Para determinar las concentraciones de sirolimus en sangre y poder así mantener los niveles terapéuticos y detectar concentraciones tóxicas.
Sirolimus
Tan pronto como se empiece la terapia y siempre que se cambie la dosis. Al principio se suele determinar con más frecuencia, después a intervalos regulares para monitorizar los niveles de fármaco. Para detectar concentraciones excesivamente bajas o elevadas (potencialmente tóxicas).
La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa.
Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial, aunque normalmente se suele recomendar la extracción de la muestra 12 horas después de la última dosis o justo antes de tomar la siguiente.
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¿Cómo se utiliza?
La determinación de sirolimus se utiliza para monitorizar la concentración de fármaco en la sangre en personas que han sido sometidas a un trasplante renal y que están tomando dicha medicación para prevenir un rechazo. Se mide la concentración de sirolimus para saber si se encuentra dentro del rango terapéutico y por debajo del nivel tóxico. El tratamiento con sirolimus debe ser monitorizado debido al estrecho rango terapéutico del fármaco.
Si el individuo está tomando sirolimus y ciclosporina (o tacrolimus), se deben monitorizar niveles de ambos fármacos.
De manera periódica, se suelen solicitar otras pruebas para evaluar la función de los órganos y el recuento de células sanguíneas puesto que sirolimus puede provocar disminución del recuento de plaquetas, aumento de los lípidos y, cuando se toma durante un tiempo prolongado, puede afectar a la función hepática.
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¿Cuándo se solicita?
Suele solicitarse al inicio del tratamiento. Debido a su largo tiempo de vida media en sangre (tiempo que tarda en eliminarse del organismo), la concentración de sirolimus puede tardar en alcanzar el estado estacionario (equilibro) en sangre. Una vez optimizadas las dosis para la persona en cuestión, la frecuencia en la monitorización de sirolimus puede reducirse.
La determinación puede solicitarse siempre que haya un cambio de dosis, un cambio en otras medicaciones o siempre que el receptor del trasplante presente síntomas que sugieran efectos secundarios, toxicidad o rechazo del órgano trasplantado.
Aunque las dosis de sirolimus sean las adecuadas, se pueden producir efectos no deseados como infecciones o curaciones lentas.
Entre otros efectos secundarios se encuentran:
- Estreñimiento
- Diarrea
- Fiebre
- Dolor de cabeza
- Hipertensión
- Aumento de la concentración de lípidos en sangre
- Insomnio
- Náuseas
- Sensibilidad a la luz del sol
- Aumento de peso
Si alguno de los síntomas anteriormente expuestos persiste o se vuelve más severo, se debe avisar al médico.
Algunos de los efectos adversos que deberían ser notificados al médico de manera inmediata son:
- Tos, dificultad para respirar
- Dolor torácico
- Aumento de las pulsaciones
- Palidez cutánea
- Sangrado o aparición de cardenales de manera inusual
- Piel inflamada, enrojecida, agrietada o escamosa
- Urticaria, erupción, picazón
- Dificultad para tragar
- Edemas en la cara, cuello, lengua, labios, ojos, manos, pies, tobillos o zona baja de las piernas
- Disfonía
La monitorización es necesaria mientras dure el tratamiento con sirolimus.
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¿Qué significa el resultado?
Cuando las concentraciones se encuentran por encima del rango terapéutico, pueden aparecer síntomas de toxicidad. Si por el contrario, la concentración de fármaco se encuentra anormalmente baja se puede producir el rechazo del órgano trasplantado. Dependiendo de los resultados, el médico puede ajustar la dosis a cada persona de manera individualizada.
Si el individuo está tomando otros inmunosupresores o cualquier otra medicación, hay que asegurar que no existe una interacción potencial entre dichas medicaciones.
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¿Hay algo más que debería saber?
Los fármacos que inhiben el metabolismo del sirolimus pueden afectar a sus niveles en sangre. Todas las personas deben notificar a su médico cualquier medicación o suplementos que estén tomando. Algunos ejemplos de fármacos que aumentan los niveles de sirolimus en sangre son: medicaciones antifúngicas, claritromicina, eritromicina, isoniazida, inhibidores de proteasas y quinidina. Algunos ejemplos de fármacos que pueden disminuir las concentraciones de sirolimus son: carbamazepina, fenobarbital, fenitoína, rifampicina y nafcilina. Cuando se está en tratamiento con sirolimus debe evitarse la ingestión de zumo de uvas y de suplementos como la hierba de San Juan.
Los individuos en tratamiento con sirolimus no deben alterar nunca la dosificación ni cambiar la hora a la que se toman la medicación sin consultar con su médico. Sirolimus debe administrarse de manera consistente con las comidas. Las mujeres no deberían quedarse embarazadas si están siguiendo este tipo de tratamiento; si están considerando un posible embarazodeberían hablar con su médico acerca de los riesgos asociados.
Sirolimus no debe administrarse con ciertos fármacos que debilitan el sistema inmunológico y aumentan el riesgo de infecciones. Entre ellos se encuentran: voriconazol, natalizumab y rituximab. Los individuos en tratamiento con sirolimus también deberían consultar con su médico antes de recibir cualquier tipo de vacuna.
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¿Cuánto tiempo tendré que tomar sirolimus?
Las personas que han sido sometidas a un trasplante deben tomar fármacos inmunosupresores- incluyendo sirolimus u otros fármacos- durante toda su vida. Es importante hablar con el médico para escoger la mejor opción terapéutica, que puede ir variando a lo largo de la vida.
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¿Quién solicita la determinación de sirolimus?
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¿Dónde se realizan las determinaciones de sirolimus?
La determinación de la concentración de sirolimus puede realizarse en el laboratorio del hospital o ser enviado a un centro de referencia. Debido a que los laboratorios pueden usar métodos distintos, cada laboratorio tendrá valores de referencia diferentes. El médico solicitará esta determinación siempre al mismo laboratorio para así poder comparar los resultados obtenidos a lo largo del tiempo.
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¿Se puede administrar sirolimus a que han sido sometids a otros tipos de trasplantes que no sea el renal o en otro tipo de trastornos?
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¿Se debe comunicar a otros médicos que se está tomando sirolimus?
Si, es una información relevante para ellos, en parte debido a las interacciones entre fármacos y en parte debido al efecto inmunosupresor de sirolimus. Sirolimus puede afectar a la capacidad para curarse, para recibir vacunas y puede aumentar el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer como el cáncer de piel o el linfoma.