También conocido como: clonalidad del gen de las células T, TCGR reordenamiento del gen TCR
Nombre sistemático: reordenamiento del gen del receptor de célula T
Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para diagnosticar un linfoma de células T; para detectar y evaluar si existen células cancerosas residuales.
¿Cuándo hacer el análisis?
Cuando se sospecha que una persona puede tener un linfoma de células T; a veces, para evaluar la efectividad del tratamiento o para evaluar posibles recurrencias de la enfermedad.
¿Qué muestra se requiere?
La determinación se realiza a partir de una biopsia de médula ósea, de una biopsia de otro tejido o a partir de algún líquido biológico; a veces a partir de una muestra de sangre venosa.
¿Es necesario algún tipo de preparación previa?
Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.
¿Qué es lo que se analiza?
Esta prueba detecta unas alteraciones características (reordenamientos) en los genes específicos de células T. Proporciona una información que resulta muy útil para establecer el diagnóstico de linfoma de células T.
Las células T son un tipo de linfocitos que permiten que el organismo se proteja frente a las infecciones. Durante el desarrollo de dichas células es normal que se produzcan reordenamientos en algunas partes de su ADN conocidas como genes de inmunoglobulinas. Estos reordenamientos se asocian al desarrollo de distintas formas de células T y les permiten protegerse frente a multitud de infecciones. La conformación final con la que quedan reordenados los genes se conoce como perfil de reordenamiento genético. En cualquier población normal de células T, tanto las células como su perfil de reordenamiento genético, son diversos.
En un linfoma, las células T del tejido afectado (por ejemplo: sangre, médula ósea o ganglios linfáticos) son idénticas y también lo son sus perfiles de reordenamiento genético. Los linfomas aparecen cuando una célula T anómala empieza a producir numerosas copias idénticas de sí misma (clones). Las células clonadas crecen y se dividen de manera descontrolada, desplazando a las células normales.
La prueba del reordenamiento del gen del receptor de célula T evalúa las células T en la muestra remitida para estudio, para determinar si la mayoría de los perfiles de reordenamiento genético son idénticos o no. Esta información, junto con los signos y síntomas que presenta el individuo y los resultados de otras pruebas de laboratorio, permite establecer el diagnóstico de linfoma o evaluar la persistencia o la recurrencia del mismo.
Aproximadamente el 85% de los linfomas no-Hodgkin son de tipo B (de células B). El 15% restante son de tipo T, dentro de esta categoría hay muchos tipos, aunque todos ellos son raros.
Preguntas comunes
¿Cómo se utiliza?
La prueba del reordenamiento del gen del receptor de célula T es útil para diagnosticar los linfomas de células T y para evaluar si existe enfermedad residual o si se producen recidivas de la enfermedad después del tratamiento.
Existen distintos tipos de linfomas de células T y cada uno de ellos presenta diferentes características, pronóstico y respuesta al tratamiento. Se han descrito distintos sistemas de clasificación, siendo el más reciente el de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las pruebas empleadas en el caso del linfoma de células de tipo T son diversas:
- Hemograma y fórmula leucocitaria: para evaluar el número, tipo y madurez de los leucocitos en sangre. Puede poner en evidencia un aumento del número de linfocitos y/o presencia de linfocitos anómalos
- Extensión de sangre, biopsia de médula ósea: de un ganglio linfático o de otro tejido del organismo. Un especialista con experiencia examina estas muestras al microscopio.
- Inmunofenotipado; cuando está indicado. Se realiza en una muestra de sangre, a partir de la biopsia de médula ósea o la de otro tejido (por ejemplo: ganglio linfático, tumoración) empleando un método tal como la citometría de flujo o la inmunohistoquímica. Esta prueba detecta la presencia o ausencia de determinados marcadores en la membrana o en el interior de las células. Estos marcadores reciben el nombre de clusters de diferenciación (CD) y se listan numéricamente. Los patrones antigénicos (presencia o ausencia) proporcionan información acerca de la monoclonalidad de las células T y son de ayuda para clasificar el linfoma de tipo T.
La proliferación de células T puede ser benigna o maligna. En el caso de que con las pruebas anteriores no se haya podido establecer si la población de linfocitos del individuo es benigna o maligna, se realiza un estudio del reordenamiento del gen del receptor de célula T.
A veces la prueba se realiza para evaluar la efectividad del tratamiento del linfoma, es decir para detectar si existe enfermedad residual o si se produce recurrencia de la enfermedad (persistencia de células T monoclonales anómalas).
¿Cuándo se solicita?
La prueba del reordenamiento del gen del receptor de célula T se solicita si una persona presenta signos y síntomas sugerentes de linfoma como:
- Uno o varios ganglios linfáticos inflamados aunque no dolorosos, en función de la localización se puede afectar la axila, la caja torácica, el cuello, el abdomen o la ingle.
- Lesiones cutáneas.
- Aumento del tamaño del bazo y/o del hígado.
- Cansancio.
- Fiebre.
- Sudoración nocturna.
- Pérdida de peso sin causa aparente.
- Síntomas neurológicos sugerentes de afectación del sistema nervioso central.
Los hallazgos en el hemograma y en la fórmula leucocitaria pueden constituir el primer indicio de que puede tratarse de un cáncer de células sanguíneas, ya que a veces en las fases iniciales el linfoma no ocasiona síntomas, o muy pocos e inespecíficos.
Las alteraciones que justifican la realización de la prueba del reordenamiento de los genes de células T son:
- Aumento del número de linfocitos, especialmente de linfocitos anómalos, detectado en el hemograma y en la revisión de la extensión de sangre.
- Signos de linfoma en la biopsia tisular, en la de médula ósea o en el fluido biológico evaluado.
- En el inmunofenotipado (citometría de flujo, inmunohistoquímica), si hay agrupaciones antigénicas no concluyentes para el linfoma de tipo T, o cuando el médico quiere confirmar el diagnóstico de linfoma.
También puede solicitarse el reordenamiento de los genes de células T en las personas con linfoma de células T ya tratadas, para evaluar la efectividad del tratamiento, es decir para detectar si existe enfermedad residual o recurrencia de la enfermedad.
¿Qué significa el resultado?
Los resultados de la prueba deben interpretarse junto con los datos clínicos, los resultados de otras pruebas y teniendo siempre en cuenta las ventajas y las limitaciones de la metodología empleada en cada una de las pruebas realizadas.
Normalmente, si se detecta una población clonal de células T significativa y la interpretación concuerda con el resultado de otras pruebas, es probable que el individuo tenga un linfoma de células T.
Entre los linfomas que pueden detectarse a partir de la evaluación del reordenamiento genético se incluyen:
- Leucemia/linfoma de células T.
- Linfoma anaplásico de células grandes.
- Linfoma de células T angioinmunoblástico.
- Linfoma de células T asociado a enteropatía.
- Linfoma de células T hepatoesplénico.
- Linfoma extraganglionar de células T/NK, tipo nasal.
- Micosis fungoides.
- Linfoma de células T periférico.
- Proceso precanceroso de células T (leucemia / linfoma linfoblástico de células T).
- Síndrome de Sézary.
- Leucemia linfocítica de células T grandes y granuladas.
- Leucemia prolinfocítica de células T
Un resultado negativo en esta prueba no necesariamente descarta un linfoma. Una persona con un resultado negativo para un reordenamiento clonal del gen del receptor de células T aún puede tener linfoma. La prueba también puede ser negativa si el método de prueba no es lo suficientemente sensible como para detectar el reordenamiento o si los linfocitos clonales de la persona analizada tienen mutaciones que no son detectadas por la prueba, o bien si el linfoma es del tipo de células B.
Más detalles acerca de las células T
En el curso de una respuesta inmunitaria es muy importante que las células T sean capaces de diferenciar entre las células y tejidos propios del organismo y las estructuras o células extrañas o infectadas (ajenas, de procedencia externa). Esto tiene que ser así para que las células T puedan identificar y marcar de alguna manera las células nocivas para que el organismo consiga destruirlas. Asimismo, las células T proporcionan una señal a los linfocitos B (otro tipo de leucocito) para que empiecen a producir anticuerpos.
Los receptores son estructuras proteicas que se encuentran en la superficie de las células T. Permiten que estas células identifiquen y examinen las células propias y ajenas así como otras sustancias (antígenos) con capacidad para desencadenar una respuesta inmune. Existen dos tipos de receptores de células T y cada uno de ellos contiene diferentes subunidades. Los genes del receptor de las células T gobiernan el desarrollo de dichas subunidades. Los reordenamientos en estos genes constituyen un proceso normal del desarrollo de las células T. La finalidad de los reordenamientos es la de producir una gran variedad de receptores entre la población de linfocitos T para así reconocer (y bloquear) el número incontable de antígenos a los que una persona puede exponerse. Todo ello significa que, en una población sana de linfocitos T, tanto los reordenamientos del gen del receptor como el mismo receptor suelen ser muy diversos (policlonales).
En un linfoma de tipo T existe una célula T anómala que empieza a clonarse. Todas las células clonadas a partir de la primera son idénticas (monoclonales). Además, las células monoclonales no funcionan normalmente, su replicación no está controlada por el sistema inmunitario y no mueren como deberían hacerlo (como las normales). Así, se acumula una población de células T monoclonales cancerosas que desplaza incluso a las células sanas y puede eventualmente propagarse por el sistema linfático y la sangre hacia otros órganos y tejidos, como la médula ósea y los ganglios linfáticos.
Todas las células T monoclonales producidas presentan un perfil de reordenamiento genético idéntico. Los clones cancerosos suelen ser grandes (muchas células), de tal forma que las células clonales son las células predominantes en el tejido afectado. La detección de un perfil de reordenamiento genético de inmunoglobulinas predominante a menudo indica la presencia de células T cancerosas. Esta información puede ser de gran ayuda para establecer el diagnóstico de linfoma de tipo T o para evaluar la existencia de enfermedad residual o de recurrencia de la enfermedad después del tratamiento.
¿Hay algo más que debería saber?
Si la muestra analizada no contiene suficiente cantidad de ADN, será necesario repetir la prueba.
La detección de un reordenamiento clonal del gen de las inmunoglobulinas no es sinónimo de linfoma de células T. Es posible que una persona tenga una población de células T clonales a pesar de que no tenga ningún cáncer. A veces, ciertas enfermedades se asocian a la existencia de poblaciones pequeñas de células T clonales, por ejemplo, las enfermedades autoinmunes, los estados de inmunosupresión y los de inmunodeficiencia. El hallazgo indica que la persona en cuestión tiene en su población linfocitaria uno o varios grupos de células T clonales, sin que ello suponga que exista un linfoma.
Como es posible que en esta prueba se produzcan resultados falsos positivos y resultados falsos negativos, es crucial interpretar los resultados en el contexto de todos los datos clínicos y de laboratorio.
¿Cuánto tiempo tardarán los resultados de las pruebas?
Eso depende del laboratorio que realiza la prueba. No es una prueba de rutina y no todos los laboratorios la ofrecen. La muestra puede enviarse a un laboratorio de referencia y pueden pasar varios días antes de que los resultados estén disponibles.
¿Los resultados de esta prueba son útiles para determinar la evolución del linfoma?
No. Un resultado positivo confirma el diagnóstico de linfoma de células T y no indica el subtipo específico de linfoma de tipo T. La evolución clínica y la respuesta al tratamiento suelen venir determinadas por el subtipo de linfoma, aunque también existe variación entre los individuos.
¿Cual es la frecuencia de los linfomas de células T?
Según la Sociedad Americana Contra el Cáncer, el linfoma no Hodgkin (LNH) es el séptimo cáncer más frecuente en hombres y el sexto cáncer más frecuente en mujeres. La enfermedad representa el 4% de todos los cánceres en los Estados Unidos. Se estima que este año se diagnosticará un LNH a 80.470 personas (44.120 hombres y 36.350 mujeres) en los Estados Unidos y que se producirán 20.250 muertes (11.170 hombres y 8.550 mujeres) a causa de esta enfermedad. Se considera la novena causa de muerte más frecuente relacionada con cáncer, tanto en hombres como en mujeres. La mayoría de estos casos (alrededor del 85%) se deben a linfomas de células B y cerca del 15% son linfomas de células T.
Enlaces
Pruebas relacionadas:
Estudio cromosómico (cariotipo)
Reordenamiento de los genes de las inmunoglobulinas en células B
Estados fisiológicos y enfermedades:
En otras webs:
Fundación Josep Carreras: Linfoma no Hodgkin
American Cancer Society (ACS): Linfoma no Hodgkin (Adultos)
Instituto Nacional del Cáncer (NIH): Linfoma—Versión para pacientes
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¿Por qué hacer el análisis?
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