También conocido como: pancreatitis aguda, pancreatitis crónica, pancreatitis alcohólica, inflamación del páncreas
¿En qué consiste?
La pancreatitis es una inflamación del páncreas. Puede ser a corto plazo (pancreatitis aguda) o a largo plazo (pancreatitis crónica).
El páncreas es un órgano estrecho y delgado, localizado en la zona profunda de la cavidad abdominal, detrás del estómago y por debajo del hígado. Se divide en cabeza, cuerpo y cola; la cabeza conecta con el inicio del intestino delgado (duodeno).
- Dentro del páncreas se encuentran pequeños conductos que transportan enzimas digestivos y bicarbonato a lo largo del páncreas, desde la cola hasta la cabeza y se vierte dentro del duodeno a través del conducto pancreático, que es el principal.
- El conducto biliar también atraviesa la sección de la cabeza del páncreas, transportando bilis desde el hígado y la vesícula hasta el intestino delgado.
- El conducto biliar y el pancreático generalmente se unen justo antes de llegar al duodeno y comparten una abertura común en el intestino delgado.
El páncreas está formado por dos clases de tejido con diferente función:
- Páncreas exocrino: es el encargado de producir, almacenar y secretar enzimas para la digestión de las grasas, proteínas y carbohidratos en el intestino delgado. Los enzimas normalmente se sintetizan y secretan al duodeno en forma inactiva y cuando sea necesario se activaran en el momento de la digestión. También es el encargado de producir y secretar bicarbonato que neutraliza los ácidos del estómago y permite la activación de los enzimas pancreáticos
- Páncreas endocrino: su función es producir hormonas, incluidas la insulina y el glucagón, que son liberadas al torrente circulatorio. Estas hormonas regulan el transporte de glucosa a dentro de las células que es dónde se consume para producir energía, manteniéndose así unos niveles adecuados de glucosa en sangre.
La pancreatitis se produce cuando los enzimas digestivos se activan precozmente, produciendo afectación del tejido pancreático inflamándolo.
Pancreatitis aguda
La inflamación se desarrolla rápidamente y remite al cabo de unos cuantos días o semanas.
- La causa principal son cálculos biliares que bloquean el conducto pancreático y el abuso del alcohol a largo plazo.
- Los ataques que sean moderados o graves deberán de requerir ingreso hospitalario para poder monitorizar al paciente y evitar complicaciones.
- Con un tratamiento adecuado los ataques remitirán en unos cuantos días y en los casos moderados el páncreas se recupera totalmente sin ninguna secuela.
- Los procesos recurrentes de pancreatitis aguda pueden acabar derivando en una pancreatitis crónica.
Pancreatitis crónica
La inflamación del páncreas se alarga en el tiempo.
- El abuso del alcohol puede ser una de las principales causas y si es combinado con el consumo de tabaco el riesgo es aún mayor.
- Esto puede conducir a la formación de tejido cicatricial en el páncreas impidiendo el funcionamiento.
- Un páncreas no funcional puede derivar en problemas digestivos y diabetes.
La incidencia de pancreatitis y las variables demográficas varían en función del tipo que sea, la aguda alcohólica es más frecuente en hombres y la aguda biliar es ligeramente más común en mujeres. No hay datos recientes sobre la incidencia en España pero se estima que en el caso de la pancreatitis aguda es de 35–40 casos por cada 100000 habitantes/año y en el de la crónica de 14 por cada 100.000 habitantes/año.
Causas
El alcoholismo y las enfermedades biliares son las principales causas de pancreatitis, pero hay más:
- Fármacos: como el ácido valproico y los estrógenos.
- Infecciones víricas: como paperas e infecciones por el virus de Epstein-Barr.
- Concentraciones extremadamente elevadas de triglicéridos en sangre o hipercalcemia (aumento del calcio en sangre).
- Fibrosis quística o ser portador de alguna mutación causante de la enfermedad.
- Trastornos hereditarios que conllevan la activación precoz de los enzimas digestivos.
- Cáncer de páncreas.
- Algunas enfermedades autoinmunes.
- Cirugía realizada en el área del páncreas (como cirugía del conducto biliar).
- Traumatismos abdominales.
Algunos casos no tienen un factor causante concreto. Pueden darse varios casos en una misma familia y se sabe que hay algunos genes que contribuyen al incremento del riesgo de pancreatitis.
Acerca de la pancreatitis
Signos y síntomas
Pancreatitis aguda
Los signos y síntomas más frecuentes incluyen:
- Dolor grave en la parte alta del abdomen que puede irradiarse a la espalda y comúnmente incrementar después de comer o estar acostado. Este dolor puede ser llamado epigástrico ya que ocurre en la parte alta-media del abdomen.
- Náuseas y vómitos.
- Fiebre.
- Pulso rápido.
- Hinchazón abdominal.
Estos ataques causan una inflamación local, hinchazón y hemorragia en el páncreas que suele desaparecer con el tratamiento adecuado y no causar secuelas o que estas sean leves.
Sin embargo a veces los ataques de pancreatitis aguda son graves y causan complicaciones como:
- Muerte tisular (necrosis).
- Quistes pseudopancreáticos (líquido y tejido destruido que puede infectarse).
- Infección.
- Hipotensión (tensión arterial baja) que puede causar shock.
- Dificultad para respirar.
- Fallo renal.
Es importante acudir al médico si aparecen estos signos y síntomas, ya que la gravedad de los síntomas no refleja necesariamente la magnitud de la lesión, y además otras enfermedades que requieren distinto tratamiento pueden causar síntomas similares. Diagnosticar y tratar los ataques graves tan rápido como sea posible es de vital importancia para prevenir complicaciones y reducir la inflamación, así como limitar la infección.
Pancreatitis crónica
Los pacientes con pancreatitis crónica pueden padecer crisis recurrentes con síntomas similares a los de la pancreatitis aguda; la frecuencia de estas crisis aumenta a medida que la situación avanza. El dolor de la pancreatitis crónica puede ser grave y continuo o bien intermitente, y puede agravarse al comer, beber y con la toma de bebidas alcohólicas.
Al final, el tejido pancreático aparece cada vez más cicatrizado y las células que sintetizan los enzimas digestivas quedan completamente destruidas, causando:
- Insuficiencia pancreática.
- Pérdida de peso.
- Malnutrición.
- Ascitis.
- Pseudoquistes pancreáticos (líquido y tejido destruido que puede infectarse).
- Deposiciones grasas.
Como consecuencia de la destrucción de las células que sintetizan insulina, el paciente puede desarrollar una diabetes.
Pruebas relacionadas
La pancreatitis se diagnostica con un examen físico, historia médica, análisis de sangre y pruebas de imagen. Al menos dos de los siguientes criterios tienen que cumplirse para que se establezca un diagnóstico de pancreatitis aguda:
- Dolor abdominal que sea “consistente con la enfermedad”.
- Concentraciones de lipasa o amilasa (enzimas producidos por el páncreas) incrementadas 3 veces por encima del rango de la normalidad.
- Pruebas de imagen abdominales “características”.
Pruebas de laboratorio
Los análisis de sangre se utilizan para medir las concentraciones de dos enzimas producidos por el páncreas:
- Lipasa (de elección): enzima que, junto con la bilis del hígado, digiere las grasas. La lipasa es más específica que la amilasa para el diagnóstico de enfermedades pancreáticas especialmente para pancreatitis agudas. Su concentración aumenta en sangre entre las 4-8 horas después del inicio de una crisis aguda y normalmente vuelve a la normalidad al cabo de una semana. A medida que la pancreatitis crónica progresa, los niveles de lipasa pueden ser normales o incluso bajos.
- Amilasa: es el enzima pancreático responsable de la digestión de los carbohidratos. Es una prueba sensible pero no específica para enfermedades pancreáticas. El incremento de la amilasa sérica se inicia a las 2–12 horas después del inicio de los síntomas, alcanzando un máximo a las 12–72 horas. El aumento puede ser de 5 a 10 veces el límite superior de normalidad y en general se normaliza al cabo de una semana. Las concentraciones de amilasa pueden ser útiles en la pancreatitis crónica, observándose un aumento moderado hasta que las células que la producen son destruidas.
Otras pruebas que pueden utilizarse en la pancreatitis aguda para comprobar la existencia de complicaciones, incluyen:
- Hemograma (con recuento de las células de la serie blanca para descartar infección).
- Triglicéridos.
- Estudio metabólico con medida de bilirrubina y pruebas de función hepática.
- Glucosa.
- Calcio.
- Magnesio.
- Proteína C reactiva (para evaluarla inflamación).
Otras pruebas que pueden ser de utilidad en el diagnóstico y la evaluación de la pancreatitis son:
- Elastasa pancreática en heces: es una técnica que mide las concentraciones de elastasa en muestras de heces. La concentración de elastasa se verá disminuida en casos de insuficiencia pancreática, que puede ser causada por la pancreatitis crónica.
- Quimiotripsina: enzima pancreático que no debería de encontrarse en heces si no hay una insuficiencia pancreática.
- Tripsinógeno: es una prueba que mide la concentración de tripsinógeno, un precursor inactivo producido por el páncreas que es convertido en tripsina (forma activa). La tripsina es una enzima pancreática que digiere proteínas y puede encontrarse elevada en la insuficiencia pancreática.
- Prueba del cloruro en sudor: para el diagnóstico de la fibrosis quística y también pruebas genéticas para detectar mutaciones asociadas a la fibrosis quística o a otras causas de pancreatitis hereditarias.
- Determinación de grasas en heces.
Otras pruebas diagnósticas (ajenas al laboratorio)
Las pruebas de imagen pueden ser útiles para el diagnóstico de pancreatitis:
- Tomografía computarizada (TC): para detectar inflamación o tejido cicatricial en el páncreas.
- Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE): prueba que utiliza un tubo flexible introducido por la boca hacia el esófago y el estómago, alcanzando el páncreas, para observar y en algunas ocasiones retirar, cálculos biliares, a la vez que se analiza si existen anomalías celulares o tisulares.
- Colangiopancreatografía con resonancia magnética: un tipo de resonancia magnética nuclear utilizada para visualizar las vías biliares y el páncreas; a menudo utilizada antes o en lugar de la CPRE. Es de utilidad para diferenciar entre pancreatitis y cáncer de páncreas.
- Ultrasonido: para crear y enviar imágenes del páncreas a un monitor de video. Una endoscopia de ultrasonido consiste en introducir un tubo fino y flexible para poder ver el tracto digestivo por dentro de manera más precisa que una ecografía.
Si desea más información acerca de estos estudios, acceda al siguiente enlace.
Prevención
No se puede prevenir la pancreatitis, pero sí que hay formas de disminuir el riesgo de padecer ataques y evitar que la pancreatitis aguda acabe causando una de tipo crónico. Las medidas a tomar son:
- Dejar de beber alcohol.
- Dejar de fumar.
- Mantener un peso corporal adecuado.
- Seguir una dieta baja en grasas.
Tratamiento
La pancreatitis exige atención médica rápida. Durante una crisis aguda, existe la posibilidad de que el páncreas sea destruido en pocas horas, causando complicaciones que pueden llegar a comprometer la vida del individuo.
Pancreatitis aguda
Por norma general se trata en el hospital y consiste en:
- Medicación para el dolor.
- Antibióticos para tratar la infección.
- Mantenerse en ayuno para dejar el páncreas en reposo durante unos días hasta que desaparezcan los síntomas.
- Administración de fluidos intravenosos.
- Administrar nutrición vía nasogástrica o directamente al tracto digestivo.
El equipo médico realizará una monitorización para poder tratar cualquier complicación. En algunos casos puede que sea necesario requerir a la cirugía para tratar la causa de la pancreatitis como los cálculos biliares. Si la causa es el alcohol se deberá de realizar un tratamiento de desintoxicación.
Pancreatitis crónica
El tratamiento de la pancreatitis crónica consiste en prevenir futuras crisis, minimizar la lesión pancreática, y tratar las lesiones existentes. La abstinencia alcohólica es crítica en la prevención de futuras crisis. En algunos casos puede ser útil seguir una dieta pobre en grasas, con el objetivo de reducir la carga del páncreas, así como la administración de suplementos de enzimas pancreáticos para intentar corregir los posibles déficits y la malabsorción. En otros casos pueden ser necesarios suplementos de vitaminas liposolubles y de calcio. Los valores de glucosa en sangre se controlan con frecuencia, y en algunos casos en los que el paciente haya desarrollado una diabetes se requerirá administrar insulina; en estos casos los antidiabéticos orales no suelen ser útiles.
El control del dolor es una parte importante del tratamiento, ya que durante el curso de la enfermedad puede llegar a ser de moderado a severo. En algunos pacientes es necesaria la administración de narcóticos y antidepresivos. Con el tiempo y la disminución de la función pancreática, la intensidad del dolor puede disminuir.
En algunos casos es necesario recurrir a la cirugía, con el objetivo de eliminar una parte o la totalidad del páncreas y/o evitar o eliminar obstrucciones. Es importante tener presente que la cirugía pancreática es muy difícil.
Los pacientes con pancreatitis crónica presentan un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de páncreas. Por este motivo, de la misma manera que el médico supervisa el estado de la pancreatitis crónica, también vigilará la aparición de un posible cáncer.
Enlaces
Pruebas relacionadas
Estados fisiológicos y enfermedades
En otras webs:
Clínica Universidad de Navarra (CUN): Pancreatitis aguda
Manual MSD: Pancreatitis aguda
The George Washington University Hospital: Pancreatitis