas que estudian la hemostasia secundaria (tiempo de protrombina, tiempo de tromboplastina parcial) para determinar el riesgo de sangrado. Sin embargo, no se dispone de una única prueba de función plaquetaria que permita predecir la probabilidad de sangrado durante la cirugía en una persona determinada. Curiosamente, se ha visto que las pruebas de función plaquetaria no son útiles para predecir el riesgo de sangrado en los pacientes tratados con antiagregantes plaquetarios como la aspirina o el clopidogrel, o con antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
- Para monitorizar los tratamientos antiagregantes plaquetarios: en las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular o un infarto agudo de miocardio, para disminuir la formación de los coágulos. Actualmente no se suele realizar el seguimiento de estos tratamientos con pruebas de función plaquetaria. A medida que se descubran nuevos fármacos con propiedades antiplaquetarias serán necesarios nuevos métodos para su control.
- Para detectar la resistencia a la aspirina: es común prescribir aspirina a dosis bajas como terapia antiagregante plaquetaria en las personas que han padecido algún evento cardiovascular, como un accidente cerebrovascular o un infarto agudo de miocardio. Es posible que los individuos tratados y que presenten de nuevo otro infarto tengan resistencia a la aspirina. Actualmente, esta terminología de resistencia a la aspirina es un poco confusa y no existe consenso en cuanto a su definición, la cantidad de personas afectadas o el método para diagnosticarla. Aún no se sabe si existe alguna prueba que permita predecir el efecto en un paciente determinado, si es algo transitorio o permanente, o si existe asociación con la resistencia a otros tratamientos antiagregantes (como clopidogrel). A pesar de que estas pruebas son cada vez más accesibles, aún no existe consenso sobre cómo debe modificarse el tratamiento antiagregante en función de los resultados de las pruebas. La mayoría de los expertos coinciden en que queda mucho por investigar en esta materia.
Entre las pruebas de función plaquetaria se incluyen:
- Tiempo de obturación.
- Viscoelastometría.
- Tiempo de sangrado.
- Agregometría/lumiagregometría plaquetaria.
- Citometría de flujo.
Otras pruebas que pueden solicitarse en la evaluación de los trastornos plaquetarios son el hemograma, el recuento de plaquetas, el dímero-D, el tiempo de protrombina, el tiempo de tromboplastina parcial y el factor von Willebrand.
¿Cuándo se solicita?
Se puede solicitar una o varias de las pruebas de función plaquetarias en los siguientes casos:
- Cuando una persona presenta signos de disfunción plaquetaria: como sangrados excesivos, hematomas de fácil aparición, sangrados nasales, sangrados menstruales importantes, sangrado de encías, sangrado excesivo durante procedimientos dentales, etc.
- Antes de una intervención quirúrgica u otros procedimientos invasivos.
- Durante una intervención quirúrgica, especialmente si es larga.
- Cuando se están tomando fármacos que pueden repercutir sobre la función plaquetaria.
¿Qué significa el resultado?
La interpretación de los resultados depende de la finalidad con la que se ha solicitado la prueba.
Cuando se estudia un sangrado excesivo o cuando se quiere descartar la posibilidad de que exista un sangrado importante en una intervención quirúrgica, la presencia de unos resultados anormales pueden indicar un trastorno plaquetario. A menudo será necesario evaluar los factores de coagulación, junto con una buena historia clínica y una exploración física para identificar la causa de la disfunción. Es frecuente que se realicen estudios familiares para determinar si esta causa es hereditaria o adquirida.
A continuación se mencionan algunos ejemplos de trastornos hereditarios de la función plaquetaria:
- Enfermedad de von Willebrand: la disfunción o la disminución de la producción del factor von Willebrand, resulta en una adherencia plaquetaria disminuida y una tendencia al sangrado.
- Tromboastenia de Glanzmann: se ve afectada la capacidad de agregación de las plaquetas entre sí.
- Síndrome de Bernard-Soulier: se caracteriza por una disminución de la adhesión plaquetaria al foco de la lesión.
- Deficiencias del pool del depósito plaquetario: pueden afectar a la liberación de las sustancias promotoras de la agregación por parte de las plaquetas.
Los trastornos adquiridos de la función plaquetaria pueden ser debidos a condiciones crónicas como las siguientes:
- Insuficiencia renal: uremia.
- Síndromes mielodisplásicos.
- Algunas leucemias: leucemia mieloide crónica, leucemia mieloide aguda.
Algunos trastornos adquiridos de la función plaquetaria transitorios incluyen los siguientes:
- Disminución de la función debido a la toma de fármacos como la aspirina y los AINE.
- Función anómala después de una cirugía prolongada de bypass cardíaco.
Si un individuo está tomando fármacos que pueden afectar a la función plaquetaria como la aspirina, los resultados de las pruebas reflejarán la respuesta de las plaquetas a la medicación.
¿Hay algo más que debería saber?
Las pruebas de función plaquetaria no reflejan exactamente el proceso de coagulación que tiene lugar en el organismo (in vivo). Es posible que una persona con pruebas de función plaquetaria normales tenga sangrados excesivos o alteraciones de la coagulación en el curso de una intervención quirúrgica.
La mayor parte de las muestras utilizadas en las pruebas de función plaquetaria solamente son estables durante un corto período de tiempo. A menudo el médico solamente puede solicitar las disponibles en su centro de trabajo.
Existen varios medicamentos que pueden alterar los resultados de las pruebas de función plaquetaria, como:
- Aspirina y compuestos que contengan ácido acetilsalicílico (salicilatos).
- Antiinflamatorios no esteroideos: como el ibuprofeno y el naproxeno, o medicamentos de venta libre que los contengan.
- Antidepresivos tricíclicos.
- Antihistamínicos.
- Algunos antibióticos.
- Algunos suplementos alimentarios y productos de herboristería: ajo, cúrcuma, comino, gingko biloba.
¿Deberían realizarse las pruebas de función plaquetaria a todo el mundo?
La mayoría de las personas no necesitará nunca realizarse las pruebas de función plaquetaria. Solamente está indicado en las personas que tienen sangrados excesivos, en las que toman alguna medicación específica o en las que se tiene que realizar cierto tipo de cirugía. No son pruebas indicadas para realizar cribados en la población general.
¿Puede el médico escoger cuál de las pruebas de función plaquetaria le interesa?
Normalmente, el hospital o el laboratorio ofrecerán alguna de estas pruebas, pero no todas. Estas pruebas evalúan lo mismo, la función plaquetaria, aunque de diferente manera. Como es importante que la muestra de sangre se analice rápidamente, el médico optará por las pruebas que se realicen en su centro de trabajo. Ocasionalmente será necesario que el paciente se desplace a otro centro para realizarse la extracción de sangre y las pruebas.
¿Es posible que la función plaquetaria varíe con el tiempo?
Es posible. A pesar de que algunos trastornos asociados a disfunción plaquetaria son hereditarios, otros son adquiridos y pueden presentarse en cualquier momento de la vida. Aunque una disfunción plaquetaria debida a una enfermedad crónica puede alargarse en el tiempo, generalmente será controlable. Las disfunciones debidas a medicamentos se resuelven al dejar la medicación.
Enlaces
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En otras webs:
Medline: Problemas plaquetarios
Manual MSD: Introducción a los trastornos de las plaquetas
MayoClinic: Trombocitopenia (recuento bajo de plaquetas)
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Nombre sistemático: virus del herpes simple tipo 1 y tipo 2
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