Resistencia insulínica

13/4/2022

También conocido como: resistencia a la insulina

¿Qué es la resistencia insulínica?

La resistencia a la insulina es una enfermedad en la que las células del cuerpo no responden correctamente a la hormona insulina. La insulina es producida por el páncreas y es importante para el transporte, uso y almacenamiento de la glucosa, principal fuente de energía del cuerpo. La insulina regula el transporte de glucosa a los músculos esqueléticos, al tejido adiposo y al hígado, donde esta es necesaria para la producción de energía.

  • Después de una comida, normalmente los carbohidratos que se ingieren se descomponen en glucosa y otros azúcares simples que son absorbidos por el intestino.
  • Esto hace que aumenten las concentraciones de glucosa en la sangre y estimula al páncreas para que libere insulina en el torrente sanguíneo.
  • La cantidad de insulina liberada corresponde al tamaño y contenido de la comida.
  • La insulina ayuda a transportar la glucosa a las células del cuerpo, donde se utiliza como energía.
  • A medida que la glucosa ingresa en las células y se descompone (metaboliza), la concentración de glucosa en sangre desciende y el páncreas responde disminuyendo la liberación de insulina.
  • La insulina trabaja junto con el glucagón, otra hormona pancreática, para mantener los valores de glucosa en sangre dentro de un rango estrecho.

Si las células del cuerpo son menos sensibles a la insulina, entonces se transporta menos glucosa desde la sangre a las células.

  • Los valores de glucosa en sangre seguirán siendo altos, pero las células se "mueren de hambre".
  • El páncreas lo compensa produciendo más insulina, para tratar de movilizar más glucosa a las células.
  • En la mayoría de los casos, el páncreas puede mantener el ritmo de la necesidad de insulina adicional durante muchos años. La mayoría de las personas con resistencia a la insulina no desarrollan diabetes.
  • En algunos casos, el páncreas finalmente no puede satisfacer la demanda y la glucosa en sangre continúa aumentando, lo que provocará una diabetes tipo 2.

La causa de la resistencia a la insulina no se comprende completamente. Los expertos creen que los principales factores que contribuyen son el sobrepeso, especialmente el exceso de grasa abdominal, y la falta de ejercicio. También se cree que la afección se debe en parte a factores genéticos y al origen étnico.

La resistencia a la insulina es la característica principal del "síndrome metabólico". El síndrome metabólico se describe como un conjunto de características que vinculan el exceso de grasa alrededor de la cintura (obesidad abdominal) y la resistencia a la insulina con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, así como de otros problemas, como accidentes cerebrovasculares. La obesidad también aumenta el riesgo de varios tipos de cáncer.

Las características del síndrome metabólico incluyen:

  1. Glucosa en sangre elevada.
  2. Una concentración elevada de triglicéridos.
  3. Valores bajos de lipoproteínas de alta densidad (HDL).
  4. Presión arterial elevada.

Se debe tener en cuenta que todas las personas con síndrome metabólico no tendrán necesariamente estas cuatro características. (Para obtener detalles adicionales, consulte el artículo sobre el síndrome metabólico).

Acerca de la resistencia insulínica

Complicaciones

Si no se trata, con el tiempo la resistencia a la insulina puede provocar otras afecciones graves. Los efectos nocivos de la resistencia a la insulina resultan de:

  • Las consecuencias de la propia insulina elevada en sangre (ya que el cuerpo intenta compensarlo).
  • Los efectos inadecuados de la insulina debido al aumento de la misma en sangre.

Los valores elevados de insulina en la sangre, con el tiempo, pueden tener efectos nocivos, como:

  • Endurecimiento de las arterias (aterosclerosis): los estudios han demostrado una fuerte asociación entre la aterosclerosis y la insulina elevada, pero no está claro si la insulina elevada en sí misma causa la aterosclerosis.
  • Presión arterial elevada.
  • Mayor riesgo de coágulos de sangre en las arterias.
  • Valores elevados de ácido úrico en sangre: pueden causar gota, que es un síntoma clásico del síndrome metabólico.
  • Aumento de las hormonas masculinas (andrógenos): las mujeres con síndrome metabólico pueden tener un exceso de vello facial y corporal, pérdida de cabello en la parte superior de la cabeza (calvicie), voz más grave y, a menudo, padecen síndrome del ovario poliquístico (SOP). Este síndrome puede causar períodos menstruales irregulares, ausencia de períodos menstruales y/o infertilidad.
  • Presencia de parches oscuros o marcas en la piel (acantosis nigricans): pueden ocurrir donde la piel roza consigo misma, como en el cuello, la ingle, las axilas y, en las mujeres, debajo de los senos. En casos graves, se puede observar un aumento de la pigmentación en las mejillas y en la cara.

Muchos de estos factores (por ejemplo: hipertensión, aumento de la coagulación sanguínea, aumento del ácido úrico y aumento de los andrógenos) promueven el desarrollo y la progresión de la aterosclerosis.

Cuando las células del cuerpo responden menos a la insulina (a pesar de un valor elevado de insulina en la sangre), es posible que se observe:

  • Concentración elevada de glucosa en la sangre: el valor alto de azúcar en sangre (glucosa) puede tener consecuencias graves a largo plazo, como enfermedad renal, daño en los nervios y enfermedad cardiaca. Las elevaciones leves de la glucosa en sangre se describen como "prediabetes". Si tiene síntomas de diabetes, por ejemplo, si el valor de glucosa o hemoglobina glicada (HbA1c) está elevado por encima de ciertos límites, se le diagnostica diabetes. Si no tiene síntomas, la glucosa elevada debe confirmarse en dos días separados para diagnosticar una diabetes. Alternativamente, dos valores anormales de glucosa o HbA1c en el mismo día pueden diagnosticar diabetes en una persona asintomática.
  • Valores anormales de lípidos: incluyen el colesterol HDL bajo, colesterol LDL elevado, valores elevados de triglicéridos y partículas de LDL "densas", que son partículas muy aterogénicas que tienen un contenido reducido de colesterol. Los valores de lípidos no saludables pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular. Los valores elevados de triglicéridos se asocian con un mayor contenido de grasa en el hígado, lo que provoca el hígado graso no alcohólico (EHGNA). Si el síndrome metabólico no se trata, puede producirse una inflamación del hígado que produzca el EHGNA. Si se desarrolla inflamación, el EHGNA progresa a "esteatohepatitis no alcohólica" (EHNA). La esteatohepatitis es la combinación del aumento de la grasa del tejido hepático ("esteatosis") e inflamación ("hepatitis"). La EHNA puede provocar cirrosis hepática, insuficiencia hepática o incluso cáncer de hígado (por ejemplo: carcinoma hepatocelular).

Mientras que alrededor del 25% de los estadounidenses adultos tienen el síndrome metabólico, la resistencia a la insulina puede desarrollarse primero en la niñez y causar enfermedades antes de la edad adulta. Aproximadamente del 6% al 39% de los adolescentes con sobrepeso u obesos tienen el síndrome metabólico. Dichos niños, incluso menores de 10 años, pueden tener diabetes tipo 2, triglicéridos elevados, colesterol HDL bajo, presión arterial alta, ácido úrico elevado, acantosis nigricans y, en niñas adolescentes, SOP.

Pruebas de laboratorio

No existe una sola prueba que pueda diagnosticar directamente la resistencia a la insulina. Por ello, el profesional de la salud considerará varios factores, incluidos el historial médico, el examen físico, los signos y síntomas, así como los resultados de las pruebas.

Las pruebas de laboratorio pueden incluir:

  • Glucosa: se puede usar una prueba de glucosa plasmática en ayunas (GPA) o una prueba de sobrecarga oral a la glucosa (SOG) para detectar, diagnosticar y controlar la prediabetes o la diabetes.
  • Hemoglobina glicada (HbA1c): esta prueba se pide para determinar los valores promedio de glucosa en sangre durante los últimos 2-3 meses. También se puede usar para detectar, diagnosticar y controlar la prediabetes y la diabetes.
  • Perfil lipídico: es un grupo de pruebas que miden los lípidos específicos en la sangre (es decir, colesterol total, colesterol LDL, colesterol HDL y triglicéridos). Por lo general, se calcula el valor de colesterol LDL. Si los triglicéridos están significativamente elevados (por ejemplo, por encima de 400 mg/dL), no se debe calcular el colesterol LDL y se puede realizar un LDL directo (medición directa del colesterol LDL).

Se pueden solicitar otras pruebas de laboratorio para ayudar a detectar enfermedades asociadas con la resistencia a la insulina. Por ejemplo:

  • Proteína C reactiva ultrasensible (hs-PCR): las mediciones pueden detectar valores bajos de inflamación y se pueden realizar como parte de una evaluación del riesgo cardiaco. La PCR puede aumentar con la resistencia a la insulina.
  • Alanina aminotransferasa (ALT): la enfermedad de hígado graso no alcohólico (EHGNA) es muy común en las personas con síndrome metabólico. Los valores elevados de ALT sugieren daño hepático. Sin embargo, esta prueba puede no ser muy sensible para detectar la EHGNA. No se considera una prueba de rutina en la evaluación de las personas con síndrome metabólico. Las ecografías son más sensibles para la detección de la EHGNA que las mediciones de ALT.
  • Ácido úrico: puede estar elevado en la gota.
  • Testosterona: se puede usar para medir los valores en las mujeres con síndrome del ovario poliquístico (SOP) o con signos y síntomas de exceso de andrógenos. Si se mide la globulina fijadora de las hormonas sexuales (SHBG), se puede calcular la testosterona libre. La testosterona libre es la testosterona biológicamente activa. Si la testosterona total no está claramente elevada o está elevada en el límite en una mujer con hirsutismo, se debe calcular la testosterona libre.
  • Insulina: se puede medir la insulina en ayunas. Los valores de insulina generalmente estarán elevados en aquellas personas que tienen una resistencia significativa a la insulina. Sin embargo, esta prueba rara vez se necesita y no se recomienda en la práctica clínica habitual.

Tratamiento

Tanto los niños como los adultos pueden desarrollar resistencia a la insulina y síndrome metabólico. El mejor enfoque para la prevención del síndrome metabólico es la prevención de la obesidad.

El tratamiento de la resistencia a la insulina (y para mejorar la sensibilidad a la insulina) implica principalmente hacer cambios en la dieta y estilo de vida. La Sociedad Española de Diabetes recomienda perder el exceso de peso, realizar una cantidad regular de actividad física de intensidad moderada y comer una dieta saludable. Con el tiempo, estas recomendaciones pueden:

Se recomienda trabajar con el profesional de la salud y con otros profesionales médicos, como un nutricionista, para desarrollar un plan de tratamiento individualizado y monitorizar los resultados de salud.

Los medicamentos también pueden ser necesarios para tratar las enfermedades coexistentes. Algunos ejemplos incluyen:

  • Medicamentos para la presión arterial.
  • Metformina para la diabetes.
  • Estatinas para reducir el colesterol LDL.

Enlaces

Pruebas relacionadas:

Insulina

Glucosa

Perfil lipídico

Proteína C reactiva ultrasensible

Testosterona

Ácido úrico

Riesgo cardiaco

Estados fisiológicos y enfermedades:

Enfermedad cardiovascular

Diabetes

Síndrome del ovario poliquístico

Síndrome metabólico

En otras webs:

National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIH): Resistencia a la Insulina y la prediabetes

Familydoctor: Resistencia a la insulina

Medline: Síndrome metabólico

Sociedad Española de Diabetes (SED)

MayoClinic: ¿Qué es la resistencia a la insulina? Explicación de un experto de Mayo Clinic

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Diabetes: ¿Qué tiene que ver la resistencia a la insulina con ella?

Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Overweight and Obesity

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