Para estudiar la causa de la formación de coágulos sanguíneos o de un alargamiento injustificado del tiempo de tromboplastina parcial (TTP), sobre todo en las pacientes con abortos de repetición, como parte de la evaluación del síndrome antifosfolípido y a veces para evaluar o contribuir al diagnóstico de una enfermedad autoinmune.
Anticuerpos antifosfolípidos
Si se tiene un TTP prolongado; si se han padecido episodios recurrentes de formación de coágulos sanguíneos de causa inexplicable; si se han presentado abortos recurrentes, especialmente durante el segundo y tercer trimestre del embarazo.
La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa del brazo.
Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.
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¿Cómo se utiliza?
El estudio de los anticuerpos antifosfolípidos se utiliza para determinar la posible causa de ciertas patologías:
- Formación excesiva de coágulos sanguíneos (episodios trombóticos inexplicables, coagulación excesiva).
- Abortos de repetición.
- Disminución del recuento de plaquetas (trombocitopenia).
- Prolongación del tiempo de tromboplastina parcial (TTP).
En función de los signos y síntomas del paciente y su historia clínica, el médico puede solicitar una o varias de las siguientes pruebas para detectar la presencia de anticuerpos antifosfolípidos o diagnosticar un síndrome antifosfolípido.
- Anticuerpos anticardiolipina (IgG, IgM, y a veces IgA): Son los anticuerpos antifosfolípidos más frecuentes y por tanto los que más se solicitan.
- Anticoagulante lúpico (como el ensayo de veneno de víbora Russell diluido (dRVVT) o el tiempo de coagulación con caolín): Ante la presencia de un tiempo de tromboplastina parcial (TTP) prolongado.
- Anti-beta- 2 glicoproteína I: Puede proporcionar información adicional al solicitarla en conjunto con los anteriores.
Si se detecta algún anticuerpo antifosfolípido, puede solicitarse nuevamente el mismo tipo de prueba unas 12 semanas más tarde para determinar si su presencia es transitoria o persistente.
Estas pruebas pueden realizarse en la evaluación de personas con enfermedades autoinmunes, que a su vez pueden darse en conjunto con enfermedades como el lupus. Las personas con una enfermedad autoinmune y resultados negativos para los anticuerpos antifosfolípidos, deberían repetirse el estudio en el futuro para determinar si se han desarrollado estos anticuerpos a lo largo de la evolución clínica de la enfermedad.
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¿Cuándo se solicita?
Los AAF se solicitan cuando una persona presenta signos y síntomas sugestivos de un episodio trombótico, como dolor e hinchazón en las extremidades, dificultad respiratoria y dolores de cabeza. También se solicitan cuando una mujer presenta abortos recurrentes o cuando se detecta un tiempo de tromboplastina parcial (TTP) prolongado.
Si una de las pruebas es positiva, suele repetirse al cabo de unas semanas para determinar si los anticuerpos detectados son transitorios o persistentes. Los anticuerpos antifosfolípidos también se determinan ante la sospecha de un síndrome antifosfolípido.
En los pacientes con enfermedades autoinmunes y un resultado negativo en esta prueba, se suelen solicitar uno o varios de estos anticuerpos a intervalos regulares para detectarlos en el caso de que se desarrollen posteriormente.
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¿Qué significa el resultado?
La interpretación de los resultados de las pruebas de anticuerpos antifosfolípidos debe realizarse con prudencia. Un resultado negativo tan sólo significa que el anticuerpo en cuestión no estaba presente en el momento de la realización del análisis.
En el curso de algunas infecciones, ante la toma de ciertos medicamentos o sencillamente en personas de edad avanzada, el resultado de uno o varios de estos anticuerpos puede resultar ligeramente positivo de forma transitoria. Estas concentraciones no suelen considerarse significativas aunque deben interpretarse en el contexto clínico de cada individuo.
A veces, en un mismo paciente pueden detectarse varios tipos de inmunoglobulinas para un anticuerpo concreto. Por ejemplo, se pueden presentar cantidades significativas de anticuerpos anticardiolipina de tipo IgG e IgM o bien tener únicamente anticuerpos de tipo IgA (menos frecuentes).
Si se detectan anticuerpos antifosfolípidos que permanecen positivos tras 12 semanas, es probable que los anticuerpos sean de carácter permanente.
Si las pruebas sugieren la presencia de un anticoagulante lúpico que se mantiene tras comprobar los resultados, es muy probable que el paciente sea positivo para el anticoagulante lúpico. Las personas con uno o varios anticuerpos antifosfolípidos o diagnosticadas de un síndrome antifosfolipídico presentan un mayor riesgo de desarrollar episodios trombóticos, abortos recurrentes y trombocitopenia.
Los resultados de estas pruebas no permiten sin embargo predecir el riesgo individual de complicaciones ni su gravedad. Es posible que algunas personas presenten problemas recurrentes, mientras que otras no presentarán jamás ninguna sintomatología. Por ejemplo, existen individuos asintomáticos diagnosticados por la presencia de anticuerpos antifosfolípidos tras haber hallado un tiempo de tromboplastina parcial (TTP) prolongado en una analítica de rutina, o de un individuo de edad avanzada asintomático que desarrolla anticuerpos antifosfolípidos.
En los casos de inflamación, infecciones, cáncer o enfermedades autoinmunes, los anticuerpos antifosfolípidos pueden ser positivos de forma transitoria.
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¿Hay algo más que debería saber?
Ocasionalmente se puede solicitar un estudio de anticuerpos antifosfolípidos ante un resultado positivo en la prueba VDRL/RPR para el diagnóstico de la sífilis. Los reactivos utilizados en la prueba de la sífilis contienen fosfolípidos, pudiendo generar resultados falsamente positivos en las personas con anticuerpos antifosfolípidos.
También se pueden observar resultados falsamente positivos a consecuencia de la toma de fármacos como quinidina, procainamida, fenitoína y penicilina.
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¿Qué se puede hacer para prevenir la aparición de anticuerpos antifosfolípidos o hacerlos desaparece una vez ya se han desarrollado?
No. El proceso que desencadena la aparición de estos anticuerpos no se conoce totalmente. Existen algunos factores de riesgo controlables como fumar y ser obeso, que a la vez aumentan el riesgo de desarrollar trombos. Al combatir estos factores de riesgo se disminuye el riesgo de desarrollar trombos aunque no se impida la formación de los anticuerpos antifosfolípidos.
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Cuando se tiene un tipo de anticuerpo antifosfolípido, ¿significa que se producirán con el tiempo también los otros?
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¿En qué consiste el anticoagulante lúpico?
El anticoagulante lúpico es un tipo de anticuerpo antifosfolípido que interfiere en el proceso de la coagulación cuando se evalúa en un tubo de ensayo, pero que en el organismo se asocia a una excesiva coagulación (trombosis arterial o venosa). No hay una prueba específica para detectar el anticoagulante lúpico, sino que se determina mediante la combinación de una serie de pruebas. Para más información, consultar el artículo sobre Anticoagulante lúpico.
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¿Se debe realizar la prueba de los anticuerpos antifosfolípidos a toda la población?