Malnutrición

2/3/2022

¿En qué consiste?

La malnutrición significa esencialmente que hay una nutrición deficitaria o defectuosa y se trata de un desequilibrio entre la cantidad de alimentos y demás nutrientes que el organismo necesita para su correcto desarrollo y los que recibe (absorbe). La malnutrición se asocia más frecuentemente a un déficit de alimentación, objetivo principal de este artículo, pero también puede ser debido a una sobrealimentación.

Un exceso de alimentación crónico puede llevar a la obesidad y al síndrome metabólico, conjunto de factores de riesgo caracterizados por obesidad abdominal, resistencia insulínica (dificultad para metabolizar la glucosa), dislipemia (alteración del perfil lipídico en sangre) e hipertensión. Las personas con síndrome metabólico presentan mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular y diabetes de tipo 2. Otra forma poco frecuente de sobrealimentación es la toxicidad vitamínica o mineral debida a una suplementación excesiva, por ejemplo, con elevadas dosis de vitaminas liposolubles como la vitamina A. Los síntomas dependen del tipo de sustancia, de la cantidad y de si la ingesta es aguda o crónica.

Una nutrición deficitaria ocurre cuando no se toman en cantidad suficiente uno o más nutrientes vitales para el correcto desarrollo y funcionamiento del organismo. Puede deberse a una ingesta insuficiente, a un aumento de las pérdidas, a un aumento de la demanda o a enfermedades que disminuyen la capacidad para digerir y absorber los nutrientes de la comida. Mientras que la necesidad de mantener una nutrición adecuada es constante, las demandas del organismo diarias y a lo largo de la vida son variables.

  • Durante el embarazo: es imprescindible que el aporte nutricional sea el adecuado para garantizar el correcto crecimiento y desarrollo del feto. Un déficit de folato durante el embarazo puede provocar trastornos congénitos y aumentar el riesgo de que el recién nacido sea de bajo peso y el parto sea prematuro.
  • Durante la infancia: un déficit grave de la alimentación puede dar lugar al marasmo, que se caracteriza por la delgadez corporal y el retraso en el crecimiento. Si se proporcionan suficientes calorías, pero la alimentación es pobre en proteínas, los niños desarrollan kwashiorkor, que se caracteriza por la presencia de edema, aumento del tamaño del hígado, apatía y retraso en el crecimiento. Algunos déficits vitamínicos pueden dar lugar a problemas en la formación del hueso y de los tejidos. Por ejemplo, el déficit de la vitamina D en los niños afecta a la formación del hueso y produce raquitismo. Se estima que a nivel mundial aproximadamente un tercio de las muertes infantiles se asocian a malnutrición. En los países en vías de desarrollo las principales causas de esta malnutrición son la escasez de alimentos y los parásitos intestinales. En los países desarrollados la malnutrición se observa como consecuencia de dietas muy pobres en nutrientes o desequilibradas.
  • Situaciones agudas: cirugía, quemaduras graves, infecciones y traumatismos pueden aumentar drásticamente las necesidades nutricionales. En los pacientes malnutridos, el sistema inmunitario puede haberse ido debilitando con los años y su pronóstico puede ser peor. Con frecuencia, hay un retraso en la cicatrización de las heridas y deben permanecer más días en el hospital. Por esta razón es aconsejable valorar el estado nutricional de los pacientes hospitalizados, por ejemplo, antes de la cirugía y durante el proceso de recuperación.
  • Enfermedades crónicas: pueden asociarse a pérdida de nutrientes, a aumento de la demanda de nutrientes y/o a malabsorción (incapacidad del organismo para utilizar uno o más nutrientes disponibles). La malabsorción puede aparecer en enfermedades crónicas como la enfermedad celíaca, fibrosis quística, insuficiencia pancreática y anemia perniciosa. En la enfermedad renal crónica, diarreas y en hemorragias se observa un aumento de las pérdidas de nutrientes. Algunas enfermedades y su tratamiento pueden provocar malnutrición debido a una disminución de la ingesta, ya sea por pérdida del apetito, por dificultad al tragar o por náuseas asociadas a cáncer (y a la quimioterapia) o a la infección por VIH/SIDA (y sus tratamientos). También se puede observar malabsorción, aumento de las pérdidas y disminución de la ingesta en los casos de abuso crónico de drogas y/o alcohol.
  • Los ancianos: en esta etapa se requieren menos calorías, pero se sigue necesitando un soporte nutricional adecuado. La absorción de nutrientes disminuye porque con frecuencia hay una disminución de la secreción de ácido gástrico o por tener dificultades al tragar. Además, puede serles más difícil preparar las comidas y tienen menos acceso a una gran variedad de alimentos nutritivos. Por otra parte, los ancianos pueden tener menos sensación de apetito, menos olfato y/o problemas mecánicos al tragar o masticar.

Acerca de la malnutrición

Signos y síntomas

La malnutrición se desarrolla lentamente, a lo largo de meses o años. Los cambios a nivel celular aparecen cuando se vacían las reservas del organismo, afectando a procesos metabólicos y disminuyendo la capacidad del organismo de defenderse ante las infecciones. Con el tiempo pueden aparecer una serie de síntomas como:

  • En los niños, retraso o enlentecimiento del crecimiento, distensión del abdomen, apatía y languidez.
  • Anemia.
  • Pérdida de peso y de masa muscular, debilidad.
  • Piel seca y escamosa.
  • Acumulación de líquidos (edema).
  • Cabello frágil y fino.
  • Uñas quebradizas y malformadas (en forma de cuchara).
  • Diarrea crónica.
  • Retraso en la curación de las heridas.
  • Dolor óseo y articular.
  • Alteraciones mentales como confusión e irritabilidad.
  • Bocio (aumento del tamaño de la glándula tiroidea).

Los déficits nutricionales específicos causan síntomas característicos. Por ejemplo, el déficit de vitamina B12 provoca hormigueo, entumecimiento y sensación de quemazón en manos y pies (debido a la afectación nerviosa). El déficit de vitamina A produce ceguera nocturna y un aumento de la sensibilidad a la luz. Una falta de vitamina D puede causar dolor, malformaciones óseas u osteomalacia. La gravedad de los síntomas depende de la intensidad y la duración del déficit. Algunas alteraciones, por ejemplo, a nivel óseo y nervioso, pueden ser irreversibles.

Pruebas relacionadas

Generalmente, la malnutrición será detectada antes por un médico experto que por las alteraciones de las pruebas de laboratorio. En el examen físico el médico evalúa la apariencia física, la piel, el tono muscular, la grasa corporal, peso, talla y los hábitos alimentarios. En los niños se evalúa también el crecimiento y el desarrollo.

Si hay signos de malnutrición, se pueden solicitar una serie de pruebas generales y otras más específicas para evaluar la función de células y órganos. Pueden solicitarse pruebas para detectar los déficits vitamínicos y minerales específicos. Si se diagnostican estos déficits, las mismas pruebas sirven para controlar la respuesta al tratamiento. Las personas con malnutrición por una enfermedad crónica deben controlarse periódicamente.

También se evalúa el estado nutricional en los pacientes hospitalizados, antes o en el momento de la admisión. Esto incluye realizar una historia clínica, entrevista con un dietista y una serie de pruebas de laboratorio. Si los resultados de estas pruebas indican un déficit nutricional, el paciente deberá recibir un suplemento nutricional antes de la cirugía o de cualquier otro procedimiento y deberá ser monitorizado durante la recuperación.

Pruebas de laboratorio

Para el cribado general y la monitorización se utilizan:

Para valorar el estado nutricional y los posibles déficits:

Otras pruebas diagnósticas (ajenas al laboratorio)

Se pueden pedir pruebas de imagen para evaluar el estado de los órganos internos y el normal crecimiento y desarrollo de los músculos y huesos. Entre estas pruebas se incluyen:

  • Radiología.
  • TC (Tomografía computarizada).
  • RM (Resonancia magnética).

Si desea más información, acceda a este enlace RadiologyInfo.org.

Tratamiento

El tratamiento de la malnutrición incluye:

  • El restablecimiento de los nutrientes deficitarios, proporcionando alimentos ricos en ellos y suplementos específicos. En los pacientes con malnutrición grave, esto debe realizarse de forma gradual, para que el cuerpo se adapte al aumento de la ingesta, hasta que se alcance un peso normal o cercano al normal.
  • Monitorización regular de los pacientes con enfermedades o trastornos que causen malabsorción crónica o pérdida de proteínas y nutrientes. Cuando se solucionan los déficits, se debe instaurar un plan para prevenir las recaídas.

Enlaces

Pruebas relacionadas:

Hemograma

Albúmina

Prealbúmina

Hierro sérico

Elementos traza

Vitamina D

Vitamina B12 y folato

Vitamina A

Pruebas de la enfermedad celíaca

Estados fisiológicos y enfermedades:

Malabsorción

Enfermedad celíaca

Fibrosis quística

Diarrea

Insuficiencia pancreática

En otras webs:

Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQC-ML). Comisión de Nutrición y Vitaminas

KidsHealth: Trastornos de la conducta alimentaria

MayoClinic: Salud en adultos mayores, como prevenir y detectar la desnutrición

Healthychildren.org: Nutrición

UNICEF: ¿Cuáles son las diferencias entre malnutrición y desnutrición?

Manual MSD: Desnutrición calórico-proteica                    

Organización Mundial de la Salud: Malnutrición

World Health Organization (WHO): Nutrition and Food Safety

National Heart Lung and Blood Institute (NIH): Nutrition Tools and Resources

Office of Disease Prevention and Health Promotion (OASH)

U.S. Department of Agriculture (USDA): Food and Nutrition

National Center for Complementary and Integrative Health (NIH)

Academy of Nutrition and Dietetics

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