Para establecer el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular; para el seguimiento del tratamiento de las concentraciones inadecuadas de lípidos.
Perfil lipídico
Cribado: cuando no existen factores de riesgo: al menos una vez entre los 9 y 11 años de edad, otra entre los 17 y 21 años y posteriormente cada 4-6 años.
Seguimiento: a intervalos regulares cuando existen factores de riesgo, cuando hay antecedentes de resultados alterados o si el paciente está en tratamiento.
La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa del brazo. En ocasiones, se puede utilizar una muestra de sangre obtenida por punción en el dedo (sangre capilar). Las muestras de sangre capilar se suelen utilizar para los analizadores portátiles, como por ejemplo, durante una campaña de concienciación.
Generalmente es necesario estar en ayunas unas 9-12 horas antes de la obtención de la muestra y solamente se puede beber agua. En algunos casos puede realizarse la determinación sin estar el paciente en ayunas. Es importante seguir las instrucciones proporcionadas con la petición analítica, informando si está en ayunas o no en el momento de la extracción de sangre. En los niños y jóvenes sin factores de riesgo, la prueba se puede realizar sin ayunar.
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¿Cómo se utiliza?
El perfil lipídico se utiliza como parte de una escala de valoración del riesgo cardíaco que tiene una persona para desarrollar una enfermedad cardíaca y como guía para la toma de decisiones sobre el tratamiento más recomendable, en función de que el paciente presente un riesgo límite, intermedio o alto. El cribado realizado en la población general puede limitarse a una determinación de colesterol total, realizándose el perfil lipídico en el caso de que el colesterol total esté alterado.
Los resultados del perfil lipídico se consideran en conjunto con otros factores de riesgo cardíaco para orientar el tratamiento y seguimiento. En función de todos ellos, se plantean distintas alternativas terapéuticas que incluyen cambios en el estilo de vida como dieta y ejercicio físico o fármacos como las estatinas para reducir el colesterol.
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¿Cuándo se solicita?
En adultos sin otros factores de riesgo conocidos de enfermedad cardíaca, se recomienda el estudio cada 4-6 años.
Si existen otros factores de riesgo o se tienen antecedentes de tener un colesterol elevado, se recomienda la realización del perfil lipídico completo con mayor frecuencia.
Algunos factores de riesgo, además de un colesterol LDL elevado, son:
- Tabaquismo.
- Sobrepeso u obesidad.
- Dieta inadecuada.
- Sedentarismo (no se realiza suficiente ejercicio).
- Edad (hombres mayores de 45 años y mujeres mayores de 55).
- Hipertensión (presión sanguínea de 140/90 o superior), o recibir tratamiento farmacológico para mantener la presión sanguínea en niveles normales.
- Historia familiar de enfermedad cardíaca a edades tempranas (enfermedad cardíaca en un familiar de primer grado, en un varón menor de 55 años o en una mujer menor de 65 años).
- Antecedentes de enfermedad cardíaca o infarto agudo de miocardio.
- Diabetes mellitus o prediabetes.
Los niños, adolescentes y adultos jóvenes (entre 2 y 24 años) sin factores de riesgo se deben realizar un perfil lipídico al menos una vez entre los 9 y 11 años de edad, y otra entre los 17 y 21 años.
Los niños, adolescentes y adultos jóvenes con factores de riesgo de enfermedad cardíaca deben realizarse el perfil lipídico con mayor frecuencia y de forma más precoz. Algunos factores de riesgo son parecidos a los de los adultos e incluyen una historia familiar de enfermedad cardíaca o la presencia de diabetes, hipertensión arterial o sobrepeso. A los niños que tienen un riesgo elevado se les debería solicitar el perfil lipídico entre los 2 y los 8 años de edad. No se recomienda este tipo de pruebas en los niños menores de 2 años.
Para más información, consultar los artículos referentes a las pruebas de cribado recomendadas en Niños (2-12), Adolescentes (13-18), Adultos jóvenes (19-29), Adultos (30-49) y Adultos mayores de 50 años.
Seguimiento
También puede solicitarse regularmente el perfil lipídico para evaluar si los cambios en el estilo de vida dirigidos a reducir los lípidos (dieta, ejercicio) han resultado eficaces, y para determinar también la eficacia de un tratamiento con estatinas.
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¿Qué significa el resultado en un adulto?
En general, unas concentraciones de lípidos dentro del rango de normalidad permiten mantener un corazón sano y disminuir el riesgo de infarto agudo de miocardio o de accidente vascular cerebral. El médico valorará el colesterol en conjunto con los demás componentes del perfil lipídico, además de otros factores de riesgo de enfermedad cardíaca, para decidir si es necesario instaurar un tratamiento y, decidir el más indicado.
En el año 2019, la European Society of Cardiology (ESC), junto con la European Atherosclerosis Society (EAS), establecieron unas guías de manejo de las dislipemias para la reducción del riesgo cardiovascular. En general, recomiendan la utilización de la tabla SCORE ajustada a las características de la población de cada país. La calculadora de riesgo calibrada para la población española se puede consultar en la web de Heartscore.
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¿Qué significa el resultado en niños, adolescentes y adultos jóvenes?
En el caso de que existan factores de riesgo para desarrollar una enfermedad cardíaca, se recomienda realizar el cribado mediante un perfil lipídico completo en ayunas. En los niños sin factores de riesgo, no se considera necesario guardar el ayuno antes de la realización de la prueba. En el caso de que se realice la prueba sin estar en ayunas, se calcula el colesterol no-HDL a partir de los resultados de colesterol total y colesterol HDL.
Los puntos de corte recomendados son los siguientes:
Prueba
Aceptable (mg/dL)
Subóptimo (mg/dL)
Elevado (mg/dL)
Niños y adolescentes (2-18 años)
Colesterol total
inferior a 170
170 - 199
superior o igual a 200
Colesterol no-HDL
inferior a 120
120 - 144
superior o igual a 145
Adultos jóvenes (19-24 años)
Colesterol total
inferior a 190
190 - 224
superior o igual a 225
Colesterol no-HDL
inferior a 150
150 - 189
superior o igual a 190
*Adaptado de "Expert panel on integrated guidelines for cardiovascular health and risk reduction in children and adolescents: Summary report." Pediatrics 2011; 128.
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¿Qué tratamientos se recomiendan ante una concentración de lípidos inadecuada?
La base para mantener un corazón sano y tratar el colesterol alto es seguir un estilo de vida saludable, especialmente mediante una dieta baja en grasas saturadas y grasas trans, además de abandonar el tabaco, controlar la hipertensión y la diabetes y realizar ejercicio moderado. Si el paciente tiene dificultades para adoptar estos cambios en el estilo de vida, es posible derivarlo a un nutricionista para recibir asesoramiento.
Otra opción que se puede barajar cuando los cambios en el estilo de vida por sí solos no surten el efecto deseado es el tratamiento farmacológico con estatinas. El médico deberá asesorar al paciente sobre la indicación del tratamiento en función de la historia clínica, los resultados de la determinación del colesterol LDL y el cálculo del riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular. Generalmente, las estatinas son el tratamiento de primera elección para disminuir el colesterol LDL. A los pacientes en tratamiento con estatinas se les realizará la determinación del colesterol LDL de forma periódica, para comprobar que el fármaco está ejerciendo su función. Si el colesterol LDL no disminuye lo suficiente, es posible que el médico decida aumentar la dosis o añadir fármacos adicionales.
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¿Cuál es la diferencia entre la prevención primaria y la prevención secundaria de la enfermedad cardiovascular?
La prevención primaria se realiza para reducir el riesgo de sufrir un evento cardiovascular por primera vez (como un infarto agudo de miocardio o un accidente vascular cerebral). Su principal beneficio es que permite prevenir la aparición de la enfermedad cardiovascular, aunque también tiene riesgos relacionados con los posibles efectos adversos del uso de estatinas u otros medicamentos hipolipemiantes durante períodos de tiempo prolongados.
La prevención secundaria consiste en el tratamiento que se proporciona al paciente después de que éste haya sufrido algún evento cardiovascular. Es probable que también incluya estatinas, pero se realiza para reducir el riesgo de sufrir un segundo evento cardiovascular.
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Si el resultado de una determinación de colesterol ha sido menor de 200 mg/dL (5,18 mmol/L), ¿es necesario realizar un perfil lipídico?
Si el colesterol total está por debajo de 200 mg/dL (5,18 mmol/L) y no existe historia familiar de enfermedad cardíaca u otros factores de riesgo, probablemente no es necesario realizar un perfil lipídico completo. Sin embargo, puede ser aconsejable una determinación del colesterol HDL para confirmar que no se encuentra disminuido.
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¿En qué consiste la determinación directa de colesterol LDL?
En la mayoría de los perfiles lipídicos realizados con finalidades de cribado, el colesterol LDL se calcula a partir de las otras determinaciones. No obstante, este cálculo no es válido cuando la concentración de los triglicéridos es superior a 400 mg/dL (4,52 mmol/L). En estos casos se debe medir el colesterol LDL de forma directa (LDL directo) o mediante ultracentrifugación que permita separar las distintas fracciones lipídicas.
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¿Es posible realizar el perfil lipídico en casa?
Existen algunas pruebas para medir el colesterol total que se pueden realizar en casa. Tan solo es necesario realizar una punción en el dedo y dejar caer una gota de sangre en una tira de papel que cambiará de color en función de la concentración de colesterol.
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¿Hay algo más que debería saber?
Existe un interés creciente en medir los triglicéridos en las personas que no han guardado el ayuno. De esta forma la muestra sería más representativa de la concentración habitual de triglicéridos del paciente, ya que la concentración de lípidos a lo largo del día suele ser postprandial (después de comer). Sin embargo, de momento no se sabe con certeza cómo se deberían interpretar estos resultados para establecer un riesgo, por lo que no se ha introducido todavía ninguna modificación a las recomendaciones actuales.
La evaluación rutinaria del riesgo cardíaco incluye la solicitud de un perfil lipídico en ayunas. Además, se sigue investigando la utilidad de otros marcadores de riesgo cardíaco, como la determinación de partículas LDL (LDL-P), la Lp-PLA2, la proteína C reactiva ultrasensible, la lipoproteína A, la apolipoproteína A o la apolipoproteína B. El médico puede valorar la realización de alguna de estas determinaciones para valorar el riesgo cardíaco de un paciente concreto, pero no existe consenso médico sobre su utilidad y no están disponibles en todos los centros. Para más información, consultar el artículo sobre Riesgo cardíaco.





