La tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad autoinmune, constituye la forma más común de inflamación de la glándula tiroides (tiroiditis) y la causa más frecuente de hipotiroidismo.
El tiroides es una glándula pequeña en forma de mariposa, localizada en la base de la garganta, justo por debajo de la nuez. Esta glándula tiene un papel muy importante en el control del metabolismo del organismo mediante la producción de hormonas tiroideas. La mayor parte de las hormonas tiroideas producidas por el tiroides son la tiroxina o T4 libre y la triyodotironina o T3.
Normalmente, las defensas naturales del cuerpo (sistema inmune) te protegen de los ataques extraños de organismos, como virus y bacterias, mediante el reconocimiento de dichos agentes y su eliminación mediante los anticuerpos. En la tiroiditis de Hashimoto, el sistema inmune produce autoanticuerpos contra los tejidos propios del organismo o bien contra los órganos que atacan al tiroides. El daño ocasionado a la glándula tiroides hace que no se produzca suficiente hormona tiroidea, apareciendo los síntomas del hipotiroidismo. El tiroides puede aumentar de tamaño (bocio), con una textura firme y elástica, pero indolora.
En los Estados Unidos, tiene una incidencia anual de 3,5 por cada 1.000 en las mujeres y de 0,8 por 1.000 en los hombres. Aunque afecta a cualquiera y en cualquier edad, es más frecuente en las mujeres con edades comprendidas entre 30 y 50 años. De hecho, es unas 10 ó 15 veces más frecuente en el sexo femenino. Los datos en España son aproximadamente de un 2 % y también es más frecuente en las mujeres a la edad de los 40 años, por lo que son comparables.
Las personas que tienen una historia familiar de enfermedades tiroideas o bien de cualquier otra enfermedad autoinmune, como diabetes tipo 1, insuficiencia suprarrenal, artritis reumatoide, anemia perniciosa o lupus, tendrán un riesgo mayor de desarrollar una tiroiditis de Hashimoto.