Recuento de plaquetas

17/11/2021

También conocido como: trombocitos, recuento de plaquetas; PLT, volumen plaquetar medio, VPM, anchura de distribución de las plaquetas, PDW.

Nombre sistemático: recuento de plaquetas

Aspectos generales

¿Por qué hacer el análisis?

Para determinar el número de plaquetas en una muestra de sangre en el curso de un examen rutinario; para detectar, diagnosticar o monitorizar situaciones que afectan al número de plaquetas, como trastornos hemorrágicos, enfermedades de la médula ósea u otras enfermedades.

¿Cuándo hacer el análisis?

Rutinariamente, como parte de un hemograma; cuando se presentan episodios inexplicables de sangrado u otros síntomas que puedan obedecer a alteraciones de las plaquetas.

¿Qué muestra se requiere?

La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa; a veces por punción en un dedo (adultos) o en el talón (bebés).

¿Es necesario algún tipo de preparación previa?

Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.

¿Qué es lo que se analiza?

Las plaquetas, también conocidas como trombocitos, son minúsculos fragmentos de células que son esenciales para asegurar una coagulación normal de la sangre. Las plaquetas se forman a partir de células muy grandes llamadas megacariocitos en la médula ósea y se liberan hacia la circulación sanguínea. El recuento de plaquetas es una prueba que determina el número de plaquetas presentes en la muestra de sangre obtenida.

Cuando se produce una lesión en un vaso sanguíneo o en un tejido y tiene lugar un sangrado, las plaquetas contribuyen a controlar el sangrado por tres mecanismos: 

  • Se adhieren en el lugar de la lesión.
  • Se agregan entre ellas. 
  • Liberan compuestos químicos que estimulan la agregación de más plaquetas.

Todo ello conduce a la formación de un tapón de plaquetas no muy sólido en el foco de la lesión por un mecanismo conocido como hemostasia. Simultáneamente, las plaquetas activadas propician la cascada de la coagulación, consistente en una serie de etapas que suponen la activación secuencial de proteínas llamadas factores de la coagulación

Este proceso de hemostasia secundario tiene como consecuencia la formación de hebras de fibrina que se entretejen entre el tapón de plaquetas, formando una malla de fibrina comprimiéndose hasta formar un coágulo estable que permanece en el lugar de la lesión hasta que ésta cicatriza. En el momento en que el coágulo ya no es necesario, otros factores se encargan de destruirlo y eliminarlo.

Para un proceso normal de la coagulación es necesario que cada componente de la hemostasia primaria y de la secundaria esté presente, se active en el momento adecuado y además funcione correctamente. Si el número de plaquetas es insuficiente o si no funcionan adecuadamente, es posible que no se pueda formar un coágulo estable y el individuo presentará un elevado riesgo de sangrado.

Las plaquetas sobreviven en la circulación sanguínea entre 8 y 10 días, de manera que la médula ósea debe estar continuamente produciendo plaquetas nuevas para sustituir las que se degradan, se utilizan o se pierden con los sangrados. La determinación del número de plaquetas en sangre con un contador celular es de ayuda en el diagnóstico de una gran variedad de trastornos asociados a una cantidad disminuida o aumentada de plaquetas.

Preguntas comunes

Cómo se utiliza?

El recuento de plaquetas es útil para detectar disminuciones o aumentos del número de plaquetas en sangre. La prueba se incluye en el hemograma, que frecuentemente se solicita en los controles médicos.
El recuento de plaquetas puede emplearse para:

  • Detectar o diagnosticar distintos trastornos y enfermedades con repercusión sobre estos elementos de la sangre. Puede solicitarse en el contexto de un estudio de los trastornos de la coagulación cuando existen sangrados o estados de hipercoagulabilidad, o en enfermedades de la médula ósea, por citar algunos ejemplos.
  • Esta prueba también puede ser útil como control en la monitorización de enfermedades o de tratamientos con fármacos que pueden afectar a las plaquetas. 

El recuento de plaquetas puede acompañarse de otras pruebas, como por ejemplo pruebas de función plaquetaria y pruebas asociadas a la coagulación, como el tiempo de protrombina (TP) y el tiempo de tromboplastina parcial (TTP).

Se puede hacer un frotis de sangre en seguimiento para examinar las plaquetas con un microscopio. Esto ayudaría a confirmar si las plaquetas podrían ser realmente bajas en número o si se han agrupado, además de evaluar su apariencia con respecto al tamaño y la granularidad.

¿Cuándo se solicita?

El recuento de plaquetas suele solicitarse como parte de un hemograma, que suele realizarse en un chequeo habitual. Casi siempre se solicita cuando una persona presenta signos y síntomas asociados a un número disminuido de plaquetas o a sangrados como:

  • Hematomas sin causa aparente o de fácil aparición.
  • Sangrados prolongados aún cuando la herida es pequeña.
  • Sangrados nasales frecuentes.
  • Sangrados gastrointestinales (pueden detectarse en el análisis de las heces).
  • Sangrados importantes durante la menstruación.
  • Pequeñas manchas en la piel (petequias), a veces recuerdan una erupción cutánea.
  • Pequeñas manchas de color púrpura en la piel (púrpura) causadas por sangrados justo debajo de la piel.

También se realiza la prueba si se sospecha que existen demasiadas plaquetas. Un exceso de plaquetas puede suponer una coagulación excesiva o a veces, si las plaquetas no funcionan correctamente, sangrados. Sin embargo, a menudo las personas con un elevado número de plaquetas no presentan signos ni síntomas, y es por este motivo que puede detectarse la alteración fortuitamente al realizarse un análisis de sangre por algún otro motivo.

¿Qué significa el resultado?

El médico interpretará el recuento de plaquetas en el contexto de otras pruebas que le hayan realizado (p. Ej., Hemograma completo), así como de otros factores, como el historial médico.

Un solo recuento de plaquetas alto o bajo puede tener importancia médica o no. Generalmente, este es el caso cuando el resultado es solo un poco más bajo o más alto que el rango de referencia (normal). El médico puede repetir la prueba y observar los resultados de recuentos de plaquetas anteriores. Por otro lado, un resultado fuera del rango de referencia puede indicar un problema y justificar una mayor investigación. 

Son varias las enfermedades y trastornos en los que puede existir un bajo número de plaquetas (trombocitopenia). Las causas normalmente se agrupan en alguna de las siguientes dos categorías:

  • Trastornos en los que la médula ósea no es capaz de producir una cantidad suficiente de plaquetas.
  • Situaciones en las que las plaquetas se consumen o se destruyen más rápidamente de lo normal.

Algunos ejemplos de trombocitopenia incluyen: 

  • Trombocitopenia idiopática: debida a la presencia de un anticuerpo dirigido contra las plaquetas; es una de las formas más frecuentes de trombocitopenia, en ausencia de otras enfermedades.
  • Infecciones víricas: como mononucleosis, hepatitis, infección por VIH o sarampión.
  • Atribuible a fármacos: como aspirina e ibuprofeno, algunos antibióticos (incluidos los que contienen sulfamidas), colchicina e indometacina, agentes bloqueadores de H2, hidralazina, isoniazida, quinidina, diuréticos tiazídicos y tolbutamida. Estos son solo algunos de los que se han asociado con la disminución del recuento de plaquetas inducida por fármacos.
  • Trombocitopenia inducida por heparina (TIH): que se manifiesta cuando personas a las que se les administra o se les ha administrado heparina, desarrollan un tipo de anticuerpo.
  • Leucemia, linfoma u otros cánceres que se hayan propagado (metastatizado) a la médula ósea: las personas con cáncer suelen experimentar sangrados excesivos atribuibles a un número disminuido de plaquetas. A medida que la cantidad de células cancerosas en la médula ósea aumenta, las células normales quedan desplazadas, y por lo tanto, quedan menos células productoras de plaquetas.
  • Anemia aplásica: la producción de células sanguíneas está disminuida de manera significativa.
  • Sepsis: especialmente por infecciones causadas por bacterias gram-negativas.
  • Cirrosis.
  • Trastornos autoinmunes: como el lupus, en los que el sistema inmune del organismo fabrica anticuerpos que atacan a órganos y tejidos propios y en los que también aumenta la destrucción de plaquetas.
  • Quimioterapia o radioterapia: que repercuten sobre la médula ósea.
  • En ciertas enfermedades puede asistirse a un consumo aumentado de plaquetas: por ejemplo, en la coagulación intravascular diseminada (CID), la púrpura trombocitopénica y el síndrome hemolítico-urémico (SHU) el número de plaquetas circulantes en sangre puede estar disminuido.
  • Daño de la médula ósea: causado por la exposición a sustancias químicas tóxicas, como ciertos pesticidas o benceno.
  • Consumo excesivo de alcohol: especialmente en bebedores empedernidos que son bajos en hierro, vitamina B12 o ácido fólico.
  • Varios síndromes congénitos (genéticos): que resultan en una disminución del número de plaquetas.
  • Cuando el recuento de plaquetas es inferior a 50.000: el sangrado es más grave si tiene cortes o hematomas. Si el recuento de plaquetas cae por debajo de 10.000 a 20.000 por microlitro, pueden aparecer sangrados espontáneos con el subsiguiente riesgo para la vida del individuo. Si tiene un recuento de plaquetas muy bajo, es posible que se administren plaquetas a través de una transfusión.

Cuando el número de plaquetas está aumentado se habla de trombocitosis y suele ser consecuencia de algún trastorno subyacente; por este motivo recibe el nombre de trombocitosis secundaria o reactiva:

En algunas ocasiones, la trombocitosis puede ser transitoria, por ejemplo:

  • Fase de recuperación después de sangrados graves: como en caso de traumatismos o cirugía mayor.
  • Después de un ejercicio físico extenuante.
  • Después de un consumo abusivo de alcohol o en el déficit de folato y vitamina B12.

Más raramente, una trombocitosis puede deberse a un trastorno de la médula ósea, como en la trombocitemia primaria o esencial; éste es un trastorno mieloproliferativo en el que la médula ósea produce un número exagerado de plaquetas. No suelen existir signos ni síntomas de la enfermedad de manera que la alteración se detecta al realizar un control médico por alguna otra causa. 

Las personas con esta enfermedad presentan mayor riesgo de formar coágulos (trombosis) debido al exceso de plaquetas, aunque también pueden tener problemas de sangrado ya que las plaquetas no funcionan adecuadamente. Esta enfermedad se asocia a menudo a una mutación en el gen JAK2. En caso de sospecharse esta enfermedad, el médico seguramente solicitará el estudio del gen JAK2. Más de la mitad de individuos con trombocitemia esencial presenta la mutación JAK2. Las personas con otros trastornos mieloproliferativos o mielodisplásicos, como leucemia mieloide crónica, policitemia vera o algunas otras formas de síndromes mielodisplásicos también pueden tener un elevado número de plaquetas.

En el informe de resultados constan datos como VPM (volumen plaquetar medio) y PDW (anchura de distribución de las plaquetas). ¿Qué significan estos términos?

El VPM y la PDW son cálculos realizados por analizadores automáticos. Estos datos pueden proporcionar información adicional al médico acerca de la causa de un número aumentado o disminuido de plaquetas. Cuanto más jóvenes son las plaquetas, más pronto se habrán liberado desde la médula ósea y mayor suele ser su tamaño. mientras que cuánto más pequeñas, suelen ser más viejas y ya llevan más días en circulación. 

  • El VPM refleja el tamaño promedio de las plaquetas en la muestra. Si existe un elevado número de plaquetas grandes (VPM elevado) en una persona con un número total de plaquetas disminuido, puede ser que la médula ósea esté produciendo plaquetas y liberándolas a la circulación rápidamente. Un VPM elevado se ha asociado con tasas de supervivencia más bajas en ciertos cánceres. Por el contrario, un VPM bajo indica que las plaquetas son más pequeñas que el promedio y son más viejas. Esto puede deberse a un trastorno que afecta la producción de la médula ósea. Un VPM bajo se ha asociado con enfermedad inflamatoria intestinal, quimioterapia y anemia aplásica.
  • El PDW indica el grado de uniformidad en el tamaño de las plaquetas. Si la PDW es normal las plaquetas son homogéneas en cuanto a tamaño, mientras que una PDW elevada indica que el tamaño de las plaquetas es muy variable, indicio de que puede existir una activación plaquetaria y se ha asociado con enfermedades vasculares y ciertos cánceres.

A menudo unos resultados alterados se completan con otros estudios adicionales. En algunas situaciones las plaquetas pueden agruparse de manera que parece que existan menos y que sean de mayor tamaño. Por este motivo, puede estar indicado realizar una extensión de sangre para examinarlas al microscopio.

En el informe de resultados consta "plaquetas gigantes". ¿Qué significa?

Se habla de "plaquetas gigantes" para describir plaquetas aumentadas de tamaño, por ejemplo, del mismo tamaño que un hematíe. Estas plaquetas pueden verse en algunos trastornos como en la púrpura trombocitopénica inmune o en un raro trastorno hereditario como el síndrome de Bernard-Soulier. No obstante, como se ha comentado en el punto anterior, la evaluación directa de una extensión de sangre al microscopio permite saber si las plaquetas son realmente gigantes o si se han agrupado. Si se observan agrupaciones de plaquetas, está indicado repetir la prueba empleando un tipo de tubo con un anticoagulante distinto al utilizado previamente y que obvie o minimice los fenómenos de agregación plaquetar.

El informe de hemograma completo (CBC) incluye un resultado para la fracción de plaquetas inmaduras (IPF). ¿Qué es?

La IPF es el porcentaje de plaquetas inmaduras (también llamadas plaquetas reticuladas) que circulan en la sangre. Es uno de los valores informados cuando se evalúa la sangre con un instrumento automatizado. El IPF se puede utilizar para ayudar a su proveedor de atención médica a determinar si la producción de plaquetas está aumentando en casos de recuento plaquetario bajo.

Las plaquetas se producen en la médula ósea y normalmente no se liberan a la circulación hasta que han madurado. Cuando su recuento de plaquetas es bajo (trombocitopenia), la médula ósea se estimula para producir plaquetas más rápido. Cuando la necesidad es grande y cuando la producción no puede satisfacer la “demanda”, entonces se libera a la circulación un mayor número de plaquetas inmaduras, a menudo plaquetas grandes.

Una IPF baja indica que la médula ósea produce menos plaquetas.

Un aumento de la IPF indica una mayor pérdida de plaquetas en la sangre, generalmente debido a la destrucción de las plaquetas como se observa en la púrpura trombocitopénica inmune (PTI).

Los resultados de las pruebas de laboratorio, incluido el recuento de plaquetas y la IPF, también se pueden usar para ayudar a determinar si necesita una transfusión de plaquetas y para ayudar a controlar la recuperación de la médula ósea, como después de un trasplante de médula ósea. Se están estudiando otros usos y la utilidad clínica final de la prueba aún no se ha determinado bien.

¿Qué otras pruebas deben realizarse si el número de plaquetas es anómalo?

Si la causa no está clara y no puede determinarse por los datos de la historia clínica y la exploración física, es posible que el médico solicite alguna de las siguientes pruebas (además del hemograma y de la extensión de sangre):

¿Hay algo más que debería saber?

En algunas personas, las plaquetas quedan acantonadas o almacenadas en el bazo de manera que el número de plaquetas en sangre está disminuido, aunque normalmente los individuos no manifiestan signos ni síntomas asociados a esta peculiaridad.

Vivir en grandes altitudes, el ejercicio físico extenuante y el postparto puede causar un aumento en el número de plaquetas en la sangre. Entre los fármacos que pueden hacer aumentar el número de plaquetas se incluyen los estrógenos y los contraceptivos orales.

Puede observarse una disminución leve del número de plaquetas en las mujeres antes de la menstruación. Entre un 7-12% de mujeres embarazadas presenta un número de plaquetas disminuido en el momento de dar a luz.
Algunas enfermedades hereditarias causadas por alteraciones genéticas de las plaquetas incluyen la tromboastenia de Glanzmann, la enfermedad de Bernard-Soulier y los síndromes de Chediak-Higashi, de Wiskott- Aldrich,  de May-Hegglin y el síndrome de Down. Sin embargo la incidencia de estas enfermedades es relativamente poco frecuente.


Enlaces

Pruebas relacionadas: 

Extensión de sangre

Factores de la coagulación

Función plaquetaria

Hemograma 

Mutación JAK2

Prueba de anticuerpos específicos frente a plaquetas

Tiempo de protrombina (TP) y ratio internacional normalizado (INR) 

Tiempo de tromboplastina parcial (TTP, aTTP)

Estados fisiológicos y enfermedades: 

Anemia

Déficits de folato y vitamina B12

Leucemia 

Linfoma

Trastornos autoinmunes

Trastornos de la coagulación

Trastornos o lesiones de la médula ósea

En otras webs:

Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH)

Medline: Problemas plaquetarios

MayoClinic: Trombocitosis

National Heart, Lung and Blood Institute (NIH): Trombocitemia y trombocitosis

Genetic and Rare Diseases Information Center (GARD): Browse by Disease

Platelet Disorder Support Association (PDSA)

University of Oklahoma Health Sciences Center (OUHSC): Platelets on the Web

American Society of Hematology (ASH): Patients

 


También conocido como:
HSV-1, HSV-2, HHV1, HHV2, VHS, herpes oral, herpes labial, herpes genital
Nombre sistemático: virus del herpes simple tipo 1 y tipo 2

Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para hacer un cribado o un diagnóstico de la infección por el virus del herpes simple (VHS).                  

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