Para diagnosticar un linfoma de células T; a veces para detectar y evaluar si existen células cancerosas residuales.
Reordenamiento del gen del receptor de célula T
Cuando se sospecha que existe un linfoma de células T; cuando se quiere conocer si el tratamiento ha resultado efectivo y/o cuando se cree que el linfoma está recurriendo.
La determinación se realiza a partir de una biopsia de médula ósea, de una biopsia de otro tejido o a partir de algún líquido biológico; a veces a partir de una muestra de sangre venosa.
Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.
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¿Cómo se utiliza?
El reordenamiento del gen del receptor de las células T es útil para diagnosticar linfomas de células T y para evaluar si existe enfermedad residual o si se producen recidivas de la enfermedad después del tratamiento.
Un linfoma aparece cuando una célula T anómala empieza a producir numerosas copias idénticas de sí misma (clones). Las células clonadas crecen y se dividen de manera descontrolada, desplazando a las células normales. Existen distintos tipos de linfomas de células T y cada uno de ellos presenta diferentes características, pronóstico y respuesta al tratamiento. Se han descrito distintos sistemas de clasificación, siendo el más reciente el de la OMS (si desea más información refiérase a Linfoma).
Las pruebas empleadas en caso de linfoma de células de tipo T son diversas:
- Hemograma y fórmula leucocitaria para evaluar el número, tipo y madurez de los leucocitos en sangre. Puede poner en evidencia un aumento del número de linfocitos y/o presencia de linfocitos anómalos
- Extensión de sangre, biopsia de médula ósea, de un ganglio linfático, de piel y/o de otro tejido del organismo. Un especialista con experiencia examina estas muestras al microscopio.
- Inmunofenotipado, cuando está indicado. Se realiza en muestra de sangre, a partir de la biopsia de médula ósea o la de otro tejido (por ejemplo, ganglio linfático, tumoración) empleando un método tal como la citometría de flujo o la inmunohistoquímica. Esta prueba detecta la presencia o ausencia de determinados marcadores en la membrana o en el interior de las células. Estos marcadores reciben el nombre de clústers de diferenciación (CD) y se listan numéricamente. Los patrones antigénicos (presencia o ausencia) proporcionan información acerca de la monoclonalidad de las células T y son de ayuda para clasificar el linfoma de tipo T.
La proliferación de células T puede ser benigna o maligna. En caso de que con las pruebas anteriores no se haya podido establecer si la población de linfocitos del individuo es benigna o maligna, se realiza un estudio del reordenamiento del gen del receptor de las células T.
A veces la prueba se realiza para evaluar la efectividad del tratamiento del linfoma, es decir para detectar si existe enfermedad residual o si se produce recurrencia de la enfermedad (persistencia de células T monoclonales anómalas).
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¿Cuándo se solicita?
La prueba del reordenamiento del gen del receptor de las células T se solicita si una persona presenta signos y síntomas sugerentes de linfoma como:
- Uno o varios ganglios linfáticos inflamados aunque no dolorosos - en función de la localización se puede afectar la axila, la caja torácica, el cuello, el abdomen o la ingle
- Lesiones cutáneas
- Aumento del tamaño del bazo y/o del hígado
- Cansancio
- Fiebre
- Sudoración nocturna
- Pérdida de peso sin causa aparente
- Síntomas neurológicos sugerentes de afectación del sistema nervioso central
Los hallazgos del hemograma y de la fórmula leucocitaria pueden constituir el primer indicio de que puede tratarse de un linfoma ya que a veces en fases iniciales, el linfoma no ocasiona síntomas o muy pocos e inespecíficos.
Las alteraciones que justifican la realización de la prueba del reordenamiento del gen del receptor de las células T son:
- Aumento del número de linfocitos, especialmente de linfocitos anómalos, detectado en el hemograma y en la revisión de la extensión de sangre
- Signos de linfoma en la biopsia tisular, en la de médula ósea o en el fluido biológico evaluado
- En el inmunofenotipado (citometría de flujo, inmunohistoquímica), agrupaciones antigénicas no concluyentes para linfoma de tipo T, o cuando el médico quiere confirmar el diagnóstico de linfoma
También puede solicitarse el reordenamiento del gen del receptor de células T en personas con linfoma de células T ya tratadas, para evaluar la efectividad del tratamiento, es decir para detectar si existe enfermedad residual o recurrencia de la enfermedad.
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¿Qué significa el resultado?
Los resultados de la prueba los interpreta un especialista de laboratorio que considera también los datos clínicos, los resultados de otras pruebas y teniendo siempre en cuenta las ventajas y las limitaciones de la metodología empleada en cada una de las pruebas realizadas.
La prueba permite confirmar si existe una población clonal de linfocitos de tipo T y es de gran ayuda para confirmar el diagnóstico. Normalmente, si se detecta una población clonal de células T significativa y la interpretación concuerda con el resultado de otras pruebas, es probable que el individuo tenga una linfoma de células T.
Entre los linfomas que pueden detectarse a partir de la evaluación del reordenamiento genético se incluyen:
- Leucemia / linfoma de células T
- Linfoma anaplásico de células grandes
- Linfoma de células T angioinmunoblástico
- Linfoma de células T asociado a enteropatía
- Linfoma de células T hepatoesplénico
- Micosis fungoides
- Linfoma de células T periférico
- Proceso precanceroso de células T (leucemia / linfoma linfoblástico de células T)
- Síndrome de Sézary
- Leucemia linfocítica de células T grandes y granuladas
- Leucemia prolinfocítica de células T
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Más detalles acerca de las células T
En el curso de una respuesta inmunitaria es muy importante que las células T sean capaces de diferenciar entre las células y tejidos propios del organismo y las estructuras o células extrañas o infectadas (ajenas, de procedencia externa). Esto tiene que ser así para que las células T puedan identificar y marcar de alguna manera las células nocivas para que el organismo consiga destruirlas. Asimismo, las células T proporcionan una señal a los linfocitos B (otro tipo de leucocito) para que empiecen a producir anticuerpos.
Los receptores son estructuras proteicas que se encuentran en la superficie de las células T. Permiten que estas células identifiquen y examinen las células propias y ajenas así como otras sustancias (antígenos) con capacidad para desencadenar una respuesta inmune. Existen dos tipos de receptores de células T y cada uno de ellos contiene diferentes subunidades. Los genes del receptor de las células T gobiernan el desarrollo de dichas subunidades. Los reordenamientos en estos genes constituyen un proceso normal del desarrollo de las células T. La finalidad de los reordenamientos no es otra que la de producir una gran variedad de receptores entre la población de linfocitos T para así reconocer (y bloquear) el número incontable de antígenos a los que una persona puede exponerse. Todo ello significa que, en una población sana de linfocitos T, tanto los reordenamientos del gen del receptor como el mismo receptor suelen ser muy diversos (policlonales).
En un linfoma de tipo T existe una célula T anómala que empieza a clonarse. Todas las células clonadas a partir de la primera son idénticas (monoclonales). Además, las células monoclonales no funcionan normalmente, su replicación escapa a los mecanismos de control del organismo y no mueren como deberían hacerlo (como las normales). Así, se acumula una población de células T monoclonales cancerosa que desplaza incluso a las células sanas y puede eventualmente propagarse por el sistema linfático y la sangre hacia otros órganos y tejidos, como médula ósea y ganglios linfáticos.
Todas las células T monoclonales producidas presentan un perfil de reordenamiento genético idéntico. Los clones cancerosos suelen ser grandes (muchas células) de tal forma que las células clonales son las células predominantes en el tejido afectado. La detección de un perfil de reordenamiento genético predominante a menudo indica la presencia de células T cancerosas. Esta información puede ser de gran ayuda para establecer el diagnóstico de linfoma de tipo T o para evaluar la existencia de enfermedad residual o de recurrencia de la enfermedad después del tratamiento.
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¿Hay algo más que debería saber?
Si la muestra analizada no contiene suficiente cantidad de ADN, será necesario repetir la prueba.
La detección de un reordenamiento clonal del gen del receptor de las células T no es sinónimo de linfoma de células T. Es posible que una persona tenga una población de células T clonales a pesar de que no tenga ningún cáncer. A veces, ciertos trastornos o enfermedades se asocian a la existencia de poblaciones pequeñas de células T clonales, por ejemplo enfermedades autoinmunes, algunas infecciones, estados de inmunosupresión y estados de inmunodeficiencia. El hallazgo indica que la persona en cuestión tiene en su población linfocitaria uno o varios grupos de células T clonales, sin que ello suponga que exista un linfoma.
Por otra parte, es posible que el resultado del reordenamiento del gen del receptor de las células T sea negativo pero que a pesar de ello, la persona tenga un linfoma. Puede obtenerse un resultado negativo porque el método empleado no sea suficientemente sensible para detectar el reordenamiento, o porque los linfocitos clonales tienen mutaciones que no se pueden detectar con el método empleado. También podría ser que se tratara de un linfoma de tipo B.
Como es posible que en esta prueba se produzcan resultados falsamente positivos y resultados falsamente negativos, es crucial interpretar los resultados en el contexto de todos los datos clínicos y de laboratorio.
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¿Debe evaluarse el reordenamiento del gen del receptor de células T a cualquier persona que tenga un linfoma de células T?
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¿Los resultados de esta prueba son útiles para determinar la evolución del linfoma?
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¿Dónde se realiza la prueba del reordenamiento del gen del receptor de las células T?