Proteína C y proteína S

5/12/2021

También conocido como: proteína C actividad, concentración de Proteína C, proteína S actividad, concentración de proteína S

Nombre sistemático: proteína C funcional o antigénica, proteína S funcional o antigénica (libre o total)

Aspectos generales

¿Por qué hacer el análisis?

Para evaluar la formación inapropiada de coágulos de sangre (episodio trombótico o tromboembolismo) como la trombosis venosa profunda (TVP) o la embolia pulmonar (EP); para determinar si se puede padecer una deficiencia de proteína C o proteína S.

¿Cuándo hacer el análisis?

Cuando se forman coágulos de manera inexplicable; especialmente cuando no hay factores de riesgo asociados, cuando se tiene un coágulo de sangre a una edad temprana (menor de 50 años) o en un lugar inusual; cuando un recién nacido presenta un trastorno grave de la coagulación; a veces, cuando algún familiar cercano tiene una deficiencia hereditaria de proteína C o proteína S.

¿Qué muestra se requiere?

La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa.

¿Es necesario algún tipo de preparación previa?

Se debe esperar hasta que el coágulo de sangre haya sido tratado y se resuelva antes de realizarse esta prueba. También se puede indicar que se suspenda la terapia anticoagulante.


¿Qué es lo que se analiza?

La proteína C y la proteína S son proteínas sanguíneas que contribuyen a formar el coágulo de sangre. Para evaluar estas proteínas se realizan dos pruebas diferentes, que están indicadas cuando se forman coágulos en exceso (estados de hipercoagulabilidad sanguínea). Las pruebas miden la cantidad de cada una de estas proteínas, evaluando además si funcionan correctamente.

Normalmente, cuando se produce una lesión en la pared de un vaso sanguíneo o en un tejido del organismo, se pone en marcha un proceso conocido como hemostasia con la finalidad de formar un tapón en el sitio de la lesión para detener el sangrado. Durante este proceso, unos pequeños fragmentos celulares conocidos como plaquetas se adhieren al foco de la lesión, a la vez que se inicia la cascada de la coagulación, proceso que implica la activación de diversas proteínas conocidas como factores de la coagulación. Finalmente se forma un coágulo estable que impide el sangrado y que permanece en el lugar de la lesión hasta que se produce la cicatrización de la herida. Cuando el coágulo ya no es necesario, se ponen en marcha unos mecanismos para destruirlo. Para que este proceso funcione adecuadamente es necesario que exista una cantidad suficiente de plaquetas y de factores de la coagulación, que por otra parte deben funcionar normalmente.

Las proteínas C y S trabajan de manera conjunta y contribuyen a regular el proceso de formación del coágulo. Inactivan unos factores de la coagulación específicos (el V y el VIII) que son imprescindibles para que la sangre pueda coagular. Esto tiene por efecto enlentecer la formación de nuevos coágulos. Si no existe suficiente proteína C o proteína S, o si una de ambas no funciona correctamente, entonces la formación de coágulos continúa de manera incontrolada. Esto puede conducir a una coagulación excesiva o inadecuada. Los trastornos derivados de esta alteración pueden ser leves o graves.

Los problemas relacionados con la proteína C o la proteína S pueden ser adquiridos y secundarios a otra causa, como enfermedad hepática, enfermedad renal, infecciones graves o cáncer o bien heredados (transmitidos de padres a hijos). En este último caso tanto la deficiencia de proteína C como la de proteína S tienen un patrón autosómico dominante. Una de cada 300 personas es heterocigota, es decir tiene un gen normal y un gen anómalo, y presenta por ello una deficiencia de proteína C. Sin embargo, solo una de cada 20.000 personas presenta deficiencias de proteína C o de proteína S que ocasionen síntomas.

Existen dos tipos de deficiencias hereditarias de proteína C:

  • Tipo 1: está en relación con la cantidad.
  • Tipo 2: está en relación con una función anormal, y es menos frecuente que el tipo 1.

La proteína S existe en dos formas, libre y unida a otra proteína, pero sólo la forma libre es la disponible para combinarse con la proteína C. Existen 3 tipos de deficiencias hereditarias de proteína S:

  • Tipo 1: debida a una cantidad insuficiente.
  • Tipo 2: debida a una función anómala.
  • Tipo 3: debida a una disminución de proteína S libre, pero la proteína S total es normal.

Preguntas comunes

¿Cómo se utiliza?

Las pruebas para la proteína C y la proteína S suelen solicitarse para evaluar posibles trastornos de la coagulación (estados de hipercoagulabilidad sanguínea) y/o para diagnosticar la causa de una trombosis venosa profunda (TVP) o de un tromboembolismo venoso (TEV).

Las pruebas para la proteína C y la proteína S evalúan ya sea la función (actividad) o la cantidad (antígeno):

  • Las pruebas funcionales suelen solicitarse junto con otras pruebas para evaluar la hipercoagulabilidad, para investigar si la actividad del factor en cuestión es normal y suficiente.
  • Basándose en estos resultados, se miden también las concentraciones de las proteínas C y S para conocer si la disminución de la actividad se debe a una producción disminuida o a una función anormal y para ayudar a clasificar el tipo de deficiencia. Para la proteína S se recomienda primero determinar la forma libre de la proteína S antigénica, ya que con la prueba funcional pueden existir interferencias por otros trastornos. Si la falta de proteína C o proteína S es debida a una alteración genética hereditaria, la cantidad de proteína C y de proteína S disponible y su grado de actividad puede ser útil para determinar si un individuo tiene una copia (heterocigoto) o más raramente dos copias (homocigoto) de la mutación en cuestión.

¿Cuándo se solicita?

La proteína C y la proteína S se solicitan cuando:

  • Se ha sufrido un episodio trombótico o un tromboembolismo, especialmente si la persona que lo ha sufrido es menor de 50 años y/o no presenta razones obvias para desarrollar coágulos.
  • Se ha tenido un coágulo en una ubicación inusual, como las venas que provienen del hígado o el riñón o los vasos sanguíneos del cerebro.
  • Se han tenido múltiples episodios de coagulación.
  • No presenta razones obvias para desarrollar coágulos.

Las concentraciones de proteína C y proteína S se ven afectadas cuando existe un coágulo de sangre y por el tratamiento de los coágulos.  Por lo tanto, para determinar las concentraciones iniciales, las pruebas deben realizarse después de que el coágulo de sangre haya sido tratado y se haya resuelto y después de que se haya finalizado la terapia anticoagulante.

Normalmente, esto significa que el médico tratará el tromboembolismo venoso (TEV) o la trombosis venosa profunda (TVP), eliminará la amenaza inminente que supone el coágulo sanguíneo, y someterá al individuo a una pauta de tratamiento anticoagulante limitada (a menudo entre 3 y 6 meses).

Una prueba que evidencie una disminución en la concentración o la actividad de la proteína C o proteína S debería repetirse antes de proceder a un diagnóstico. Si se detecta una deficiencia adquirida, las concentraciones de proteína C y proteína S puede monitorizarse a medida que la situación subyacente progresa o cuando se ha resuelto.

Las pruebas para proteína C y proteína S pueden solicitarse cuando un recién nacido presenta un trastorno grave de la coagulación, como una coagulación intravascular diseminada (CID) o una púrpura fulminante.

Las pruebas para la proteína C y la proteína S también pueden solicitarse en familiares de personas con deficiencias hereditarias de proteína C o proteína S, especialmente si el individuo afectado presenta una forma grave o tuvo su primer episodio trombótico a una edad temprana.

¿Qué significa el resultado?

Concentraciones de proteína C y proteína S normales, indican que es normal la regulación de la formación de coágulos. Ambas situaciones pueden llevar a un riesgo aumentado de desarrollar un coágulo que bloquee el flujo de sangre en las venas.

  • El grado de riesgo de coagulación sanguínea depende del grado de deficiencia y/o disfunción de la proteína.
  • Concentraciones bajas pueden ser el resultado de que el cuerpo no produzca lo suficiente o no utilice demasiadas proteínas o bien produzca proteínas que no funcionan correctamente.
  • Concentraciones bajas o proteínas disfuncionales pueden deberse a condiciones adquiridas subyacentes o, con menos frecuencia, trastornos hereditarios (genéticos).

Deficiencias adquiridas

Concentraciones disminuidas de proteína C y proteína S pueden estar asociadas a una producción insuficiente o a un aumento de su uso. Estas deficiencias pueden tener una gravedad variable y ser agudas, crónicas o progresivas. Algunos ejemplos son los siguientes:

  • Ambas proteínas se sintetizan en el hígado y son dependientes de vitamina K.

         -Enfermedad hepática.

         -Deficiencia de vitamina K .

         -Tratamientos anticoagulantes antivitamina K (warfarina).

Deficiencias hereditarias

A pesar de que las mutaciones hereditarias en los genes que producen la proteína C y la proteína S son relativamente raras, pueden resultar en:

  • Disminución de la producción de proteína C o proteína S.
  • Proteína C o proteína S anómala que impide que funcionen correctamente.
  • Proteína S anómala que se elimina más rápidamente del organismo, como se observa en el déficit de tipo 3.

Estas mutaciones son independientes una de otra siendo más probable que la mutación afecte a una u otra proteína (proteína C o proteína S). Las alteraciones en el gen pueden heredarse de manera homocigota o heterocigota, en función de si ambas copias o una copia del gen están alteradas, respectivamente.

Una mutación de tipo heterocigoto aumenta el riesgo de desarrollar una trombosis venosa profunda (TVP) y/o un tromboembolismo venoso (TEV) pero la de tipo homocigoto, más rara, en cualquiera de los genes puede llevar a una coagulación excesiva y grave, que en el recién nacido puede ocasionar una púrpura fulminante o una coagulación intravascular diseminada (CID) comprometiendo su vida; esta situación requiere una vigilancia médica durante toda la vida para evitar la aparición de episodios trombóticos recurrentes.

Una vez que se confirma una deficiencia hereditaria, el médico lo tendrá en cuenta para cuando se encuentre en situaciones que aumenten el riesgo de coagulación, como cirugía, quimioterapia para el cáncer o uso de anticonceptivos orales

Existen tres tipos de déficit de proteína S asociados a estados de heterocigosis para proteína S. Las personas heterocigotas para el déficit de proteína S presentan un riesgo 10 veces mayor que las personas normales de desarrollar un TEV. En la tabla siguiente se resumen los resultados hallados en cada una de las deficiencias. Los tipos más frecuentes son el 1 y el 3.

Una concentración elevada de proteína C y proteína S no suele conllevar problemas ni se considera clínicamente significativa.

¿Qué otras pruebas se pueden solicitar?

Es probable que el médico también ordene otras pruebas para buscar enfermedades o afecciones subyacentes, como enfermedad hepática, deficiencia de vitamina K o cáncer, que pueden causar una coagulación inadecuada de la sangre (sangrado o trombosis). Ejemplos de otras pruebas que pueden usarse para investigar la coagulación excesiva incluyen:

¿Hay algo más que debería saber?

Si existen deficiencias de otros factores de la coagulación, como en déficits de antitrombina o en algunos trastornos hereditarios como la mutación del factor V Leiden o la mutación 20210 de la protrombina, las consecuencias de un déficit de proteína C o proteína S se exacerban.

¿Cómo se trata una deficiencia de proteína C o proteína S?

Si no se ha experimentado un coágulo de sangre, es posible que no necesite tratamiento. Se puede recetar una terapia de anticoagulación estándar si se experimenta un coágulo de sangre. Impide que un coágulo de sangre crezca mientras el cuerpo lo reabsorbe lentamente y también ayuda a prevenir la formación de nuevos coágulos. El tratamiento o la resolución de afecciones subyacentes y la prevención de otros factores de riesgo, como fumar, pueden reducir el riesgo de coágulos sanguíneos.

Cuando sea necesario, se puede administrar plasma fresco congelado, que contiene proteína C y proteína S, como medida preventiva a corto plazo (por ejemplo, antes de un procedimiento quirúrgico pero este no es un tratamiento que se pueda utilizar a diario.

La Food and Drug Administration (FDA) aprobó un concentrado de proteína C para su uso en pacientes con deficiencia de proteína C, y se usa inmediatamente para el tratamiento de bebés que sufren de deficiencia grave de proteína C y desarrollan púrpura fulminante. Sin embargo, su uso en otras poblaciones sigue siendo controvertido.

¿Puede realizarse esta prueba durante el tratamiento anticoagulante?

Los fármacos anticoagulantes pueden influir en los resultados de las pruebas funcionales y antigénicas para proteína C y proteína S. Por lo tanto, es posible que deba interrumpir el tratamiento anticoagulante durante un tiempo antes de la obtención de la muestra para realizar el análisis.

¿Se puede hacer algo para aumentar la concentración  de proteína C y proteína S?

No directamente. Si se presentan deficiencias debidas a una situación transitoria (como embarazo o infección) éstas se normalizarán por sí mismas. Si se deben a una causa subyacente, como enfermedad hepática o deficiencia de vitamina K, debe resolverse primero esta situación. Si se tienen deficiencias o disfunciones hereditarias de alguna de estas 2 proteínas, el médico informará sobre la necesidad de disminuir otros factores de riesgo de formación de coágulos como no fumar, y evitar el uso de anticonceptivos orales. S

¿Deberían someterse a análisis los familiares de una persona con deficiencia hereditaria de proteína C o proteína S?

No necesariamente. No se recomienda un cribado rutinario debido a que la penetrancia de los genes es baja. Esto significa que aunque se tenga la alteración genética, puede no presentarse nunca un problema relacionado con la formación de coágulos. Sin embargo, al médico le puede interesar solicitar estas pruebas si el individuo tiene una historia familiar significativa de una deficiencia grave de proteína C o proteína S, o antecedentes de haber sufrido episodios trombóticos siendo joven.

Enlaces

Pruebas relacionadas:

Anticuerpos antifosfolípidos

Antitrombina

Estados fisiológicos y enfermedades:

Enfermedad hepática

Enfermedad renal

Síndrome antifosfolípido

Coagulación intravascular diseminada

Estados de hipercoagulabilidad sanguínea

En otras webs:

Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH)

National Heart, Lung, and Blood Institute (NIH): ¿Qué es el tromboembolismo venoso?

Medline: Coágulos sanguíneos

Medline: Deficiencia congénita de proteína C o S

Anales de Pediatría: Valores de antitrombina, proteína C y proteína S en parejas madre-recién nacido durante el posparto

Medline: Examen de proteína S en la sangre

National Blood Clot Alliance. Stop the Clot

National Organization for Rare Disorders (NORD): Protein C Deficiency

National Organization for Rare Disorders (NORD): Protein S Deficiency


También conocido como:
HSV-1, HSV-2, HHV1, HHV2, VHS, herpes oral, herpes labial, herpes genital
Nombre sistemático: virus del herpes simple tipo 1 y tipo 2

Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para hacer un cribado o un diagnóstico de la infección por el virus del herpes simple (VHS).                  

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