Para evaluar el estado del sistema inmune; para detectar y monitorizar un exceso o una deficiencia de uno o varios tipos de inmunoglobulinas (normalmente, IgA, IgG e IgM).
Inmunoglobulinas
Cuando se producen infecciones de repetición y/o diarrea crónica; cuando el médico sospecha una deficiencia de inmunoglobulinas; periódicamente en la monitorización de trastornos que repercuten sobre los niveles de inmunoglobulinas, ya sean genéticos o adquiridos (VIH, SIDA, mieloma múltiple).
La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa; a veces a partir de una muestra de saliva o de líquido cefalorraquídeo.
Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.
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¿Cómo se utiliza?
La medida de inmunoglobulinas (Ig) es útil para detectar excesos o deficiencias de alguno de los tres principales tipos de Ig (IgG, IgA e IgM). Proporciona información importante acerca del estado del sistema inmune del organismo y es útil para diagnosticar una serie de trastornos y enfermedades que afectan a la concentración de una o varias de las clases de inmunoglobulinas.
Las inmunoglobulinas también reciben el nombre de anticuerpos, y consisten en proteínas producidas por las células plasmáticas. Las inmunoglobulinas van dirigidas contra sustancias que constituyen amenazas específicas y juegan un papel esencial en los mecanismos de defensa del organismo. Las Ig se producen como respuesta a la exposición frente a bacterias, virus y otros microorganismos, así como frente a otras sustancias que el organismo puede reconocer como antígenos dañinos extraños (ajenos o no propios).
Los trastornos que afectan a las inmunoglobulinas pueden clasificarse como sigue:
- Exceso de inmunoglobulinas
- Policlonal: el exceso de Ig es consecuencia del aumento de producción de inmunoglobulinas por múltiples células inmunes (plasmáticas) distintas
- Monoclonal: el exceso de Ig es consecuencia del aumento de producción de inmunoglobulinas por clones celulares derivados de una única célula plasmática
- Deficiencia de inmunoglobulinas
- Secundaria (adquirida) - las más comunes son atribuibles a un factor desencadenante o a un trastorno subyacente
- Primaria (hereditaria) - en enfermedades raras en las que el organismo es incapaz de producir una o varias clases de inmunoglobulinas
Para diagnosticar y monitorizar trastornos asociados a una producción anómala o excesiva de inmunoglobulinas se puede solicitar esta prueba junto a otras pruebas como electroforesis de proteínas en sangre y/o en orina.
Si se detecta una cantidad excesiva de alguna de las clases de Ig, deben solicitarse pruebas adicionales: la electroforesis de proteínas permite detectar gammapatías monoclonales (término empleado cuando las inmunoglobulinas en exceso proceden de un mismo clon de células plasmáticas); en caso de que la electroforesis sea positiva, la inmunofijación permite identificar la clase de inmunoglobulina que procede del clon de células plasmáticas. El mieloma es una enfermedad maligna de las células plasmáticas que constituye un ejemplo de gammapatía monoclonal; en estos casos también puede estar indicada la medida de cadenas ligeras libres de inmunoglobulinas.
- Exceso de inmunoglobulinas
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¿Cuándo se solicita?
La medida de inmunoglobulinas (Ig) se solicita cuando existen síntomas o signos sugestivos de deficiencia de Ig, como infecciones recurrentes y especialmente del tracto respiratorio (senos nasales, pulmones) o gastrointestinal (estómago, intestino) y/o diarrea crónica.
También puede solicitarse la medida de Ig cuando existen signos o síntomas de inflamación crónica o de infección crónica, o cuando el médico sospecha que existe una producción anómala y excesiva de inmunoglobulinas. La prueba se solicita periódicamente en la monitorización de la enfermedad en cuestión.
La medida de Ig puede realizarse también en líquido cefalorraquídeo (LCR); en este caso el médico seguramente sospechará que el trastorno que afecta al sistema nervioso central de un individuo está relacionado con una producción anómala de inmunoglobulinas.
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¿Qué significa el resultado?
Los resultados de la medida de inmunoglobulinas (Ig) IgG, IgA e IgM suelen interpretarse conjuntamente. Una alteración de los resultados indica mayor o menor afectación del sistema inmune. La medida de Ig no es diagnóstica pero puede constituir un potente indicador de alguna enfermedad. Son varios los trastornos o enfermedades que pueden asociarse a aumentos o disminución de la producción de inmunoglobulinas.
Aumento de inmunoglobulinas
Los aumentos policlonales de Ig son relativamente frecuentes; los monoclonales son más raros y deben estudiarse en profundidad. Las Ig monoclonales aparecen cuando existen tumores de las células sanguíneas que afectan a linfocitos o a células plasmáticas. En estas enfermedades suele existir un incremento marcado de una clase de Ig, y una disminución de las clases de Ig restantes. A pesar de que la concentración final de Ig puede estar aumentada, las personas afectadas suelen estar inmunocomprometidas, debido a que la mayor parte de Ig producidas es anómala y no se consigue construir una respuesta inmunitaria adecuada.En la tabla siguiente se listan algunos trastornos o enfermedades que ocasionan aumento de inmunoglobulinas:
Resultado de la medida de Ig Condiciones asociadas Aumento policlonal de una clase o varias de las clases de Ig principales (IgG, IgA e IgM) - Infecciones, agudas y crónicas
- Enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide, lupuseritematoso sistémico, esclerodermia)
- Cirrosis
- Inflamación crónica, enfermedades inflamatorias
- Reacciones de hiperinmunización
- Síndrome de Wiskott-Aldrich
- En recién nacidos, infección durante el embarazo(congénita - sífilis, toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus)
Aumento monoclonal de una clase de Ig, con o sin disminución del resto de Ig Disminución de inmunoglobulinas
La disminución de los niveles de Ig suele ser adquirida y secundaria a algún trastorno subyacente, ya sea por afectar a la capacidad de producción de inmunoglobulinas del oganismo o porque se produce una pérdida de proteínas en el organismo por alguna u otra causa. Los fármacos también pueden ocasionar disminuciones de las concentraciones de Ig, como por ejemplo los inmunosupresores, corticoesteroides, fenitoína y carbamazepina; también puede obedecer a presencia de ciertas toxinas.En la tabla siguiente se listan algunos trastornos o enfermedades que ocasionan disminución de inmunoglobulinas:
Resultado de la medida de Ig Condiciones asociadas Condiciones o factores que repercuten sobre la producción de Ig - Fármacos como fenitoína, carbamazepina, inmunosupresores
- Complicaciones asociadas a enfermedad renal (insuficiencia renal) o a diabetes
- Retraso temporal de la producción de Ig en recién nacidos, especialmente en prematuros
Condiciones que generan una pérdida elevada y anómala de proteínas - Síndrome nefrótico - enfermedad renal en la que se pierden proteínas por la orina
- Quemaduras
- Enteropatía con pérdida de proteínas - cualquier trastorno del tracto gastrointestinal que altera la digestión o absorción de proteínas
Las deficiencias inmunes hereditarias son raras y a menudo se conocen como inmunodeficiencias primarias. Puede verse afectada la producción de todas las clases de Ig, una sola o varias. Entre estos trastornos se incluye la agammaglobulinemia, la inmunodeficiencia común variable, la agammaglobulinemia ligada al cromosoma X, la ataxia-telangiectasia, el síndrome de Wiskott-Aldrich, el síndrome hiper-IgM y la inmunodeficiencia combinada severa.
La concentración de inmunoglobulinas en líquido cefalorraquídeo (LCR) es muy baja. Se pueden observar aumentos de su concentración en infecciones del sistema nervioso central (meningitis, encefalitis), en trastornos inflamatorios y en la esclerosis múltiple.
En personas con infecciones respiratorias recurrentes puede detectarse una disminución de la concentración de IgA en saliva.
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¿Hay algo más que debería saber?
A veces la medida de IgM es útil para saber si un recién nacido ha contraído una infección antes de nacer (infección congénita). El feto en desarrollo puede producir IgM como respuesta a una infección. Debido a su tamaño (grande), los anticuerpos de tipo IgM no pueden atravesar la placenta, y por lo tanto no pueden ser de procedencia materna. Así, la presencia de anticuerpos de tipo IgM en sangre de un recién nacido indica que los ha producido él mismo, y esto indica que el recién nacido contrajo la infección durante el embarazo.
Es posible observar unos niveles de IgG transitoriamente disminuidos en un bebé sano. La protección frente a infecciones se va perdiendo a medida que la concentración de IgG de la madre va disminuyendo en la sangre del bebé (unos meses). La concentración de IgG será baja mientras el bebé no sea capaz de producir IgM e IgG; existe una ventana o un periodo de tiempo durante el cual el bebé tiene mayor riesgo de contraer infecciones.
Cuando se sigue una lactancia materna, el bebé obtiene IgA a partir de la leche de la madre. Esta IgA protege al bebé de infecciones, particularmente cuando los anticuerpos de la madre en la sangre del bebé van disminuyendo pero él todavía no es capaz de producirlos.
Las personas que presentan una baja concentración de inmunoglobulinas no suelen tener respuestas inmunes intensas frente a vacunaciones; es posible que no produzcan suficiente cantidad de anticuerpo como para asegurar una protección. Además, no serán candidatas a recibir vacunas con mciroorganismos vivos, como es el caso de la vacuna de la poliomielitis o del sarampión.
En el laboratorio se dispone de múltiples pruebas en las que se está midiendo alguna variedad de anticuerpo. Las personas con deficiencias de Ig pueden presentar resultados falsamente negativos en estas pruebas. Por ejemplo, una de las pruebas de la enfermedad celíaca detecta un anticuerpo de tipo IgA (anticuerpo anti-transglutaminasa tisular o anti-tTG). Si existe un déficit de IgA, el resultado de esta prueba podría ser negativo a pesar de que la persona realmente tenga una enfermedad celíaca.
Cuando la concentración de IgA o de IgG está disminuida o si se sospecha un déficit de alguna subclase de Ig, puede solicitarse la determinación de subclases de Ig. Es posible que a pesar de que la concentración de una clase de Ig sea normal, exista una deficiencia de alguna subclase.
Algunas personas con déficit de IgA desarrollan anticuerpos anti-IgA. La administración de transfusiones de sangre (o de algunos de los componentes de la sangre) con IgA (como plasma o inmunoglobulinas), puede desencadenar el desarrollo de una reacción anafiláctica transfusional grave.
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¿Deberían medirse las inmunoglobulinas a todo el mundo?
La medida de inmunoglobulinas (Ig) no constituye una prueba rutinaria ni de cribado en la población general. El médico la solicita cuando sospecha que existe una deficiencia o un exceso de Ig. A muchas personas no se les solicitará esta prueba en toda la vida.
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¿Qué se puede hacer para modificar las concentraciones de inmunoglobulinas?
Los niveles de Ig no suelen modificarse cambiando el estilo de vida. En caso de estar tomando un fármaco que pueda alterar la concentración de Ig, el médico decidirá si es más apropiado seguir tomándolo o abandonarlo. En casos puntuales, y siempre por decisión médica, puede estar indicado realizar una plasmaféresis para hacer disminuir las concentracions de Ig en sangre.
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¿Existen síntomas concretos asociados a disminución de los niveles de inmunoglobulinas?
No específicamente. El desarrollo de infecciones recurrentes sin motivo aparente, de infecciones múltiples, de infecciones oportunistas con o sin diarrea crónica puede estar indicando la necesidad de realizar una medida de inmunoglobulinas en sangre. También estaría indicada esta prueba en caso de que existan antecedentes familiares de inmunodeficiencia; para establecer el diagnóstico es importante realizar una exploración física detallada y una historia clínica minuciosa.
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¿Por qué a veces se solicita muestra de orina, además de la de sangre, cuando se miden inmunoglobulinas?
A veces se solicita muestra de orina además de la de sangre. En la muestra de orina se medirán con probabilidad las proteínas en orina y se evaluará el tipo de proteínas presentes. Es posible que el médico haya sospechado a través de la exploración física y la historia clínica y junto con los signos y síntomas, que el individuo en cuestión padezca un trastorno asociado a una producción anómala y excesiva de inmunoglobulinas. En tales casos, además de la medida de inmunoglobulinas en sangre, se suele realizar una electroforesis de proteínas en sangre y en orina.