El síndrome de fatiga crónica (SFC) es una alteración que produce una fatiga extrema que no se puede explicar que se deba a cualquier enfermedad conocida. El síntoma característicamente referido por las personas afectadas de un síndrome de fatiga crónica (SFC) es el agotamiento extremo. Puede afectar a la capacidad de la persona de realizar las actividades rutinarias, las actividades diarias o las tareas.
Además, estas personas duermen mal y se despiertan con la sensación de no haberse repuesto del agotamiento. A menudo presentan también dolores de cabeza, dolores en músculos y articulaciones, dolores recurrentes de garganta, así como problemas de concentración y de memoria. Los tipos de síntomas y su intensidad pueden variar de un día a otro y de una persona a otra, pero la fatiga extrema suele durar al menos 6 meses o más. En los días que los individuos califican como "buenos", los síntomas suelen ser leves y permiten desarrollar una actividad prácticamente normal. Contrariamente, en los días "malos", no se ven capaces ni de levantarse de la cama. Su enfermedad no mejora con el reposo absoluto y la actividad mental puede empeorar.
El SFC se produce en las personas de cualquier edad, sexo y raza y estrato social. Es cuatro veces más frecuente en mujeres que en varones, aunque su máxima prevalencia se produce entre los 40 y los 60 años. Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) estiman que al menos 1 millón de personas en los Estados Unidos lo padecen, pero sólo se diagnostica un 20% o incluso menos de todas las personas que padecen un SFC.
No se conocen las causas del SFC. Se puede identificar una sola causa, pero muchos investigadores consideran que el SFC tiene muchos desencadenantes. Estos pueden incluir:
- Infección viral, como el virus de Epstein Barr, aunque no se ha demostrado que el microbio sea la causa.
- Disfunción inmune producida por un trauma, estrés o alergia, que pueden desencadenar el SFC.
- Deficiencia nutricional.
- Presión sanguínea anormalmente baja (hipotensión mediada neuralmente) que puede causar desmayos.
- Alteraciones del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA), posiblemente causado por la inactividad, alteraciones del sueño, comorbilidad psiquiátrica, medicación, o estrés.
Los investigadores han observado patrones familiares y creen que puede haber una tendencia a tener una predisposición genética heredada de la enfermedad. Algunos investigadores creen que investigaciones posteriores revelarán que el SFC no es una simple enfermedad, sino un grupo de diferentes enfermedades con un punto final similar.
Se sabe que las personas afectadas con el SFC tienen un comienzo definido de los síntomas, esto es, un tiempo antes del cual se sentían bien y tenían energía para realizar las tareas normales diarias. Aproximadamente en el 75% de los casos, el SFC está precedido por lo que parece ser una enfermedad similar a la gripe. En otras situaciones, el SFC aparece después de un intenso periodo de estrés físico o emocional, y en ocasiones aparece lentamente, de modo que los afectados notan un descenso gradual de su energía y bienestar.
Un gran número de enfermedades pueden causar síntomas similares o efectos secundarios. Los ejemplos incluyen el hipotiroidismo, mononucleosis, alteraciones psicológicas, desórdenes alimentarios, cáncer, enfermedades autoinmunes, infecciones, abuso de drogas o alcohol, reacciones a medicaciones prescritas, y por cualquier razón no dormir suficientes horas o no dormir sin interrupciones. En estos casos, una razón subyacente para tener fatiga se puede establecer y a menudo tratarla. Esta fatiga temporal que dura poco o mucho tiempo, se debe distinguir del SFC.
Hasta el momento, no hay una prueba simple o de evaluación que permita diagnosticar el SFC. Sin embargo, hay una serie de signos y síntomas que se usan como criterios para ayudar a identificarlo.